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Columnista - 20 abril, 2015

¡Cobardes!

Dolor de patria, rabia en el corazón, indignación, asco; es lo mínimo que produce el cobarde y salvaje ataque perpetrado por las Farc en Timba, Cauca, donde murieron 11 militares y 18 más quedaron heridos, 2 de ellos con muerte cerebral, situación que podría aumentar la cifra de víctimas fatales de esta guerra. El gobierno […]

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Dolor de patria, rabia en el corazón, indignación, asco; es lo mínimo que produce el cobarde y salvaje ataque perpetrado por las Farc en Timba, Cauca, donde murieron 11 militares y 18 más quedaron heridos, 2 de ellos con muerte cerebral, situación que podría aumentar la cifra de víctimas fatales de esta guerra. El gobierno Santos se la juega por un pacifismo radical, llegando al extremo de hacer todo tipo de concesiones, envuelto en las redes de un proceso que se convirtió en un laberinto sin salida, guiado por terroristas inhumanos.

Hoy, más que nunca, recobra vigencia una frase de Winston Churchill: “El que se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra” Es lo que está ocurriendo con Santos, está arrodillado y sin capacidad de maniobra, presionado por grupo de radicales de izquierda que ven la oportunidad perfecta en un presidente timorato y con ambiciones de grandeza; si se levanta de la mesa, malogra todo su proyecto y si sigue, mantiene a las Farc en el mejor de los escenarios, dialogando sin plazos, con reconocimiento político, traqueteando, fortaleciéndose para continuar la guerra y, lo más grave, matando; el gobierno le apuesta a una paz remendada que deja por fuera a la mitad de los colombianos, quienes no están de acuerdo con que estos tipos salgan como si nada a hacer política; su juego es evidente, en La Habana, posan de ideólogos, atendiendo medios de todo el mundo y en Colombia se comportan como vulgares matones; dialogan con cartas tapadas en busca de beneficios políticos y tratando de evadir la justicia. No entiendo como en este país, aún quedan personas como el fiscal Montealegre, que con el fin de buscar réditos políticos, respaldan a las Farc en el propósito de no pagar ni un solo día de cárcel.

Tan cínicos, que a las pocas horas de la masacre, salen a decir que fueron atacados, cuando a todas luces se comprobó que fue una cobarde emboscada, propia de ratas de alcantarilla, sin recato aprovecharon la lluvia para arremeter contra los soldados en indefensión. También el presidente Santos es un cínico, luego de convertir la paz en un instrumento político, sale a decir que no se haga política con el tema, todavía lo recuerdo en los discurso de campaña con doña Mechas: “Soy el presidente de la paz”. ¿Cuál paz? se preguntan las madres que hoy lloran a sus hijos, y no creo que sean uribistas. Se necesitan las garantías constitucionales para los colombianos que se sienten desprotegidos con medidas como suspender bombardeos, medidas que aprovechan los terroristas para seguir su carrera de sangre.

Señor presidente, hay que dar un timonazo para reencausar el proceso, las Farc no pueden seguir dejando víctimas, sin que se haga nada, porque el objetivo es la paz a como dé lugar. ¡Por favor!, ayer fueron 2 soldados en Caquetá, hoy 11 en el Cauca y mañana ¿dónde? Es inapelable fijar un plazo y no debe pasar de un año, la excusa fraudulenta de que una guerra de 50 años no se puede solucionar en tan corto tiempo, no es más que una evasiva. Si hay voluntad, sí es posible. Ya van casi 3 años, que pueden convertirse en 5 o 10. Colombia requiere una paz incluyente y verdadera, no una paz que siga desangrando al país.
@JACOBOSOLANOC

Columnista
20 abril, 2015

¡Cobardes!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Dolor de patria, rabia en el corazón, indignación, asco; es lo mínimo que produce el cobarde y salvaje ataque perpetrado por las Farc en Timba, Cauca, donde murieron 11 militares y 18 más quedaron heridos, 2 de ellos con muerte cerebral, situación que podría aumentar la cifra de víctimas fatales de esta guerra. El gobierno […]


Dolor de patria, rabia en el corazón, indignación, asco; es lo mínimo que produce el cobarde y salvaje ataque perpetrado por las Farc en Timba, Cauca, donde murieron 11 militares y 18 más quedaron heridos, 2 de ellos con muerte cerebral, situación que podría aumentar la cifra de víctimas fatales de esta guerra. El gobierno Santos se la juega por un pacifismo radical, llegando al extremo de hacer todo tipo de concesiones, envuelto en las redes de un proceso que se convirtió en un laberinto sin salida, guiado por terroristas inhumanos.

Hoy, más que nunca, recobra vigencia una frase de Winston Churchill: “El que se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra” Es lo que está ocurriendo con Santos, está arrodillado y sin capacidad de maniobra, presionado por grupo de radicales de izquierda que ven la oportunidad perfecta en un presidente timorato y con ambiciones de grandeza; si se levanta de la mesa, malogra todo su proyecto y si sigue, mantiene a las Farc en el mejor de los escenarios, dialogando sin plazos, con reconocimiento político, traqueteando, fortaleciéndose para continuar la guerra y, lo más grave, matando; el gobierno le apuesta a una paz remendada que deja por fuera a la mitad de los colombianos, quienes no están de acuerdo con que estos tipos salgan como si nada a hacer política; su juego es evidente, en La Habana, posan de ideólogos, atendiendo medios de todo el mundo y en Colombia se comportan como vulgares matones; dialogan con cartas tapadas en busca de beneficios políticos y tratando de evadir la justicia. No entiendo como en este país, aún quedan personas como el fiscal Montealegre, que con el fin de buscar réditos políticos, respaldan a las Farc en el propósito de no pagar ni un solo día de cárcel.

Tan cínicos, que a las pocas horas de la masacre, salen a decir que fueron atacados, cuando a todas luces se comprobó que fue una cobarde emboscada, propia de ratas de alcantarilla, sin recato aprovecharon la lluvia para arremeter contra los soldados en indefensión. También el presidente Santos es un cínico, luego de convertir la paz en un instrumento político, sale a decir que no se haga política con el tema, todavía lo recuerdo en los discurso de campaña con doña Mechas: “Soy el presidente de la paz”. ¿Cuál paz? se preguntan las madres que hoy lloran a sus hijos, y no creo que sean uribistas. Se necesitan las garantías constitucionales para los colombianos que se sienten desprotegidos con medidas como suspender bombardeos, medidas que aprovechan los terroristas para seguir su carrera de sangre.

Señor presidente, hay que dar un timonazo para reencausar el proceso, las Farc no pueden seguir dejando víctimas, sin que se haga nada, porque el objetivo es la paz a como dé lugar. ¡Por favor!, ayer fueron 2 soldados en Caquetá, hoy 11 en el Cauca y mañana ¿dónde? Es inapelable fijar un plazo y no debe pasar de un año, la excusa fraudulenta de que una guerra de 50 años no se puede solucionar en tan corto tiempo, no es más que una evasiva. Si hay voluntad, sí es posible. Ya van casi 3 años, que pueden convertirse en 5 o 10. Colombia requiere una paz incluyente y verdadera, no una paz que siga desangrando al país.
@JACOBOSOLANOC