A la riqueza, la humanidad le ha otorgado enorme poder o demasiado valor, con alusión a tal preponderancia, a menudo escuchamos muchos refranes, entre los cuales, tenemos: Cuando el dinero habla, todos callan; Quien dinero tiene hace lo que quiere; En casa de mujer rica, ella manda y grita; Por dinero baila el perro, y los que […]
A la riqueza, la humanidad le ha otorgado enorme poder o demasiado valor, con alusión a tal preponderancia, a menudo escuchamos muchos refranes, entre los cuales, tenemos: Cuando el dinero habla, todos callan; Quien dinero tiene hace lo que quiere; En casa de mujer rica, ella manda y grita; Por dinero baila el perro, y los que no son perros también, agrego yo.
Mark Twain, dijo que “La falta de dinero es la raíz de todo mal”. Ayn Rand, afirma que “El dinero es el barómetro de las virtudes de una sociedad”. Y Benjamín Franklin, argumentó: “El que es de la opinión de que el dinero puede hacerlo todo, puede ser sospechoso de hacer todo por dinero”.
Aunque el título de esta columna concuerda con el pensamiento de Benjamín Franklin, su propósito no es quitarles validez a los adagios populares, tampoco menospreciar a Mark Twain ni a Ayn Rand, sino manifestar que en nuestro país impera la pleitesía (también léase idolatría) a la riqueza y, por ende, pulula la corrupción o la mermelada en cualquier instancia, tanto gubernamental como privada, convertido en un concubinato voraz, en el cual, se permite que quienes ocupan los altos mandos se enriquezcan indebidamente.
Por ejemplo; Germán Vargas Lleras, excandidato presidencial y supuesto máximo líder del partido Cambio Radical, en columna publicada en el periódico El Espectador, denuncia al actual gobierno de dar mermelada a senadores del clan Char, a cambio de favores legislativos. Tal imputación ha perjudicado sobre todo al partido del gobierno, ya que las objeciones del presidente Duque a la Ley Estatutaria de la JEP, en el Congreso, solo ha quedado con el apoyo del Centro Democrático, lo que presagia que dicha ley regresará intacta a la Casa de Nariño, para la sanción presidencial.
Otro duro revés para el uribismo rancio (también léase putrefacto o sucio), entre estos corruptos está, no cabe duda alguna, el fiscal general Néstor Humberto Martínez Neira, cínico como él pocos, por tanto, cada vez que habla, en vez de ayudar enloda más a los militantes del partido Centro Democrático, especialmente a Luis Carlos Sarmiento Angulo, su patrono y principal financiador de las campañas políticas de los uribistas distinguidos. Entre ellos figura, José Obdulio Gaviria Vélez, gran difusor de la doctrina uribista y quien fue influyente asesor presidencial durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez.
Que decir de la invariable lealtad del presidente Iván Duque Márquez, me imagino que a este joven personaje con cara de ingenuidad lo atemoriza mucho el odio furioso del jefe del Centro Democrático, porque ha sido testigo como ataca a quienes desobedecen sus órdenes. Juan Manuel Santos Calderón es evidencia de su ominosa venganza. Lo otro que le cala al joven presidente es la referida frase de Benjamín Franklin; es decir, que sea tan cínico como el fiscal de marras, ya que saldrá rico de la presidencia, además con pensión millonaria de por vida.
A la riqueza, la humanidad le ha otorgado enorme poder o demasiado valor, con alusión a tal preponderancia, a menudo escuchamos muchos refranes, entre los cuales, tenemos: Cuando el dinero habla, todos callan; Quien dinero tiene hace lo que quiere; En casa de mujer rica, ella manda y grita; Por dinero baila el perro, y los que […]
A la riqueza, la humanidad le ha otorgado enorme poder o demasiado valor, con alusión a tal preponderancia, a menudo escuchamos muchos refranes, entre los cuales, tenemos: Cuando el dinero habla, todos callan; Quien dinero tiene hace lo que quiere; En casa de mujer rica, ella manda y grita; Por dinero baila el perro, y los que no son perros también, agrego yo.
Mark Twain, dijo que “La falta de dinero es la raíz de todo mal”. Ayn Rand, afirma que “El dinero es el barómetro de las virtudes de una sociedad”. Y Benjamín Franklin, argumentó: “El que es de la opinión de que el dinero puede hacerlo todo, puede ser sospechoso de hacer todo por dinero”.
Aunque el título de esta columna concuerda con el pensamiento de Benjamín Franklin, su propósito no es quitarles validez a los adagios populares, tampoco menospreciar a Mark Twain ni a Ayn Rand, sino manifestar que en nuestro país impera la pleitesía (también léase idolatría) a la riqueza y, por ende, pulula la corrupción o la mermelada en cualquier instancia, tanto gubernamental como privada, convertido en un concubinato voraz, en el cual, se permite que quienes ocupan los altos mandos se enriquezcan indebidamente.
Por ejemplo; Germán Vargas Lleras, excandidato presidencial y supuesto máximo líder del partido Cambio Radical, en columna publicada en el periódico El Espectador, denuncia al actual gobierno de dar mermelada a senadores del clan Char, a cambio de favores legislativos. Tal imputación ha perjudicado sobre todo al partido del gobierno, ya que las objeciones del presidente Duque a la Ley Estatutaria de la JEP, en el Congreso, solo ha quedado con el apoyo del Centro Democrático, lo que presagia que dicha ley regresará intacta a la Casa de Nariño, para la sanción presidencial.
Otro duro revés para el uribismo rancio (también léase putrefacto o sucio), entre estos corruptos está, no cabe duda alguna, el fiscal general Néstor Humberto Martínez Neira, cínico como él pocos, por tanto, cada vez que habla, en vez de ayudar enloda más a los militantes del partido Centro Democrático, especialmente a Luis Carlos Sarmiento Angulo, su patrono y principal financiador de las campañas políticas de los uribistas distinguidos. Entre ellos figura, José Obdulio Gaviria Vélez, gran difusor de la doctrina uribista y quien fue influyente asesor presidencial durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez.
Que decir de la invariable lealtad del presidente Iván Duque Márquez, me imagino que a este joven personaje con cara de ingenuidad lo atemoriza mucho el odio furioso del jefe del Centro Democrático, porque ha sido testigo como ataca a quienes desobedecen sus órdenes. Juan Manuel Santos Calderón es evidencia de su ominosa venganza. Lo otro que le cala al joven presidente es la referida frase de Benjamín Franklin; es decir, que sea tan cínico como el fiscal de marras, ya que saldrá rico de la presidencia, además con pensión millonaria de por vida.