El proyecto fue presentado por estudiantes de UNAL Sede de La Paz, quienes ante la escasez de agua que atraviesan las rancherías del departamento, le apuestan a mejorar las condiciones de vida en los habitantes.
Con la finalidad de abastecer de agua potable a las poblaciones del departamento de La Guajira, especialmente en las rancherías de esta parte del país, estudiantes de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz, realizaron un prototipo para extraer el preciado líquido en sitios de difícil acceso.
La iniciativa de investigación funciona con un sistema de hélices que requieren vientos de entre 15 y 40 kilómetros por hora; así, a partir de la energía cinética –asociada con cuerpos en movimiento, estas mueven los pistones que bombean el agua subterránea hacia la superficie.
“El sistema de hélices funciona mediante un pistón central, y por lo tanto se integra a un sistema hidráulico eficiente para extraer y bombear aguas profundas”, explican los estudiantes Andrés Carrillo, Marbin Rivero, Tatiana Causil, Wisner Rojas, Brandon Manjarrés y Daniel García, creadores del modelo.
Teniendo en cuenta que se trata de materiales de bajo costo, la iniciativa de los estudiantes de la UNAL Sede de La Paz serviría para proveer agua potable a sitios como La Guajira de forma económica. En la península se concentran los mayores vientos alisios que recibe el país durante todo el año, con velocidades de entre 8 y 10 metros por segundo.
“En el prototipo se implementan componentes livianos como el bronce, que ofrece durabilidad para las válvulas y es eficiente por su resistencia a la corrosión. Además se elaboró con materiales como madera –que optimiza el sostenimiento de las partes hidráulicas y mecánicas– y PVC para el líquido fluya por toda la bomba”, explicó el estudiante Rivero.
Por su parte, el estudiante Carrillo indica que “con este proyecto abarcan una problemática que lleva mucho tiempo y cuyas soluciones ofrecidas a lo largo del tiempo han sido temporales y no son tan viables”.
Para sobrevivir a la escasez de agua potable, el pueblo wayúu, habitante de la Alta Guajira, utiliza jagüeyes, pequeñas y medianas represas artificiales comunes en todas las fincas y haciendas de la costa Caribe. Además crean pozos subterráneoscon pico y pala, y también consiguen agua por medio de carro-tanques y de pilas o albercas construidas por entes territoriales, las cuales permanecen vacías porque no hay gotas para llenarlas.
Sin embargo, por la aridez de estas regiones el agua subterránea se encuentra a una profundidad considerable, a veces hasta de 20 m, lo cual obliga a utilizar métodos como turbinas y motobombas, o a extraerla manualmente con baldes, en especial en las zonas remotas que no tienen acceso a electricidad para el funcionamiento de las bombas. La situación hace necesario buscar soluciones sostenibles y asequibles para garantizar el suministro de agua en estas comunidades.
Si ellos quieren agua deben pagar por ella. Una habitante de esta región afirma: “muchas veces me toca comprar el agua a un carro tanque en Riohacha por 130.000 pesos, pero apenas alcanza para mes y medio, ya que con ella se deben cubrir todas las necesidades: para nuestro consumo y el de los animales, por lo que la inversión es mucho más alta y el dinero no siempre se tiene”.
Los indígenas wayuu representan el 48 % de la población de La Guajira. Hay unas 22.000 rancherías, cada una distante de la otra. Algunas tienen mejor suerte y cuentan con molinos de viento. “Nosotros extraemos el agua y la distribuimos al mismo tiempo, mientras que los molinos de viento funcionan en un único sentido. Nos diferenciamos de estos por el tipo de tuberías que usamos”, enfatizó el estudiante Carrillo.
Los estudiantes explican que su propuesta consiste en un aeromotor hídrico que funciona así: “al tercer giro de las hélices movidas por el viento la bomba se llena de agua y empieza a distribuirla por el sistema, a diferencia de los molinos de viento, que funcionan en un único sentido y cuyas hélices son muy pesadas. En nuestro diseño las hélices son ergonómicas, y por la forma en que están hechas reciben el viento desde cualquier dirección, ya que sus aletas son de 360 grados”, señalaron.
La idea de los futuros ingenieros mecatrónicos es mejorar el prototipo para que su funcionamiento sea óptimo y más fácil de manejar, de tal manera que no sea necesario usarlo manualmente, sino que se pueda automatizar, por ejemplo mediante sensores. Su iniciativa se presentó durante la exposición de proyectos de aula de la asignatura Principios de Mecánica, de la UNAL Sede de La Paz.
POR REDACCIÓN/EL PILÓN
El proyecto fue presentado por estudiantes de UNAL Sede de La Paz, quienes ante la escasez de agua que atraviesan las rancherías del departamento, le apuestan a mejorar las condiciones de vida en los habitantes.
Con la finalidad de abastecer de agua potable a las poblaciones del departamento de La Guajira, especialmente en las rancherías de esta parte del país, estudiantes de Ingeniería Mecatrónica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz, realizaron un prototipo para extraer el preciado líquido en sitios de difícil acceso.
La iniciativa de investigación funciona con un sistema de hélices que requieren vientos de entre 15 y 40 kilómetros por hora; así, a partir de la energía cinética –asociada con cuerpos en movimiento, estas mueven los pistones que bombean el agua subterránea hacia la superficie.
“El sistema de hélices funciona mediante un pistón central, y por lo tanto se integra a un sistema hidráulico eficiente para extraer y bombear aguas profundas”, explican los estudiantes Andrés Carrillo, Marbin Rivero, Tatiana Causil, Wisner Rojas, Brandon Manjarrés y Daniel García, creadores del modelo.
Teniendo en cuenta que se trata de materiales de bajo costo, la iniciativa de los estudiantes de la UNAL Sede de La Paz serviría para proveer agua potable a sitios como La Guajira de forma económica. En la península se concentran los mayores vientos alisios que recibe el país durante todo el año, con velocidades de entre 8 y 10 metros por segundo.
“En el prototipo se implementan componentes livianos como el bronce, que ofrece durabilidad para las válvulas y es eficiente por su resistencia a la corrosión. Además se elaboró con materiales como madera –que optimiza el sostenimiento de las partes hidráulicas y mecánicas– y PVC para el líquido fluya por toda la bomba”, explicó el estudiante Rivero.
Por su parte, el estudiante Carrillo indica que “con este proyecto abarcan una problemática que lleva mucho tiempo y cuyas soluciones ofrecidas a lo largo del tiempo han sido temporales y no son tan viables”.
Para sobrevivir a la escasez de agua potable, el pueblo wayúu, habitante de la Alta Guajira, utiliza jagüeyes, pequeñas y medianas represas artificiales comunes en todas las fincas y haciendas de la costa Caribe. Además crean pozos subterráneoscon pico y pala, y también consiguen agua por medio de carro-tanques y de pilas o albercas construidas por entes territoriales, las cuales permanecen vacías porque no hay gotas para llenarlas.
Sin embargo, por la aridez de estas regiones el agua subterránea se encuentra a una profundidad considerable, a veces hasta de 20 m, lo cual obliga a utilizar métodos como turbinas y motobombas, o a extraerla manualmente con baldes, en especial en las zonas remotas que no tienen acceso a electricidad para el funcionamiento de las bombas. La situación hace necesario buscar soluciones sostenibles y asequibles para garantizar el suministro de agua en estas comunidades.
Si ellos quieren agua deben pagar por ella. Una habitante de esta región afirma: “muchas veces me toca comprar el agua a un carro tanque en Riohacha por 130.000 pesos, pero apenas alcanza para mes y medio, ya que con ella se deben cubrir todas las necesidades: para nuestro consumo y el de los animales, por lo que la inversión es mucho más alta y el dinero no siempre se tiene”.
Los indígenas wayuu representan el 48 % de la población de La Guajira. Hay unas 22.000 rancherías, cada una distante de la otra. Algunas tienen mejor suerte y cuentan con molinos de viento. “Nosotros extraemos el agua y la distribuimos al mismo tiempo, mientras que los molinos de viento funcionan en un único sentido. Nos diferenciamos de estos por el tipo de tuberías que usamos”, enfatizó el estudiante Carrillo.
Los estudiantes explican que su propuesta consiste en un aeromotor hídrico que funciona así: “al tercer giro de las hélices movidas por el viento la bomba se llena de agua y empieza a distribuirla por el sistema, a diferencia de los molinos de viento, que funcionan en un único sentido y cuyas hélices son muy pesadas. En nuestro diseño las hélices son ergonómicas, y por la forma en que están hechas reciben el viento desde cualquier dirección, ya que sus aletas son de 360 grados”, señalaron.
La idea de los futuros ingenieros mecatrónicos es mejorar el prototipo para que su funcionamiento sea óptimo y más fácil de manejar, de tal manera que no sea necesario usarlo manualmente, sino que se pueda automatizar, por ejemplo mediante sensores. Su iniciativa se presentó durante la exposición de proyectos de aula de la asignatura Principios de Mecánica, de la UNAL Sede de La Paz.
POR REDACCIÓN/EL PILÓN