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Columnista - 26 octubre, 2017

Comprometidos contra la corrupción

Celebrado el reciente Acuerdo de Paz, se ha vislumbrado un nuevo despertar, disminución de acciones violentas, masacres, atentados terroristas y desplazamiento, minimizando el sufrimiento y el dolor en muchas familias colombianas, lo que ha dejado un espacio visible del grave problema que por décadas ha azotado a esta Nación: “la corrupción” Colombia ha sufrido el […]

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Celebrado el reciente Acuerdo de Paz, se ha vislumbrado un nuevo despertar, disminución de acciones violentas, masacres, atentados terroristas y desplazamiento, minimizando el sufrimiento y el dolor en muchas familias colombianas, lo que ha dejado un espacio visible del grave problema que por décadas ha azotado a esta Nación: “la corrupción”

Colombia ha sufrido el multimillonario desfalco que la justicia ha dado a conocer; en la construcción de la central hidroeléctrica El Guavio, el pago de manera irregular de millonarias pensiones en Foncolpuerto, la entrega irregular de narco bienes en la Dirección Nacional de Estupefacientes, la estafa a los inversionistas de interbolsa y Premium, el carrusel de la contratación de Bogotá, Agroingreso Seguro, los millonarios recobros de la EPS Salucoop, el escándalo de Fidupetrol, los sobornos de Obredecht y el reciente escándalo del cartel de la toga.

Lo que demuestra que la corrupción ha permeado todas las esferas de la sociedad y se ha convertido en la principal responsable de la inequidad, pobreza y falta de inversión que permita el bienestar y mejoramiento de las condiciones de vida de nuestra gente.

Por eso es necesario adelantar una cruzada para extinguir la corrupción de nuestro diario vivir, que cada uno de los colombianos aportemos nuestro grano de arena contra este flagelo que tanto daño nos ha hecho, desangrando el erario, atentando contra la educación, la salud, la infraestructura o saneamiento básico, pero sobre todo con los sueños y esperanzas de millones de colombianos de construir un mejor país que le garantice un mejor futuro para su familia.

Para ello se requiere el concurso de todos, que el constituyente primario asuma su compromiso de que el país necesita dignatarios que rijan los destinos de esta nación con entereza social y compromiso en pro del bienestar general, fundamentado en el respeto y lucidez en el manejo de lo público

Que los servidores públicos se revistan de trasparencia, eficiencia y equidad en cumplimiento de sus funciones con el principio de servirles al país y enaltecer con orgullo el deber cumplido.

Que exista una efectiva y objetiva justicia, que propenda por una convivencia armoniosa y que asegure un orden social, justo y equitativo, que implementemos la política como el arte de servir, y siendo conscientes que cada decisión de nuestra vida personal, profesional o laboral es una acción político-social que puede repercutir, afectar o mejorar el modus vivendi de una comunidad.

Colombia necesita del concurso de todos, para sacarla adelante de esta difícil situación de corrupción que la agobia, necesita de la voluntad y decisión de todos sus habitantes para enderezar su rumbo, de encausar su camino hacia un verdadero Estado Social de Derecho, donde prime el orden constitucional, el respeto y credibilidad por las instituciones y la satisfacción de las necesidades de sus habitantes.

Por eso es necesario que implementemos principios, ética y valores que orienten un comportamiento integro en todos los ámbitos de nuestra vida, permitiendo el renacimiento de una nueva sociedad, una correcta política de justicia, servidores públicos coherentes, respetuosos, confiables y justos, de lo contrario estaremos condenando a nuestra patria a la debacle.

Por Diógenes Pino Sanjur

Columnista
26 octubre, 2017

Comprometidos contra la corrupción

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Diógenes Pino Sanjur

Celebrado el reciente Acuerdo de Paz, se ha vislumbrado un nuevo despertar, disminución de acciones violentas, masacres, atentados terroristas y desplazamiento, minimizando el sufrimiento y el dolor en muchas familias colombianas, lo que ha dejado un espacio visible del grave problema que por décadas ha azotado a esta Nación: “la corrupción” Colombia ha sufrido el […]


Celebrado el reciente Acuerdo de Paz, se ha vislumbrado un nuevo despertar, disminución de acciones violentas, masacres, atentados terroristas y desplazamiento, minimizando el sufrimiento y el dolor en muchas familias colombianas, lo que ha dejado un espacio visible del grave problema que por décadas ha azotado a esta Nación: “la corrupción”

Colombia ha sufrido el multimillonario desfalco que la justicia ha dado a conocer; en la construcción de la central hidroeléctrica El Guavio, el pago de manera irregular de millonarias pensiones en Foncolpuerto, la entrega irregular de narco bienes en la Dirección Nacional de Estupefacientes, la estafa a los inversionistas de interbolsa y Premium, el carrusel de la contratación de Bogotá, Agroingreso Seguro, los millonarios recobros de la EPS Salucoop, el escándalo de Fidupetrol, los sobornos de Obredecht y el reciente escándalo del cartel de la toga.

Lo que demuestra que la corrupción ha permeado todas las esferas de la sociedad y se ha convertido en la principal responsable de la inequidad, pobreza y falta de inversión que permita el bienestar y mejoramiento de las condiciones de vida de nuestra gente.

Por eso es necesario adelantar una cruzada para extinguir la corrupción de nuestro diario vivir, que cada uno de los colombianos aportemos nuestro grano de arena contra este flagelo que tanto daño nos ha hecho, desangrando el erario, atentando contra la educación, la salud, la infraestructura o saneamiento básico, pero sobre todo con los sueños y esperanzas de millones de colombianos de construir un mejor país que le garantice un mejor futuro para su familia.

Para ello se requiere el concurso de todos, que el constituyente primario asuma su compromiso de que el país necesita dignatarios que rijan los destinos de esta nación con entereza social y compromiso en pro del bienestar general, fundamentado en el respeto y lucidez en el manejo de lo público

Que los servidores públicos se revistan de trasparencia, eficiencia y equidad en cumplimiento de sus funciones con el principio de servirles al país y enaltecer con orgullo el deber cumplido.

Que exista una efectiva y objetiva justicia, que propenda por una convivencia armoniosa y que asegure un orden social, justo y equitativo, que implementemos la política como el arte de servir, y siendo conscientes que cada decisión de nuestra vida personal, profesional o laboral es una acción político-social que puede repercutir, afectar o mejorar el modus vivendi de una comunidad.

Colombia necesita del concurso de todos, para sacarla adelante de esta difícil situación de corrupción que la agobia, necesita de la voluntad y decisión de todos sus habitantes para enderezar su rumbo, de encausar su camino hacia un verdadero Estado Social de Derecho, donde prime el orden constitucional, el respeto y credibilidad por las instituciones y la satisfacción de las necesidades de sus habitantes.

Por eso es necesario que implementemos principios, ética y valores que orienten un comportamiento integro en todos los ámbitos de nuestra vida, permitiendo el renacimiento de una nueva sociedad, una correcta política de justicia, servidores públicos coherentes, respetuosos, confiables y justos, de lo contrario estaremos condenando a nuestra patria a la debacle.

Por Diógenes Pino Sanjur