Gracias muchachos. Gracias a los 23 jugadores de la Selección Colombia por regalarnos momentos tan maravillosos, llenos de ilusión, alegría y esperanza. Lograron lo que hace muchos años no pasaba: que todos los colombianos se unieran alrededor de un motivo, sin discutir, sin diferencias, enfocados en un solo objetivo. Colombia es brillante, por su buen […]
Gracias muchachos. Gracias a los 23 jugadores de la Selección Colombia por regalarnos momentos tan maravillosos, llenos de ilusión, alegría y esperanza. Lograron lo que hace muchos años no pasaba: que todos los colombianos se unieran alrededor de un motivo, sin discutir, sin diferencias, enfocados en un solo objetivo.
Colombia es brillante, por su buen fútbol, juego limpio, decencia y trabajo en equipo demostrado. Nuestra Selección ganó, somos campeones, con un equipo de guerreros que entregó alma y cuerpo en la cancha, que no se amilanó ante ningún rival. Jugó una primera fase impecable, que le permitió pasar a octavos sin contratiempos.
Por primera vez Colombia llegó a cuartos de final, con un equipo compacto, dirigido por José Pékerman, un ejemplo de prudencia, de sagacidad y de técnica. Gracias a Pékerman, porque nos cumplió el sueño de pasar más allá de la segunda fase de un Mundial de Fútbol, con una proyección futbolera que bien pudo llevarnos a la semifinal.
El encuentro con Brasil fue el más difícil, no por ser un mejor equipo, sino por la presión de ser el anfitrión que, según nuestra percepción, tenía toda la protección de la FIFA. Brasil impuso un juego brusco y poco limpio.
Para los entendidos y analistas del fútbol, la eliminación de Colombia en cuartos de final frente a Brasil, sería el precio por haberse enfrentado al equipo dueño de la sede mundialista, además de la actuación del árbitro español que impartió una cuestionada justicia a favor de los brasileros.
Los jugadores colombianos demostraron hasta el último momento de su participación en el evento más importante del mundo, que la unión hace la fuerza, y es más que justo organizar una merecida bienvenida para ellos y un homenaje nacional por haber dejado en alto los colores de la bandera.
Nuestra Selección hizo un buen papel. Nos sentimos orgullosos de ustedes, los vallenatos y cesarenses demostraron apoyo y admiración, y seguirán haciéndolo. Este semillero de buenos futbolistas que descubrió Pékerman está para grandes cosas. ¡Gracias Colombia!
Gracias muchachos. Gracias a los 23 jugadores de la Selección Colombia por regalarnos momentos tan maravillosos, llenos de ilusión, alegría y esperanza. Lograron lo que hace muchos años no pasaba: que todos los colombianos se unieran alrededor de un motivo, sin discutir, sin diferencias, enfocados en un solo objetivo. Colombia es brillante, por su buen […]
Gracias muchachos. Gracias a los 23 jugadores de la Selección Colombia por regalarnos momentos tan maravillosos, llenos de ilusión, alegría y esperanza. Lograron lo que hace muchos años no pasaba: que todos los colombianos se unieran alrededor de un motivo, sin discutir, sin diferencias, enfocados en un solo objetivo.
Colombia es brillante, por su buen fútbol, juego limpio, decencia y trabajo en equipo demostrado. Nuestra Selección ganó, somos campeones, con un equipo de guerreros que entregó alma y cuerpo en la cancha, que no se amilanó ante ningún rival. Jugó una primera fase impecable, que le permitió pasar a octavos sin contratiempos.
Por primera vez Colombia llegó a cuartos de final, con un equipo compacto, dirigido por José Pékerman, un ejemplo de prudencia, de sagacidad y de técnica. Gracias a Pékerman, porque nos cumplió el sueño de pasar más allá de la segunda fase de un Mundial de Fútbol, con una proyección futbolera que bien pudo llevarnos a la semifinal.
El encuentro con Brasil fue el más difícil, no por ser un mejor equipo, sino por la presión de ser el anfitrión que, según nuestra percepción, tenía toda la protección de la FIFA. Brasil impuso un juego brusco y poco limpio.
Para los entendidos y analistas del fútbol, la eliminación de Colombia en cuartos de final frente a Brasil, sería el precio por haberse enfrentado al equipo dueño de la sede mundialista, además de la actuación del árbitro español que impartió una cuestionada justicia a favor de los brasileros.
Los jugadores colombianos demostraron hasta el último momento de su participación en el evento más importante del mundo, que la unión hace la fuerza, y es más que justo organizar una merecida bienvenida para ellos y un homenaje nacional por haber dejado en alto los colores de la bandera.
Nuestra Selección hizo un buen papel. Nos sentimos orgullosos de ustedes, los vallenatos y cesarenses demostraron apoyo y admiración, y seguirán haciéndolo. Este semillero de buenos futbolistas que descubrió Pékerman está para grandes cosas. ¡Gracias Colombia!