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Columnista - 1 octubre, 2022

¿Cómo prepararse para una nueva realidad económica?

La última perspectiva de los economistas jefe del Foro Económico Mundial sugiere que una recesión global es “algo probable” y las consecuencias afectarán la desigualdad. Justo esta semana, la OCDE emitió un mensaje similar en su informe provisional, advirtiendo que los indicadores recientes “han empeorado”. Este informe se basa en la más reciente investigación para el desarrollo de la Nueva […]

La última perspectiva de los economistas jefe del Foro Económico Mundial sugiere que una recesión global es “algo probable” y las consecuencias afectarán la desigualdad. Justo esta semana, la OCDE emitió un mensaje similar en su informe provisional, advirtiendo que los indicadores recientes “han empeorado”.

Este informe se basa en la más reciente investigación para el desarrollo de la Nueva Economía y Sociedad. Pretende resumir los contornos emergentes del entorno económico actual e identificar prioridades para futuras acciones por parte de los formuladores de políticas y los líderes. Para el desarrollo del informe el foro preguntó a cuatro economistas jefes que participaron en la encuesta qué políticas creen que protegerán a los más vulnerables y cómo podría orientarse esta nueva realidad económica para prepararse mejor para el futuro.

Sobre la fijación del precio del carbono (a nivel mundial), Christian Keller, Jefe, Investigación Económica, Barclays, recalcó lo siguiente: fijar el precio de las emisiones de carbono, o la internalización de su externalidad negativa, es el primer paso para resolver esta “falla del mercado”. Aumentar su precio desincentiva las emisiones de carbono, al mismo tiempo que genera ingresos públicos para compensar a los grupos afectados negativamente por la transición y/o financiar bienes públicos como la infraestructura energética baja en carbono.

Respecto de “Construir una estrategia de precios resiliente y sostenible” Gregory Daco, economista jefe, EY-Parthenon, EE. UU, consideró que “los diversos impulsores de la actividad económica que antes se daban por descontados ahora merecerán mucha más atención por parte de las empresas, los inversores y los consumidores. Habrá cinco principios centrales para este nuevo paradigma: inflación, mano de obra, cadena de suministro, el costo del capital y cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y de sostenibilidad”

Eric Parrado, Economista Jefe; Gerente General, Departamento de Investigación, Banco Interamericano de Desarrollo, encaró su disertación sobre el abordaje de los factores estructurales para reducir las vulnerabilidades futuras, a través de las políticas con un enfoque de corto y largo plazo. En el corto plazo, los gobiernos deberían otorgar transferencias a las poblaciones más pobres para compensar los aumentos en los precios de los alimentos. Esto ayuda a evitar que las personas caigan en la pobreza y la pobreza extrema. Los subsidios deben diseñarse y financiarse cuidadosamente para evitar mayores desequilibrios fiscales que podrían contribuir a tasas de inflación más altas.

Entre tanto, Svenja Gudell, economista jefe, Indeed, considera necesario “Impulsar la oportunidad y la protección del empleo”, mediante el acceso a buenos empleos para mantener la calidad de vida y el bienestar, especialmente, a las poblaciones vulnerables incluyendo: contratación basada en habilidades, pago y transparencia salarial, contratación de segunda oportunidad, herramientas y adaptaciones de accesibilidad, y contratación inclusiva e imparcial.

La inflación disparada y los salarios cayendo, la crisis mundial del costo de vida está afectando más a los más vulnerables. Razones que invitan a los responsables de la formulación de políticas del mundo y en particular de Colombia, que no es suficiente el control de la inflación ni minimizar el impacto en el crecimiento, el objetivo superior debe estar dirigido en el apoyo específico para quienes más lo necesitan, para que los efectos colaterales no profundicen el deterioro del poder adquisitivo de los hogares agravado por las presiones agregadas sobre las necesidades básicas como los alimentos y la energía.

Columnista
1 octubre, 2022

¿Cómo prepararse para una nueva realidad económica?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

La última perspectiva de los economistas jefe del Foro Económico Mundial sugiere que una recesión global es “algo probable” y las consecuencias afectarán la desigualdad. Justo esta semana, la OCDE emitió un mensaje similar en su informe provisional, advirtiendo que los indicadores recientes “han empeorado”. Este informe se basa en la más reciente investigación para el desarrollo de la Nueva […]


La última perspectiva de los economistas jefe del Foro Económico Mundial sugiere que una recesión global es “algo probable” y las consecuencias afectarán la desigualdad. Justo esta semana, la OCDE emitió un mensaje similar en su informe provisional, advirtiendo que los indicadores recientes “han empeorado”.

Este informe se basa en la más reciente investigación para el desarrollo de la Nueva Economía y Sociedad. Pretende resumir los contornos emergentes del entorno económico actual e identificar prioridades para futuras acciones por parte de los formuladores de políticas y los líderes. Para el desarrollo del informe el foro preguntó a cuatro economistas jefes que participaron en la encuesta qué políticas creen que protegerán a los más vulnerables y cómo podría orientarse esta nueva realidad económica para prepararse mejor para el futuro.

Sobre la fijación del precio del carbono (a nivel mundial), Christian Keller, Jefe, Investigación Económica, Barclays, recalcó lo siguiente: fijar el precio de las emisiones de carbono, o la internalización de su externalidad negativa, es el primer paso para resolver esta “falla del mercado”. Aumentar su precio desincentiva las emisiones de carbono, al mismo tiempo que genera ingresos públicos para compensar a los grupos afectados negativamente por la transición y/o financiar bienes públicos como la infraestructura energética baja en carbono.

Respecto de “Construir una estrategia de precios resiliente y sostenible” Gregory Daco, economista jefe, EY-Parthenon, EE. UU, consideró que “los diversos impulsores de la actividad económica que antes se daban por descontados ahora merecerán mucha más atención por parte de las empresas, los inversores y los consumidores. Habrá cinco principios centrales para este nuevo paradigma: inflación, mano de obra, cadena de suministro, el costo del capital y cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y de sostenibilidad”

Eric Parrado, Economista Jefe; Gerente General, Departamento de Investigación, Banco Interamericano de Desarrollo, encaró su disertación sobre el abordaje de los factores estructurales para reducir las vulnerabilidades futuras, a través de las políticas con un enfoque de corto y largo plazo. En el corto plazo, los gobiernos deberían otorgar transferencias a las poblaciones más pobres para compensar los aumentos en los precios de los alimentos. Esto ayuda a evitar que las personas caigan en la pobreza y la pobreza extrema. Los subsidios deben diseñarse y financiarse cuidadosamente para evitar mayores desequilibrios fiscales que podrían contribuir a tasas de inflación más altas.

Entre tanto, Svenja Gudell, economista jefe, Indeed, considera necesario “Impulsar la oportunidad y la protección del empleo”, mediante el acceso a buenos empleos para mantener la calidad de vida y el bienestar, especialmente, a las poblaciones vulnerables incluyendo: contratación basada en habilidades, pago y transparencia salarial, contratación de segunda oportunidad, herramientas y adaptaciones de accesibilidad, y contratación inclusiva e imparcial.

La inflación disparada y los salarios cayendo, la crisis mundial del costo de vida está afectando más a los más vulnerables. Razones que invitan a los responsables de la formulación de políticas del mundo y en particular de Colombia, que no es suficiente el control de la inflación ni minimizar el impacto en el crecimiento, el objetivo superior debe estar dirigido en el apoyo específico para quienes más lo necesitan, para que los efectos colaterales no profundicen el deterioro del poder adquisitivo de los hogares agravado por las presiones agregadas sobre las necesidades básicas como los alimentos y la energía.