El aviturismo puede ser una alternativa económica para una región; así como una herramienta para que la gente aprecie la biodiversidad, conozca su entorno y aprecie la flora y fauna.
Cualquier persona aficionada, incluso aquellas que apenas empiezan a apreciar las aves y a unirse a grupos de expertos, puede contribuir con sus observaciones a que sean datos útiles para la ciencia. Así lo aseguró el investigador del Instituto Alexander Humboldt, Andrés Cuervo, que está en Valledupar en el marco de la Primera Fiesta Ornitológica del Caribe Colombiano.
De esta manera, el experto asegura que las personas pueden ser científicas por un día, acotando que “en vez de tener unos pocos científicos o universitarios dedicados al estudio ornitológico, sería grandioso que un ejército de turistas o aficionados puedan tomar datos de calidad para que los científicos lo puedan usar; lo cual nos daría una ventana de la existencia de aves en lugares y tiempo determinado, que pueden ser útiles para entender muchos procesos que afectan la biodiversidad. Por ejemplo, nos daría una pista clara de las tendencias poblacionales en aves, cuáles aves se están acabando, cuáles están llegando y no eran de acá (lo cual puede ocurrir cuando hay cambios en el paisaje)”.
Cuervo mencionó dos plataformas donde los amantes de las aves pueden registrar sus observaciones: la eBird, que es una aplicación desarrollada por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad Cornell y la Sociedad Audubon de Estados Unidos. “Al compartir registros en esta plataforma digital, cada observador de aves contribuye al conocimiento y conservación de estos vertebrados a nivel mundial. De esta manera, eBird se ha convertido en el proyecto de ciencia ciudadana más grande del mundo en cuanto a biodiversidad se refiere, y así lo demuestran los datos globales disponibles de forma gratuita: más de 360.000 personas han contribuido con cerca de 472’000.000 de registros de aves de 10.364 especies, en todos los países”, indicó.
Así como la Plataforma Naturalista, donde se pueden subir fotos de aves. Actúa como una red social, que pese a no saber el nombre científico de un animal, la comunidad de usuarios ayuda a identificar y validar, permitiendo entrar en las bases de datos de diversidad usados por los científicos.
Un bosquejo de la radiografía de aves dio a conocer el ambientalista Tomas Darío Gutiérrez, al manifestar que “el Cesar goza de la ventaja de poseer la Sierra Nevada, la Sierra de Perijá, el ecosistema guajiro que se mete en algunas regiones, la zona ciénaga de Zapatosa; además tenemos sabanas, reductos de bosques tropicales, por lo que tenemos una gran diversidad de aves”.
Aseguró que en el medio la mayoría de especies están amenazadas porque los bosques han sido exterminados, por lo que algunas de ellas han desaparecido o tienden a desaparecer como el turpial, el cardenal de La Guajira, el pájaro cacao, la guacamaya roja, entre otras, por lo que considera que se debe trabajar con todo el corazón para que las que se han ido vuelvan.
“Los colombianos tenemos el privilegio de ostentar el primer lugar en el planeta en diversidad de aves; además, las aves se han constituido en el mayor atractivo turístico del mundo. El aviturismo es el factor turístico que más está moviendo gente por toda la tierra; Colombia está predestinada a ser de este renglón uno de sus mayores fuentes de ingresos”, subrayó.
Gutiérrez precisó que “en lo ambiental tener tantas aves y diversidad es vital en muchos factores porque controlan insectos, dispersan semillas, polinizan flores y cantan; son un verdadero tesoro, por eso es importante que la resaltemos más con eventos como estos y perfilemos a Valledupar como uno de los lugares más atractivos del país en el avistamiento de aves”.
Rodrigo Gaviria Obregón, médico que tiene más de 20 años dedicado a la fotografía de aves en Colombia, presidió el panel de ‘La observación de aves en Colombia, una experiencia extraordinaria’, donde hizo un recuento de qué es pajarear y las experiencias que se viven cuando uno está observando pájaros. Fue una charla ligera para cualquier persona; no iba dirigida a biólogos ni especialistas, sino para aquellos que empiezan a pajarear, “en aras que se den cuenta que el hecho de salir al campo transmite paz espiritual y permite bienestar físico porque está comprobado que la naturaleza aumenta el sistema inmunológico de los seres humanos, por lo tanto se tendrá más salud y a la vez las aves representan dos cosas fundamentales: la libertad y la belleza, por lo que produce felicidad”, indicó.
Patricia Velásquez habló sobre unas especies presentes en un ecosistema casi desaparecido en la depresión momposina como el chabarrí, garzas, águilas y aves de bosques. Su conferencia fue de tipo anecdótico de su experiencia como bióloga, comenzando su carrera en un ecosistema que se está recuperando.
*Rafael Borja Acuña, biólogo, docente de la Universidad del Atlántico, disertó sobre las ‘Aves presentes en cuatro zonas de Ciénaga en la parte sur del departamento del Atlántico’, producto de un trabajo que se realizó para medir el impacto que generó la ruptura del canal del Dique cuando inundó la parte sur del departamento.
ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/ EL PILÓN
[email protected]
El aviturismo puede ser una alternativa económica para una región; así como una herramienta para que la gente aprecie la biodiversidad, conozca su entorno y aprecie la flora y fauna.
Cualquier persona aficionada, incluso aquellas que apenas empiezan a apreciar las aves y a unirse a grupos de expertos, puede contribuir con sus observaciones a que sean datos útiles para la ciencia. Así lo aseguró el investigador del Instituto Alexander Humboldt, Andrés Cuervo, que está en Valledupar en el marco de la Primera Fiesta Ornitológica del Caribe Colombiano.
De esta manera, el experto asegura que las personas pueden ser científicas por un día, acotando que “en vez de tener unos pocos científicos o universitarios dedicados al estudio ornitológico, sería grandioso que un ejército de turistas o aficionados puedan tomar datos de calidad para que los científicos lo puedan usar; lo cual nos daría una ventana de la existencia de aves en lugares y tiempo determinado, que pueden ser útiles para entender muchos procesos que afectan la biodiversidad. Por ejemplo, nos daría una pista clara de las tendencias poblacionales en aves, cuáles aves se están acabando, cuáles están llegando y no eran de acá (lo cual puede ocurrir cuando hay cambios en el paisaje)”.
Cuervo mencionó dos plataformas donde los amantes de las aves pueden registrar sus observaciones: la eBird, que es una aplicación desarrollada por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad Cornell y la Sociedad Audubon de Estados Unidos. “Al compartir registros en esta plataforma digital, cada observador de aves contribuye al conocimiento y conservación de estos vertebrados a nivel mundial. De esta manera, eBird se ha convertido en el proyecto de ciencia ciudadana más grande del mundo en cuanto a biodiversidad se refiere, y así lo demuestran los datos globales disponibles de forma gratuita: más de 360.000 personas han contribuido con cerca de 472’000.000 de registros de aves de 10.364 especies, en todos los países”, indicó.
Así como la Plataforma Naturalista, donde se pueden subir fotos de aves. Actúa como una red social, que pese a no saber el nombre científico de un animal, la comunidad de usuarios ayuda a identificar y validar, permitiendo entrar en las bases de datos de diversidad usados por los científicos.
Un bosquejo de la radiografía de aves dio a conocer el ambientalista Tomas Darío Gutiérrez, al manifestar que “el Cesar goza de la ventaja de poseer la Sierra Nevada, la Sierra de Perijá, el ecosistema guajiro que se mete en algunas regiones, la zona ciénaga de Zapatosa; además tenemos sabanas, reductos de bosques tropicales, por lo que tenemos una gran diversidad de aves”.
Aseguró que en el medio la mayoría de especies están amenazadas porque los bosques han sido exterminados, por lo que algunas de ellas han desaparecido o tienden a desaparecer como el turpial, el cardenal de La Guajira, el pájaro cacao, la guacamaya roja, entre otras, por lo que considera que se debe trabajar con todo el corazón para que las que se han ido vuelvan.
“Los colombianos tenemos el privilegio de ostentar el primer lugar en el planeta en diversidad de aves; además, las aves se han constituido en el mayor atractivo turístico del mundo. El aviturismo es el factor turístico que más está moviendo gente por toda la tierra; Colombia está predestinada a ser de este renglón uno de sus mayores fuentes de ingresos”, subrayó.
Gutiérrez precisó que “en lo ambiental tener tantas aves y diversidad es vital en muchos factores porque controlan insectos, dispersan semillas, polinizan flores y cantan; son un verdadero tesoro, por eso es importante que la resaltemos más con eventos como estos y perfilemos a Valledupar como uno de los lugares más atractivos del país en el avistamiento de aves”.
Rodrigo Gaviria Obregón, médico que tiene más de 20 años dedicado a la fotografía de aves en Colombia, presidió el panel de ‘La observación de aves en Colombia, una experiencia extraordinaria’, donde hizo un recuento de qué es pajarear y las experiencias que se viven cuando uno está observando pájaros. Fue una charla ligera para cualquier persona; no iba dirigida a biólogos ni especialistas, sino para aquellos que empiezan a pajarear, “en aras que se den cuenta que el hecho de salir al campo transmite paz espiritual y permite bienestar físico porque está comprobado que la naturaleza aumenta el sistema inmunológico de los seres humanos, por lo tanto se tendrá más salud y a la vez las aves representan dos cosas fundamentales: la libertad y la belleza, por lo que produce felicidad”, indicó.
Patricia Velásquez habló sobre unas especies presentes en un ecosistema casi desaparecido en la depresión momposina como el chabarrí, garzas, águilas y aves de bosques. Su conferencia fue de tipo anecdótico de su experiencia como bióloga, comenzando su carrera en un ecosistema que se está recuperando.
*Rafael Borja Acuña, biólogo, docente de la Universidad del Atlántico, disertó sobre las ‘Aves presentes en cuatro zonas de Ciénaga en la parte sur del departamento del Atlántico’, producto de un trabajo que se realizó para medir el impacto que generó la ruptura del canal del Dique cuando inundó la parte sur del departamento.
ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/ EL PILÓN
[email protected]