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Columnista - 13 febrero, 2020

Con futuro incierto

A pesar de que muchos coterráneos y también algunos foráneos se esfuerzan todos los días en la búsqueda de que Colombia sea un mejor país, es lamentable que los opositores a tan noble propósito, aunque son minoría, cada día frustran la esperanza de la mayoría demandante del logro de bienestar general en nuestro país. Ante […]

A pesar de que muchos coterráneos y también algunos foráneos se esfuerzan todos los días en la búsqueda de que Colombia sea un mejor país, es lamentable que los opositores a tan noble propósito, aunque son minoría, cada día frustran la esperanza de la mayoría demandante del logro de bienestar general en nuestro país.

Ante tal panorama se puede pronosticar que el futuro de nuestro país es incierto, especialmente porque sus autoridades y dirigentes políticos no desempeñan sus responsabilidades a cabalidad, por intereses diferentes al respeto de los derechos, libertades y deberes de la gente, cuyas vulneraciones desencadenan consecuencias de toda índole.

Tales inconveniencias, en Colombia han generado múltiples problemas complejos, entre los cuales sobresalen la corrupción, la subversión guerrillera, el paramilitarismo y el narcotráfico que, para colmo, conllevan un contubernio muy difícil de combatir, porque con sus ganancias de enormes cantidades de dineros ilícitos permean, no solo a las personas naturales y jurídicas, sino a los jerarcas de las diferentes religiones.

Desafortunadamente, en medio de estas desgracias ha surgido la polarización por la ideología política entre izquierda y derecha, causante de mayor discordia y más asesinatos de líderes y activistas sociales, ya que en el atroz maremágnum que vivimos, los autores intelectuales de los homicidios podría ser cualquiera de los involucrados en los grandes males del país antes dicho, con la intención de provocar confusión para que se perpetúe el conflicto armado interno, caldo de cultivo para corrupción, paramilitarismo y narcotráfico.

Este último propicio para que intervenga en nuestro país el gobierno de Estados Unidos que, obtusamente, persiste en la no legalización de los estupefacientes, cuyos mayores consumidores son sus habitantes.

Retomando el tema de nuestro futuro incierto, provendrá más que todo por la guerrilla del ELN, que pareciera no admitirá acuerdo de paz con el actual gobierno liderado por el presidente Duque, aduciendo desconfianza en vista de lo que está pasando con el acuerdo de paz pactado entre las Farc y el expresidente JM Santos (que, Fernando Londoño, el exministro de gobierno del expresidente Uribe, prometió harían trizas si el Centro Democrático tomaba el gobierno).

De cuyo acuerdo, varios importantes jefes farianos desmovilizados como ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’, ‘El paisa’ y otros han retornado como disidentes bajo la protección de Nicolás Maduro, dictador de Venezuela, que obedece ordenes desde Cuba, actual refugio de otros guerrilleros colombianos, entre los cuales se encuentran los máximos comandantes del ELN.

Con videos y panfletos amenazantes han anunciado un paro armado nacional, que comenzará mañana a las 6 AM y terminará el lunes 17 de febrero a las 6 AM. Advertencia que causa mucho miedo en la población civil y prejuicio a quienes ganan el sustento trasladándose a varios sitios por vía terrestre o acuática. Seguramente, pocos se atreverán a contravenir la orden de paro, como medida de protección de la vida y sus medios de transporte.

Columnista
13 febrero, 2020

Con futuro incierto

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

A pesar de que muchos coterráneos y también algunos foráneos se esfuerzan todos los días en la búsqueda de que Colombia sea un mejor país, es lamentable que los opositores a tan noble propósito, aunque son minoría, cada día frustran la esperanza de la mayoría demandante del logro de bienestar general en nuestro país. Ante […]


A pesar de que muchos coterráneos y también algunos foráneos se esfuerzan todos los días en la búsqueda de que Colombia sea un mejor país, es lamentable que los opositores a tan noble propósito, aunque son minoría, cada día frustran la esperanza de la mayoría demandante del logro de bienestar general en nuestro país.

Ante tal panorama se puede pronosticar que el futuro de nuestro país es incierto, especialmente porque sus autoridades y dirigentes políticos no desempeñan sus responsabilidades a cabalidad, por intereses diferentes al respeto de los derechos, libertades y deberes de la gente, cuyas vulneraciones desencadenan consecuencias de toda índole.

Tales inconveniencias, en Colombia han generado múltiples problemas complejos, entre los cuales sobresalen la corrupción, la subversión guerrillera, el paramilitarismo y el narcotráfico que, para colmo, conllevan un contubernio muy difícil de combatir, porque con sus ganancias de enormes cantidades de dineros ilícitos permean, no solo a las personas naturales y jurídicas, sino a los jerarcas de las diferentes religiones.

Desafortunadamente, en medio de estas desgracias ha surgido la polarización por la ideología política entre izquierda y derecha, causante de mayor discordia y más asesinatos de líderes y activistas sociales, ya que en el atroz maremágnum que vivimos, los autores intelectuales de los homicidios podría ser cualquiera de los involucrados en los grandes males del país antes dicho, con la intención de provocar confusión para que se perpetúe el conflicto armado interno, caldo de cultivo para corrupción, paramilitarismo y narcotráfico.

Este último propicio para que intervenga en nuestro país el gobierno de Estados Unidos que, obtusamente, persiste en la no legalización de los estupefacientes, cuyos mayores consumidores son sus habitantes.

Retomando el tema de nuestro futuro incierto, provendrá más que todo por la guerrilla del ELN, que pareciera no admitirá acuerdo de paz con el actual gobierno liderado por el presidente Duque, aduciendo desconfianza en vista de lo que está pasando con el acuerdo de paz pactado entre las Farc y el expresidente JM Santos (que, Fernando Londoño, el exministro de gobierno del expresidente Uribe, prometió harían trizas si el Centro Democrático tomaba el gobierno).

De cuyo acuerdo, varios importantes jefes farianos desmovilizados como ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’, ‘El paisa’ y otros han retornado como disidentes bajo la protección de Nicolás Maduro, dictador de Venezuela, que obedece ordenes desde Cuba, actual refugio de otros guerrilleros colombianos, entre los cuales se encuentran los máximos comandantes del ELN.

Con videos y panfletos amenazantes han anunciado un paro armado nacional, que comenzará mañana a las 6 AM y terminará el lunes 17 de febrero a las 6 AM. Advertencia que causa mucho miedo en la población civil y prejuicio a quienes ganan el sustento trasladándose a varios sitios por vía terrestre o acuática. Seguramente, pocos se atreverán a contravenir la orden de paro, como medida de protección de la vida y sus medios de transporte.