El hijo ilustre de los pacíficos y cantante insignia del vallenato, fue recordado como suelen homenajear a los grandes del folclor: con música de acordeón, cantos y versos.
En una valla ubicada en la entrada del municipio de La Paz se puede leer el mensaje: “Jorge Oñate, nuestro orgullo”. Esas dos palabras resumen lo que significó el Jilguero de América para esta población del Cesar que este martes conmemoró el segundo aniversario de la partida del juglar vallenato.
El hijo ilustre de La Paz, orgullo de los pacíficos y cantante insignia del vallenato, fue recordado como suelen recordar a los grandes del folclor: con música de acordeón, cantos y versos.
El homenaje póstumo tuvo como epicentro el cementerio central de la municipalidad y contó con la presencia de familiares, amigos, colegas y autoridades de la región. En el camposanto se realizó una misa campal acompañada de una ofrenda floral.
Al lugar arribaron innumerables seguidores del ídolo del vallenato para recordar su legado. Entre ellos destacaba Óscar Henríquez, un villanuevero que dijo ser fanático ‘número uno’ de Oñate y que llegó a La Paz para conmemorar el segundo aniversario de su fallecimiento.
“Dejó un vacío muy grande en el vallenato. Está con nosotros con el legado que dejó, lastimosamente esta es la realidad de la vida y tenemos que resignarnos”, dijo Henríquez.
Entre los fanáticos se encontraba Selenis Mendoza, quien además de seguidora es ahijada de Oñate. “A diario recordamos sus canciones y anécdotas. Era un padrino excepcional, no tanto por el artista sino por el ser humano. Lo recuerdo mucho por el compromiso, por su gente, su familia, era una persona muy dadivosa y comprometida”, señaló Mendoza quien vestía, junto a su hija, una camiseta con la fotografía de Jorge Oñate estampada.
Bernardo Daza, conocido como ‘Monito de Ocha’, llegó desde San Juan del Cesar a demostrarle admiración al gran amigo que ya no está. “Desde pelado soy seguidor de él, y me he sentido afligido. Le hace mucha falta a la música vallenata, él era fuerte, mortal”, expresó.
Posteriormente, se llevó a cabo una serenata de mariachis, como preámbulo al homenaje musical a ritmo de acordeón, canciones y versos.
El acordeón del Rey de Reyes Álvaro López, de la dinastía pacífica y compañero musical por muchos años de Oñate, amenizó el sentido homenaje.
Así mismo, interpretaron sus notas reyes vallenatos como Chiche Martínez y Chemita Ramos. También participaron los acordeoneros Carlos Ramírez y Román López.
Raúl ‘Chiche’ Martínez, Rey Vallenato 1981 y quien acompañó musicalmente por tres años a Jorge Oñate, hizo presencia en el homenaje y en diálogo con EL PILÓN reconoció la importancia de El Jilguero en su carrera musical.
“Jorge para mí fue un gran amigo y fue el mejor cantante de la música vallenata. Lleva dos años muerto pero su música se escucha en todas partes. Era el que le ponía la pimienta al folclor. La verdad es que Jorge me sacó del anonimato, le doy gracias a Dios y a él”, señaló Martínez quien grabó con Oñate varios éxitos, entre ellos, ‘Nido de amor’, ‘El copete’ y ‘Oye tú’.
En el lugar se escucharon voces nuevas del folclor como las de Jorge Luis ‘el Huracán’ Oñate, Jorge Antonio Oñate Dangond, José Jorge Oñate Canales, Mario Cerchar, entre otros.
Precisamente el ‘Huracán’ Oñate es uno de los hijos del Ruiseñor del Cesar que quiere preservar el legado de su padre con su voz. “Aquellas personas que le gusta el vallenato de verdad y sabemos que una pieza fundamental como lo fue Jorge Oñate lo llena a uno de nostalgia, yo como hijo me encuentro con sentimientos encontrados, a veces escucho su música pero nada de eso cubre la parte de saber uno que no está esa persona y que uno quisiera estuviera, es más los recuerdos en la música y hay que recordarlo es con música”.
El homenaje cerró en el salón Robles de La Paz donde se llevó a cabo un conversatorio con grandes amigos y conocedores de la historia de Jorge Oñate.
El locutor y amigo de Jorge Oñate, Álvaro Álvarez, fue uno de los que llegó hasta la última morada de quien recibió en 2010 el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical. “Hace falta el ser humano, porque musicalmente uno lo recuerda con toda su música, pero él, su parte física, sobre todo a su señora y a sus hijos, es un hueco irreparable, algo indescriptible. Yo lo recuerdo por la nobleza de él”, dijo Álvarez.
Cabe recordar que El Jilguero de América murió en una clínica de Medellín por complicaciones derivadas del covid-19, a la edad de 71 años.
Dejó un valioso legado con sus éxitos, discos de platino, congos de oro, reconocimientos y un tesoro musical que suena todos los días en Colombia y el mundo.
Canciones como ‘El campesino parrandero’, ‘La parranda y la mujer’, ‘Nido de amor’, ‘Nunca comprendí tu amor’, ‘El más fuerte’, ‘Calma mi melancolía’, ‘La vieja Sara’ y ‘Paisaje de sol’, siempre serán recordadas al igual que sus chistes y anécdotas.
POR: JOSÉ A. MARTÍNEZ / EL PILÓN
El hijo ilustre de los pacíficos y cantante insignia del vallenato, fue recordado como suelen homenajear a los grandes del folclor: con música de acordeón, cantos y versos.
En una valla ubicada en la entrada del municipio de La Paz se puede leer el mensaje: “Jorge Oñate, nuestro orgullo”. Esas dos palabras resumen lo que significó el Jilguero de América para esta población del Cesar que este martes conmemoró el segundo aniversario de la partida del juglar vallenato.
El hijo ilustre de La Paz, orgullo de los pacíficos y cantante insignia del vallenato, fue recordado como suelen recordar a los grandes del folclor: con música de acordeón, cantos y versos.
El homenaje póstumo tuvo como epicentro el cementerio central de la municipalidad y contó con la presencia de familiares, amigos, colegas y autoridades de la región. En el camposanto se realizó una misa campal acompañada de una ofrenda floral.
Al lugar arribaron innumerables seguidores del ídolo del vallenato para recordar su legado. Entre ellos destacaba Óscar Henríquez, un villanuevero que dijo ser fanático ‘número uno’ de Oñate y que llegó a La Paz para conmemorar el segundo aniversario de su fallecimiento.
“Dejó un vacío muy grande en el vallenato. Está con nosotros con el legado que dejó, lastimosamente esta es la realidad de la vida y tenemos que resignarnos”, dijo Henríquez.
Entre los fanáticos se encontraba Selenis Mendoza, quien además de seguidora es ahijada de Oñate. “A diario recordamos sus canciones y anécdotas. Era un padrino excepcional, no tanto por el artista sino por el ser humano. Lo recuerdo mucho por el compromiso, por su gente, su familia, era una persona muy dadivosa y comprometida”, señaló Mendoza quien vestía, junto a su hija, una camiseta con la fotografía de Jorge Oñate estampada.
Bernardo Daza, conocido como ‘Monito de Ocha’, llegó desde San Juan del Cesar a demostrarle admiración al gran amigo que ya no está. “Desde pelado soy seguidor de él, y me he sentido afligido. Le hace mucha falta a la música vallenata, él era fuerte, mortal”, expresó.
Posteriormente, se llevó a cabo una serenata de mariachis, como preámbulo al homenaje musical a ritmo de acordeón, canciones y versos.
El acordeón del Rey de Reyes Álvaro López, de la dinastía pacífica y compañero musical por muchos años de Oñate, amenizó el sentido homenaje.
Así mismo, interpretaron sus notas reyes vallenatos como Chiche Martínez y Chemita Ramos. También participaron los acordeoneros Carlos Ramírez y Román López.
Raúl ‘Chiche’ Martínez, Rey Vallenato 1981 y quien acompañó musicalmente por tres años a Jorge Oñate, hizo presencia en el homenaje y en diálogo con EL PILÓN reconoció la importancia de El Jilguero en su carrera musical.
“Jorge para mí fue un gran amigo y fue el mejor cantante de la música vallenata. Lleva dos años muerto pero su música se escucha en todas partes. Era el que le ponía la pimienta al folclor. La verdad es que Jorge me sacó del anonimato, le doy gracias a Dios y a él”, señaló Martínez quien grabó con Oñate varios éxitos, entre ellos, ‘Nido de amor’, ‘El copete’ y ‘Oye tú’.
En el lugar se escucharon voces nuevas del folclor como las de Jorge Luis ‘el Huracán’ Oñate, Jorge Antonio Oñate Dangond, José Jorge Oñate Canales, Mario Cerchar, entre otros.
Precisamente el ‘Huracán’ Oñate es uno de los hijos del Ruiseñor del Cesar que quiere preservar el legado de su padre con su voz. “Aquellas personas que le gusta el vallenato de verdad y sabemos que una pieza fundamental como lo fue Jorge Oñate lo llena a uno de nostalgia, yo como hijo me encuentro con sentimientos encontrados, a veces escucho su música pero nada de eso cubre la parte de saber uno que no está esa persona y que uno quisiera estuviera, es más los recuerdos en la música y hay que recordarlo es con música”.
El homenaje cerró en el salón Robles de La Paz donde se llevó a cabo un conversatorio con grandes amigos y conocedores de la historia de Jorge Oñate.
El locutor y amigo de Jorge Oñate, Álvaro Álvarez, fue uno de los que llegó hasta la última morada de quien recibió en 2010 el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical. “Hace falta el ser humano, porque musicalmente uno lo recuerda con toda su música, pero él, su parte física, sobre todo a su señora y a sus hijos, es un hueco irreparable, algo indescriptible. Yo lo recuerdo por la nobleza de él”, dijo Álvarez.
Cabe recordar que El Jilguero de América murió en una clínica de Medellín por complicaciones derivadas del covid-19, a la edad de 71 años.
Dejó un valioso legado con sus éxitos, discos de platino, congos de oro, reconocimientos y un tesoro musical que suena todos los días en Colombia y el mundo.
Canciones como ‘El campesino parrandero’, ‘La parranda y la mujer’, ‘Nido de amor’, ‘Nunca comprendí tu amor’, ‘El más fuerte’, ‘Calma mi melancolía’, ‘La vieja Sara’ y ‘Paisaje de sol’, siempre serán recordadas al igual que sus chistes y anécdotas.
POR: JOSÉ A. MARTÍNEZ / EL PILÓN