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Columnista - 7 febrero, 2021

¿Cómo comprendemos las realidades y hechos a los que nos enfrentamos?

Se observa con preocupación que en la actualidad existe una tendencia en la sociedad en dar credibilidad a las noticias falsas, en algunos casos absurdas o fundamentadas en argumentos que no corresponden con lo planteado, y por el contrario se da poco valor o se cuestionan las opiniones y conceptos que emiten los científicos, académicos […]

Boton Wpp

Se observa con preocupación que en la actualidad existe una tendencia en la sociedad en dar credibilidad a las noticias falsas, en algunos casos absurdas o fundamentadas en argumentos que no corresponden con lo planteado, y por el contrario se da poco valor o se cuestionan las opiniones y conceptos que emiten los científicos, académicos e instituciones que cuentan con trayectoria y reconocimiento en ciertas áreas del conocimiento. Lo expuesto podría llevar a pensar que la ciencia ha caído en desprestigio, creeríamos que no, porque son muchas las noticias falsas que se sustentan en supuestas posiciones de personalidades reconocidas o ficticias que tienen autoridad académica en el tema que exponen.

Si buscamos explicaciones ante lo expuesto, surge el cuestionamiento ¿cómo las personas llegan a convencerse de una noticia falsa? Podríamos pensar como primera posibilidad que la gente no cuenta con información, explicación utilizada en décadas anteriores, lo que se descarta inmediatamente, ya que el internet y medios masivos de comunicación permiten acceder a una cantidad innumerable de datos.

La segunda posibilidad para comprender la pregunta orientadora sería decir que las personas no cuentan con capacidad suficiente de discernimiento y dominio del tema, entonces surge el cuestionamiento: ¿por qué se da crédito o se difunde una noticia que no se comprende, sobre un tema desconocido? Lo que nos convierte en una especie irresponsable. ¿Qué tanto lo somos?

Podemos considerar un tercer aspecto, la utilidad de la noticia falsa, se pensaría que se da crédito a una noticia falsa porque justifica comportamientos en los cuales el ser humano se ve proyectado, comportamientos que de otra manera generarían rechazo y cuestionamientos por parte de la sociedad. Esta situación conlleva un peligro para la humanidad en la medida que esas actuaciones generan perjuicio en las demás personas, por ejemplo, cuando se violan las normas sanitarias y se pone en riesgo la salud de una comunidad.

Un cuarto aspecto a considerar y tal vez el más preocupante es que no tenemos capacidad para asumir una actitud analítica, crítica y reflexiva frente a la información que recibimos, lo que lleva a pensar que los procesos mentales superiores no están funcionando de la mejor manera; este aspecto podría tener su origen en una base deficiente de la formación recibida en los primeros niveles educativos y en el entorno familiar, lo que genera un riesgo alto de desarrollarse un círculo vicioso a partir de que se replique en las siguientes generaciones.

Se invita a la población en general a cuestionarse sobre las posturas que se asumen y defienden frente a la información que se recibe a diario. La academia debe generar espacios de análisis y discusión frente al tema con la finalidad de encontrar las causas y mitigar las consecuencias negativas de la aceptación y difusión de noticias y conocimientos alejados de la ciencia.

Columnista
7 febrero, 2021

¿Cómo comprendemos las realidades y hechos a los que nos enfrentamos?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Lorena Cudris Torres

Se observa con preocupación que en la actualidad existe una tendencia en la sociedad en dar credibilidad a las noticias falsas, en algunos casos absurdas o fundamentadas en argumentos que no corresponden con lo planteado, y por el contrario se da poco valor o se cuestionan las opiniones y conceptos que emiten los científicos, académicos […]


Se observa con preocupación que en la actualidad existe una tendencia en la sociedad en dar credibilidad a las noticias falsas, en algunos casos absurdas o fundamentadas en argumentos que no corresponden con lo planteado, y por el contrario se da poco valor o se cuestionan las opiniones y conceptos que emiten los científicos, académicos e instituciones que cuentan con trayectoria y reconocimiento en ciertas áreas del conocimiento. Lo expuesto podría llevar a pensar que la ciencia ha caído en desprestigio, creeríamos que no, porque son muchas las noticias falsas que se sustentan en supuestas posiciones de personalidades reconocidas o ficticias que tienen autoridad académica en el tema que exponen.

Si buscamos explicaciones ante lo expuesto, surge el cuestionamiento ¿cómo las personas llegan a convencerse de una noticia falsa? Podríamos pensar como primera posibilidad que la gente no cuenta con información, explicación utilizada en décadas anteriores, lo que se descarta inmediatamente, ya que el internet y medios masivos de comunicación permiten acceder a una cantidad innumerable de datos.

La segunda posibilidad para comprender la pregunta orientadora sería decir que las personas no cuentan con capacidad suficiente de discernimiento y dominio del tema, entonces surge el cuestionamiento: ¿por qué se da crédito o se difunde una noticia que no se comprende, sobre un tema desconocido? Lo que nos convierte en una especie irresponsable. ¿Qué tanto lo somos?

Podemos considerar un tercer aspecto, la utilidad de la noticia falsa, se pensaría que se da crédito a una noticia falsa porque justifica comportamientos en los cuales el ser humano se ve proyectado, comportamientos que de otra manera generarían rechazo y cuestionamientos por parte de la sociedad. Esta situación conlleva un peligro para la humanidad en la medida que esas actuaciones generan perjuicio en las demás personas, por ejemplo, cuando se violan las normas sanitarias y se pone en riesgo la salud de una comunidad.

Un cuarto aspecto a considerar y tal vez el más preocupante es que no tenemos capacidad para asumir una actitud analítica, crítica y reflexiva frente a la información que recibimos, lo que lleva a pensar que los procesos mentales superiores no están funcionando de la mejor manera; este aspecto podría tener su origen en una base deficiente de la formación recibida en los primeros niveles educativos y en el entorno familiar, lo que genera un riesgo alto de desarrollarse un círculo vicioso a partir de que se replique en las siguientes generaciones.

Se invita a la población en general a cuestionarse sobre las posturas que se asumen y defienden frente a la información que se recibe a diario. La academia debe generar espacios de análisis y discusión frente al tema con la finalidad de encontrar las causas y mitigar las consecuencias negativas de la aceptación y difusión de noticias y conocimientos alejados de la ciencia.