Las primeras semanas de agosto, en el municipio de Agustín Codazzi se sembrarán 100 hectáreas de algodón de manera paulatina. Esta iniciativa piloto le apunta a la recuperación de las áreas que eran destinadas para ese tipo de cultivo en la década de los 70, 80 y 90, donde la economía de dicho municipio se centraba en la agricultura y era conocido como la “capital blanca del algodón”. 

De acuerdo con Ricardo Moya, representante legal de una asociación de ingenieros agrónomos de Agustín Codazzi, el algodón será cultivado en la vereda La Palizada y cada hectárea contará con 15 trabajadores que se encargarán de la siembra y el mantenimiento de ese cultivo. La primera cosecha estaría proyectada para los primeros días de enero 2022.

“Este proyecto piloto servirá como una invitación para que los campesinos de Agustín Codazzi regresen al campo y los jóvenes se interesen en la agricultura. Estimamos que la cosecha sería de 300 toneladas de algodón semilla, al que ya le tenemos un comprador. Estamos seguros que con el compromiso de los agrónomos y campesinos este proyecto será el primero de muchos”, manifestó Moya.  

Así mismo, Juan Flores, líder de esta localidad y miembro de dicho equipo, comentó que el municipio en sus inicios era uno de los principales productores agrícolas del departamento y que por varias décadas fue considerado el mayor exportador de algodón del país. 

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Por dichas razones, Flores considera que aún no es tarde para recuperar las hectáreas que actualmente están en estado de abandono por la falta de inversiones. Precisó que un alto porcentaje de dichos terrenos actualmente están siendo ocupados por cultivos de palma de aceite y ganadería.

En ese sentido, los agrónomos señalaron que en Agustín Codazzi se llegaron a sembrar hasta 60.000 hectáreas de algodón que catapultaron la economía de ese territorio, pero la falta de políticas agropecuarias acabó con la rentabilidad de los cultivos y los productores dejaron el campo.

Según David Hernández, agricultor de Agustín Codazzi, en el Cesar se llegaron a sembrar más de 100.000 hectáreas de algodón en municipios como La Paz, Becerril, Aguachica, Curumaní, Valledupar, entre otros. Por la demanda de este tipo de cultivo en el mercado los agrónomos de Codazzi están impulsando la recuperación de las hectáreas por medio de la empresa Diagonal, que compra la fibra que se produce en dicho municipio. 

LOS JÓVENES EN EL CAMPO 

Uno de los propósitos de esta iniciativa, apoyada desde la Alcaldía municipal, es capacitar a los jóvenes en buenas prácticas agrícolas que les permitan trabajar en el campo y dejar de “pasar necesidades en oficios informales e ilegales”.

Moya aseveró que el grupo de expertos está dispuesto a instruir a los jóvenes para que siembren y recolecten algodón, así como aprender sus propiedades, usos, beneficios y procesamiento para recuperar el sector agrícola de dicho territorio, generando fuentes de empleo para la juventud. 

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En ese sentido aseveró que si las inversiones de la administración municipal para el proyecto son otorgadas en su totalidad podrá haber de 15 a 20 personas por hectárea recolectando el algodón y durante el periodo de siembra a los trabajadores del campo se les pagaría un salario. 

Juliana Romero, habitante del municipio de Agustín Codazzi, comentó que el trabajo del campo es la manera “más sana y disciplinada por la que un joven puede aprender a trabajar honradamente”. Esta campesina aseveró que durante la década de los 80 sus padres fueron cultivadores de algodón que le enseñaron el valor del trabajo duro y cómo la agricultura manejada de manera responsable puede ser sostenible. 

“La minería es la actividad que mantiene la economía del Cesar a flote, pero para nadie es un secreto que se está acabando. Por otro lado, el campo sigue aquí a la espera de inversiones, compromisos y trabajo duro. Se deben implementar más iniciativas agrícolas en otros municipios para recuperar esta actividad económica en su totalidad”, manifestó Romero. 

Cabe recordar que el cultivo de algodón en el departamento logró consolidarse en la década de 1970; sin embargo, la proliferación de plagas, el aumento de los precios de los insumos y su alta representación en los costos de producción, sin un aumento sustancial en los precios, produjo la crisis de los algodoneros en 1977, según archivos de Asocesar, gremio algodonero de la época de los 70.

Por: Namieh Baute Barrios / EL PILÓN