Las políticas nacionales e internacionales contra el narcotráfico son bastante divertidas. Todos dicen combatirlo pero le dan las herramientas para que siga, es una especie de gatopardismo donde muchos se benefician, desde el más humilde de los raspachines hasta encumbradas figuras de la vida nacional y del Estado. El caso de los laboratorios encontrados en […]
Las políticas nacionales e internacionales contra el narcotráfico son bastante divertidas. Todos dicen combatirlo pero le dan las herramientas para que siga, es una especie de gatopardismo donde muchos se benefician, desde el más humilde de los raspachines hasta encumbradas figuras de la vida nacional y del Estado.
El caso de los laboratorios encontrados en la finca de un embajador es patético. Las denuncias sobre un hangar en el aeropuerto El Dorado para exportar cocaína, en asocio con el clan de Sinaloa, no han sido desmentidas. Una operación de esta magnitud necesita de muchos auspicios, a todos los niveles.
Recientemente, el senador Gustavo Petro denunció en una sesión del congreso, que había generales y senadores traquetos haciéndole énfasis a la senadora María del Rosario Guerra (esta tiene un hermano preso) y que altos funcionarios oficiales también lo son. La cocaína también es utilizada para montar procesos judiciales, los audios que reveló El Espectador recientemente dan cuenta del posible montaje a Santrich por parte del fiscal NHM en contubernio con funcionarios encubiertos de la DEA.
Se tiene información de que para procesar 1Kg de cocaína se necesitan 284 litros de gasolina, esto es, 1.8 barriles. Según la ONODC de la ONU, en 2019 se sembraron en Colombia 154.000Ha de coca, lo que implicaría una producción estimada de 1.200 toneladas (Tm) cuyos requerimientos de gasolina equivalen aproximadamente a dos millones de barriles (bl). Según la ONU, 1.200 Tm de cocaína requieren casi 8.000 carros-tanques (CT), esto es, 238 bl/CT en promedio, circulando por las carreteras con el mayor número de retenes del mundo.
Y no es que los cultivos de coca estén dispersos pues el 62 % de ellos se encuentra en el 5 % del país. La región que rodea a Tumaco, con poca población, tiene 78 gasolineras y el municipio posee el 62 % de Nariño. En el municipio de Riosucio cerca a Panamá, con pocas vías, en 2019 se vendieron 4.5 millones de litros de gasolina (28.302bl, 119CT).
Según el presidente de Ecopetrol, hoy se están refinando, en promedio, 57 millones de bl/año; esto significa que la cocaína consumiría el 3.5 % del total refinado. Pero este negocio tiene muchas cifras escondidas. Según Gustavo Petro dijo en el senado, el 10 % de la gasolina vendida va a parar a los laboratorios de procesamiento del alcaloide.
Cualquiera que sea la cifra es muy grave porque el Estado colombiano haría parte de esta actividad criminal a través de estructuras oficiales. Por eso él habla del Estado mafioso. Mucho de ese dinero se inyecta a la economía a través del lavado de activos e incluso, hemos visto que algunos bancos han facilitado la operación.
El año pasado el narcotráfico aportó $18.3 millones a la economía (CEDES, U. de los Andes), dos reformas tributarias, 1.8 % del PIB, contra 0.6 % del periodo 2011/2014, un negocio que crece. Además, de todos los insumos que lleva el procesamiento de la pasta de coca, el único nacional es la gasolina, los demás son importados. ¿Quiénes son los importadores? ¿Quién da el permiso? ¡Qué fácil es combatir el narcotráfico sin tanta retórica y sin tantos muertos! Mientras tanto, ¿qué hacen los países consumidores?
Las políticas nacionales e internacionales contra el narcotráfico son bastante divertidas. Todos dicen combatirlo pero le dan las herramientas para que siga, es una especie de gatopardismo donde muchos se benefician, desde el más humilde de los raspachines hasta encumbradas figuras de la vida nacional y del Estado. El caso de los laboratorios encontrados en […]
Las políticas nacionales e internacionales contra el narcotráfico son bastante divertidas. Todos dicen combatirlo pero le dan las herramientas para que siga, es una especie de gatopardismo donde muchos se benefician, desde el más humilde de los raspachines hasta encumbradas figuras de la vida nacional y del Estado.
El caso de los laboratorios encontrados en la finca de un embajador es patético. Las denuncias sobre un hangar en el aeropuerto El Dorado para exportar cocaína, en asocio con el clan de Sinaloa, no han sido desmentidas. Una operación de esta magnitud necesita de muchos auspicios, a todos los niveles.
Recientemente, el senador Gustavo Petro denunció en una sesión del congreso, que había generales y senadores traquetos haciéndole énfasis a la senadora María del Rosario Guerra (esta tiene un hermano preso) y que altos funcionarios oficiales también lo son. La cocaína también es utilizada para montar procesos judiciales, los audios que reveló El Espectador recientemente dan cuenta del posible montaje a Santrich por parte del fiscal NHM en contubernio con funcionarios encubiertos de la DEA.
Se tiene información de que para procesar 1Kg de cocaína se necesitan 284 litros de gasolina, esto es, 1.8 barriles. Según la ONODC de la ONU, en 2019 se sembraron en Colombia 154.000Ha de coca, lo que implicaría una producción estimada de 1.200 toneladas (Tm) cuyos requerimientos de gasolina equivalen aproximadamente a dos millones de barriles (bl). Según la ONU, 1.200 Tm de cocaína requieren casi 8.000 carros-tanques (CT), esto es, 238 bl/CT en promedio, circulando por las carreteras con el mayor número de retenes del mundo.
Y no es que los cultivos de coca estén dispersos pues el 62 % de ellos se encuentra en el 5 % del país. La región que rodea a Tumaco, con poca población, tiene 78 gasolineras y el municipio posee el 62 % de Nariño. En el municipio de Riosucio cerca a Panamá, con pocas vías, en 2019 se vendieron 4.5 millones de litros de gasolina (28.302bl, 119CT).
Según el presidente de Ecopetrol, hoy se están refinando, en promedio, 57 millones de bl/año; esto significa que la cocaína consumiría el 3.5 % del total refinado. Pero este negocio tiene muchas cifras escondidas. Según Gustavo Petro dijo en el senado, el 10 % de la gasolina vendida va a parar a los laboratorios de procesamiento del alcaloide.
Cualquiera que sea la cifra es muy grave porque el Estado colombiano haría parte de esta actividad criminal a través de estructuras oficiales. Por eso él habla del Estado mafioso. Mucho de ese dinero se inyecta a la economía a través del lavado de activos e incluso, hemos visto que algunos bancos han facilitado la operación.
El año pasado el narcotráfico aportó $18.3 millones a la economía (CEDES, U. de los Andes), dos reformas tributarias, 1.8 % del PIB, contra 0.6 % del periodo 2011/2014, un negocio que crece. Además, de todos los insumos que lleva el procesamiento de la pasta de coca, el único nacional es la gasolina, los demás son importados. ¿Quiénes son los importadores? ¿Quién da el permiso? ¡Qué fácil es combatir el narcotráfico sin tanta retórica y sin tantos muertos! Mientras tanto, ¿qué hacen los países consumidores?