El cineasta Ciro Alfonso Guerra, nacido en el municipio de Río de Oro, en el sur del Cesar, es un profesional modelo para emular en este departamento rico culturalmente. Anoche fue exaltado su trabajo en los premios que cada año otorga la Cámara de Comercio de Valledupar en su noche de reconocimientos al Mérito Empresarial Julio Villazón Baquero, quinta versión, que hace el principal gremio del departamento. Es un cesarenses ejemplar sin duda alguna, que merece esa y todas las exaltaciones que existan en el Cesar.

La participación en más de 60 festivales de cine de todo el mundo, los trofeos de más de 15 premios y menciones en Festivales como San Sebastián, Toulouse, Trieste, Mar del Plata, Varsovia, Austin, Quito, Santiago de Chile, Cartagena y La Habana, lo hacen un grande del cine colombiano y mundial.

Con su película ‘El abrazo de la serpiente’ ahora se perfila como semifinalista en los premios Óscar, la meca del reconocimiento de los cineastas. Ciro Guerra, el cesarense, ya es un ganador, porque siempre trata de cumplir sus sueños. Grabar en plena selva, un proyecto que rondaba en su cabeza desde hace casi 30 años, cuando comenzó a escribir el guión, demuestra su tesón y perseverancia.
Esos son los paradigmas positivos dignos de imitar. Ya en el Cesar hay muchos ejemplos de lo que no se debe hacer y estos logros de Guerra llegan en el momento preciso, cuando el país y especialmente el Cesar se abren a un escenario de cambios.

El ingenio y la fe en sus proyectos, son únicos. Logró reunir actores naturales que encarnaran los papeles de los indígenas y consiguió los 3.700 millones (millón y medio de dólares) que necesitaba para tener a un equipo de rodaje de 40 personas durante un mes en el Guainía y el Guaviare para grabar ‘El abrazo de la serpiente’.

Justo cuando se da la noticia de que su película está entre las nueve prenominadas a obtener el premio Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, Ciro Guerra está en Valledupar, la capital del departamento donde nació y de donde se llevó una maleta cargada de ilusiones.
‘El abrazo de la serpiente, grabada en blanco y negro, le da una mirada al Amazonas a través de los pueblos indígenas con la intención de explicar la gran incógnita verde que supone el río-mar para Colombia.
Si obtiene el Oscar, será bien merecido. Si no, igual es un ganador y un ejemplo para los jóvenes del Cesar que tienen sueños y ganas de traspasar fronteras.