Este país del sagrado corazón, en donde vamos por la calle de en medio, sin que nos importe nada; somos del país donde señalamos a una mujer y hasta nos santiguamos por el simple hecho natural de la vida, en donde ella da de amamantar a su bebé públicamente. En este país dejamos pasar por […]
Este país del sagrado corazón, en donde vamos por la calle de en medio, sin que nos importe nada; somos del país donde señalamos a una mujer y hasta nos santiguamos por el simple hecho natural de la vida, en donde ella da de amamantar a su bebé públicamente.
En este país dejamos pasar por alto el nefasto accionar, y hasta aplaudimos a los congresistas que nosotros elegimos. Ellos los honorables parlamentarios se encargan de hundir proyectos anticorrupción ¿Quién entiende eso? Obviamente hunden reformas que les obligaría a bajarse el salario.
Y nosotros, “pobre pueblo” cada día vemos más lejos la bendita pensión de jubilación de trabajo; castigando a los que ya se pensionaron con un nuevo tributo, sobre esa pensión, que anda en trámite de aprobación ¿Cómo la ven? Hoy nuestros verdaderos hp, hijos pródigos; honorables parlamentarios aprobaron en el congreso para que el conflicto de intereses que cobijaba a los familiares de tercer y cuarto grado de consanguinidad, es decir a los primos, tíos, sobrinos y tíos abuelos, no exista y puedan trasladar sus intereses de contratar hasta esos familiares.
Ya veremos a esos congresistas marrulleros que están acostumbrados a contratar con el estado, haciendo parte de los grandes negocios, hacerlo en cuerpo ajeno; pues no hay conflicto de interés. ¿Será ésta la mejor forma de acabar con la corrupción? Se burlan del pueblo, nos someten con las leyes que ellos aprueban, para el pueblo más pobreza, para la elite que supuestamente nos representa más riqueza. Pero aquí en Colombia lejos de molestarnos, disfrutamos y nos reímos.
Vemos un buen partido de futbol de la “Champions league” y sufrimos si a James no lo mete a jugar Zinedine Zidane en el Real Madrid; en cambio señalamos y criticamos a nuestros indígenas porque protestan en contra de Duque; y porque a ellos si les duele el país.
¿Cuándo tendremos la valentía de indignarnos por todo lo que hacen con este pobre pueblo guevón? ¿Tendremos un día la gallardía de pararnos con fuerza, sin que haya una división de Uribistas con Santistas o Petristas y actuar como actúan los indígenas de Ecuador? Ellos tumban presidentes, aquí los veneramos y endiosamos; ellos protestan sin temor, en defensa del pueblo; es decir por ellos mismos. Aquí los callan y asesinan selectivamente, fuerzas oscuras que nadie sabe de dónde vienen.
Bueno si saben, solo que es doblemente peligroso decirlo y protestar contra ellos. Allá luchan por el bienestar del campesino e indígena, protagonista de su propia hidalguía; aquí nos pisoteamos entre nosotros mismos y permiten combos de fuerzas negras que matan y atentan contra el estado para decir que ellos son guerrilleros; si son guerrilleros son malos y si son malos hay que aniquilarlos.
Allá luchan por el pueblo, aquí el pueblo bebe y disfruta el carnaval. Somos felices. Allá se une el pueblo, aquí cada quien tira para su lado. Allá son fuertes, severos; aquí somos pusilánimes. Sólo Eso.
Este país del sagrado corazón, en donde vamos por la calle de en medio, sin que nos importe nada; somos del país donde señalamos a una mujer y hasta nos santiguamos por el simple hecho natural de la vida, en donde ella da de amamantar a su bebé públicamente. En este país dejamos pasar por […]
Este país del sagrado corazón, en donde vamos por la calle de en medio, sin que nos importe nada; somos del país donde señalamos a una mujer y hasta nos santiguamos por el simple hecho natural de la vida, en donde ella da de amamantar a su bebé públicamente.
En este país dejamos pasar por alto el nefasto accionar, y hasta aplaudimos a los congresistas que nosotros elegimos. Ellos los honorables parlamentarios se encargan de hundir proyectos anticorrupción ¿Quién entiende eso? Obviamente hunden reformas que les obligaría a bajarse el salario.
Y nosotros, “pobre pueblo” cada día vemos más lejos la bendita pensión de jubilación de trabajo; castigando a los que ya se pensionaron con un nuevo tributo, sobre esa pensión, que anda en trámite de aprobación ¿Cómo la ven? Hoy nuestros verdaderos hp, hijos pródigos; honorables parlamentarios aprobaron en el congreso para que el conflicto de intereses que cobijaba a los familiares de tercer y cuarto grado de consanguinidad, es decir a los primos, tíos, sobrinos y tíos abuelos, no exista y puedan trasladar sus intereses de contratar hasta esos familiares.
Ya veremos a esos congresistas marrulleros que están acostumbrados a contratar con el estado, haciendo parte de los grandes negocios, hacerlo en cuerpo ajeno; pues no hay conflicto de interés. ¿Será ésta la mejor forma de acabar con la corrupción? Se burlan del pueblo, nos someten con las leyes que ellos aprueban, para el pueblo más pobreza, para la elite que supuestamente nos representa más riqueza. Pero aquí en Colombia lejos de molestarnos, disfrutamos y nos reímos.
Vemos un buen partido de futbol de la “Champions league” y sufrimos si a James no lo mete a jugar Zinedine Zidane en el Real Madrid; en cambio señalamos y criticamos a nuestros indígenas porque protestan en contra de Duque; y porque a ellos si les duele el país.
¿Cuándo tendremos la valentía de indignarnos por todo lo que hacen con este pobre pueblo guevón? ¿Tendremos un día la gallardía de pararnos con fuerza, sin que haya una división de Uribistas con Santistas o Petristas y actuar como actúan los indígenas de Ecuador? Ellos tumban presidentes, aquí los veneramos y endiosamos; ellos protestan sin temor, en defensa del pueblo; es decir por ellos mismos. Aquí los callan y asesinan selectivamente, fuerzas oscuras que nadie sabe de dónde vienen.
Bueno si saben, solo que es doblemente peligroso decirlo y protestar contra ellos. Allá luchan por el bienestar del campesino e indígena, protagonista de su propia hidalguía; aquí nos pisoteamos entre nosotros mismos y permiten combos de fuerzas negras que matan y atentan contra el estado para decir que ellos son guerrilleros; si son guerrilleros son malos y si son malos hay que aniquilarlos.
Allá luchan por el pueblo, aquí el pueblo bebe y disfruta el carnaval. Somos felices. Allá se une el pueblo, aquí cada quien tira para su lado. Allá son fuertes, severos; aquí somos pusilánimes. Sólo Eso.