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Columnista - 7 octubre, 2022

“Como decíamos ayer”

Después de un larguito receso por problemas de salud ya solucionados y de haber escrito más de mil artículos en este periódico, reinicio esta actividad con mucho ánimo y vitalidad.  Gracias a todos aquellos que en la calle o en cualquier parte que me encontraban me decían: “ajá y qué, te retiraste; u otros: “oye, […]

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Después de un larguito receso por problemas de salud ya solucionados y de haber escrito más de mil artículos en este periódico, reinicio esta actividad con mucho ánimo y vitalidad. 

Gracias a todos aquellos que en la calle o en cualquier parte que me encontraban me decían: “ajá y qué, te retiraste; u otros: “oye, qué pasa, te dejaron de pagar en El Pilón y muchos: “si no vas a escribir más, dímelo para no comprar más El Pilón, mala vaina la tuya”. Bueno, para complacerlos, ahí va esta:

Yo soy un admirador, no fanático del expresidente Álvaro Uribe Vélez y estoy agradecido con él por habernos rescatado de las garras de la guerrilla que ya estaba dueña de más de medio país, pero también le reconozco como humano que es, que cometió errores que a la larga le sirvieron a Petro para llegar a la Presidencia: la supresión de las horas extras y nocturnas, haberle quitado la 14 mesada a miles de pensionados, sirvió para que más de un millón de votos le resolvieran el problema al señor presidente Gustavo Petro. Ojalá le vaya bien.

Y otro error, en este país de tantos vagos, miles de estudiantes ociosos y pobres y con gente más pobre todavía, donde hay tantas fiestas por culpa de la famosa Ley Emiliani, que debe ser revisada; nos damos el lujo de tener una Semana Santa, la del Víacrucis y Resurrección del Señor, que también debe de modificarse y dejar solamente el Jueves, Viernes y Sábado y la ‘Semana de Uribe’, 8 o más días como premio a la vagancia y ociosidad de unos estudiantes que en su inmensa mayoría quieren hacerse bachilleres y profesionales sin ningún esfuerzo, produciéndole unos gastos extras a los padres que están asfixiados por el alto costo de la vida, la plata no alcanza para nada, pues día a día los precios de todo, especialmente la comida está por las nubes. 

Ahora todo ha cambiado y los muchachos en vez de coger para sus casas a ver a sus papás jalan, los que están en Barranquilla, para Miami, de Medellín a Barranquilla, de Bogotá a Pasto, de aquí del Valle a San Andrés y los de Pasto para Riohacha y Bucaramanga o Leticia y así sin pensar en el costo elevado de los pasajes, de la estadía y otros gastos, eso no les importa que el papá y la mamá revienten por donde sea, que empeñen sus joyas o carros o hipotequen la casita o la huerta, pero van porque van. Por eso esa famosa semana de Uribe debe de acabarse.

Señor alcalde Mello Castro, no solamente los que ponen votos y aportan sumas voluminosas de dinero tienen derecho a pedir a su administración, también los que lo ayudamos haciéndole campaña de esquina en esquina y a toda hora, escribiendo para promocionar su nombre y permitir que hoy esté donde está, tenemos ese derecho. Es la última vez, se lo juro y no me gusta jurar, ni tampoco es amenaza que le insisto para que ordene a sus subalternos, que parece que no le paran bola o sus órdenes son ficticias que instalen el “policía acostao” que otra administración que no era amiga nos hizo instalar a la entrada de la Unidad Residencial Rosas del Ateneo, donde vivo, pero también residen más de 100 personas, que en un 90% votaron por usted y nos las quitaron provisionalmente en los pasados Juegos Panamericanos y hasta el día de hoy no ha sido posible su reinstalación. Todos los días mis vecinos me dicen: “oye José Aponte, pero ese alcalde tuyo no te para bolas, estás jodido”. Alcalde, por Dios, párele bolas a la gente del Rosas del Ateneo y evite una tragedia, que en cualquier momento puede presentarse por las grandes velocidades que llevan carros y motos cuando bajan y suben por la carrera 11 convertida hoy en una pista de carreras.

Columnista
7 octubre, 2022

“Como decíamos ayer”

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Después de un larguito receso por problemas de salud ya solucionados y de haber escrito más de mil artículos en este periódico, reinicio esta actividad con mucho ánimo y vitalidad.  Gracias a todos aquellos que en la calle o en cualquier parte que me encontraban me decían: “ajá y qué, te retiraste; u otros: “oye, […]


Después de un larguito receso por problemas de salud ya solucionados y de haber escrito más de mil artículos en este periódico, reinicio esta actividad con mucho ánimo y vitalidad. 

Gracias a todos aquellos que en la calle o en cualquier parte que me encontraban me decían: “ajá y qué, te retiraste; u otros: “oye, qué pasa, te dejaron de pagar en El Pilón y muchos: “si no vas a escribir más, dímelo para no comprar más El Pilón, mala vaina la tuya”. Bueno, para complacerlos, ahí va esta:

Yo soy un admirador, no fanático del expresidente Álvaro Uribe Vélez y estoy agradecido con él por habernos rescatado de las garras de la guerrilla que ya estaba dueña de más de medio país, pero también le reconozco como humano que es, que cometió errores que a la larga le sirvieron a Petro para llegar a la Presidencia: la supresión de las horas extras y nocturnas, haberle quitado la 14 mesada a miles de pensionados, sirvió para que más de un millón de votos le resolvieran el problema al señor presidente Gustavo Petro. Ojalá le vaya bien.

Y otro error, en este país de tantos vagos, miles de estudiantes ociosos y pobres y con gente más pobre todavía, donde hay tantas fiestas por culpa de la famosa Ley Emiliani, que debe ser revisada; nos damos el lujo de tener una Semana Santa, la del Víacrucis y Resurrección del Señor, que también debe de modificarse y dejar solamente el Jueves, Viernes y Sábado y la ‘Semana de Uribe’, 8 o más días como premio a la vagancia y ociosidad de unos estudiantes que en su inmensa mayoría quieren hacerse bachilleres y profesionales sin ningún esfuerzo, produciéndole unos gastos extras a los padres que están asfixiados por el alto costo de la vida, la plata no alcanza para nada, pues día a día los precios de todo, especialmente la comida está por las nubes. 

Ahora todo ha cambiado y los muchachos en vez de coger para sus casas a ver a sus papás jalan, los que están en Barranquilla, para Miami, de Medellín a Barranquilla, de Bogotá a Pasto, de aquí del Valle a San Andrés y los de Pasto para Riohacha y Bucaramanga o Leticia y así sin pensar en el costo elevado de los pasajes, de la estadía y otros gastos, eso no les importa que el papá y la mamá revienten por donde sea, que empeñen sus joyas o carros o hipotequen la casita o la huerta, pero van porque van. Por eso esa famosa semana de Uribe debe de acabarse.

Señor alcalde Mello Castro, no solamente los que ponen votos y aportan sumas voluminosas de dinero tienen derecho a pedir a su administración, también los que lo ayudamos haciéndole campaña de esquina en esquina y a toda hora, escribiendo para promocionar su nombre y permitir que hoy esté donde está, tenemos ese derecho. Es la última vez, se lo juro y no me gusta jurar, ni tampoco es amenaza que le insisto para que ordene a sus subalternos, que parece que no le paran bola o sus órdenes son ficticias que instalen el “policía acostao” que otra administración que no era amiga nos hizo instalar a la entrada de la Unidad Residencial Rosas del Ateneo, donde vivo, pero también residen más de 100 personas, que en un 90% votaron por usted y nos las quitaron provisionalmente en los pasados Juegos Panamericanos y hasta el día de hoy no ha sido posible su reinstalación. Todos los días mis vecinos me dicen: “oye José Aponte, pero ese alcalde tuyo no te para bolas, estás jodido”. Alcalde, por Dios, párele bolas a la gente del Rosas del Ateneo y evite una tragedia, que en cualquier momento puede presentarse por las grandes velocidades que llevan carros y motos cuando bajan y suben por la carrera 11 convertida hoy en una pista de carreras.