Esta es una de las preguntas más comunes que se hacen todas las personas al momento de empezar una dieta, pero, ¿sí será esto verdad o será solo un mito más?, pues deben saber que este es uno de los desaciertos más frecuentes; puesto que cualquier alimento que ingieras antes de dormir también es digerido.

Comer de noche no es malo, y no tiende a hacerte subir de peso, siempre y cuando no estés consumiendo demasiadas calorías en el día, el problema verdadero no es la hora a la que comes, sino lo que comes durante todo el día.

No hay una hora mágica en el día donde el dejar de comer te haga perder peso, eso es falso.

Una frase conocida que todos en algún momento hemos escuchado es: para no engordar debes, “desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”. La premisa detrás de esta frase es algo obvia, si quieres adelgazar evita comer demasiado por las noches. Pero ahora ya sabemos que esto no es del todo cierto.

“Comer de noche no engorda, todo depende de las necesidades calóricas de cada persona; en esto se tiene en cuenta edad, actividad física y demás, las necesidades calóricas de cada personas son totalmente diferentes dependiendo el trabajo que realiza a diario”, explico la nutricionista Yuneth González

La más reciente investigación publicada por Obesity and Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases, observó que las personas que comieron carbohidratos en la noche experimentaron cambios hormonales que incluso le hicieron reducir su apetito.

No obstante es importante tener en cuenta que consumir una cena que contenga un alimento fuente de proteína, carbohidratos de bajo índice glicémico y vegetales en cantidades moderada siempre será positivo en su alimentación, tomar la última comida unas horas antes de dormir ayuda a descansar sin sensación de llenura y que en lo posible hay que evitar alimentos que contengan cafeína en la noche, ya que podrían interferir con el sueño.

En conclusión, es erróneo afirmar que comer en la noche es perjudicial, pero sí hay que tener presente que sean cantidades moderadas de alimentos y que se haga entre dos y tres horas antes de dormir.