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Columnista - 12 julio, 2016

Chiriguaná: 30 años de malas horas

Permanentemente entro y salgo de Chiriguaná, pueblo donde nací, y me había abstenido de hacer públicos comentarios sobre realidades del desarrollo y progreso del municipio de Chiriguaná. Pero callar es también patrocinar el desastre del pueblo. Desde que don Pedro Juan Hernández fundara este municipio, que se dice fue entre 1530 y 1536, se le […]

Permanentemente entro y salgo de Chiriguaná, pueblo donde nací, y me había abstenido de hacer públicos comentarios sobre realidades del desarrollo y progreso del municipio de Chiriguaná. Pero callar es también patrocinar el desastre del pueblo.

Desde que don Pedro Juan Hernández fundara este municipio, que se dice fue entre 1530 y 1536, se le auguraba un desarrollo potente y vertiginoso. Fue sitio de tránsito del Libertador Simón Bolívar y también sitio de encuentro con doña María Concepción Loperena de Fernández de Castro, quien además en ese encuentro le regaló, se dice, 300 caballos al Libertador. Lo que demuestra lo antiguo y el renombre de un pueblo luchador.

Chiriguaná llegó a ser un municipio poderoso y tenido en cuenta, tanto del Magdalena Grande y también del departamento del Cesar, llegó a tener el potencial carbonífero más grande de Colombia, después del Cerrejón, porque al municipio de Chiriguaná pertenecieron los que son hoy municipios mineros como La Jagua de Ibirico (1979) y El Paso (1980), que igual que Chiriguaná, hoy son municipios de bajos perfil en todos los sectores a pesar de disfrutar de las pingües regalías que proceden de la explotación del carbón. Donde sí se tiene un alto perfil es en la corrupción, basta una mirada al recorrer las calles de cada uno de ellos y ver la calidad de vida que tienen sus habitantes. Se puede hacer turismo para ver el festival de obras inconclusas y otras que aunque están terminadas, pero que no se sabe para qué las hicieron, pero en las que se han invertido billones de pesos. Así lo han demostrado las publicaciones del periodista Mauricio Gómez en su periodismo investigativo.

La codicia politiquera, y la falta de líderes políticos a los que verdaderamente les duela Chiriguaná, han provocado esta hecatombe administrativa y de irregularidades. En su pasado, Chiriguaná tuvo líderes que eran escuchados y respetados, no pedían, sino que exigían, además de que eran antagonistas de partidos, se profesaban un profundo respeto. Se pueden citar: Mañoro Quiroz Tirado (cinco veces alcalde y falleció siendo alcalde 1979), Nelson Paba García, Raúl Argote, los hermanos y profesionales Cristóbal y Roberto García Hernández, Calixto Oyaga Ospino y muchos otros, que en su mayoría no fueron bachilleres, pero se formaron en la universidad de la honradez y la verdadera razón del valor de la política, como es el bienestar y desarrollo integral de la comunidad.

Académicamente Chiriguaná ha sido desde su origen un pueblo inteligente, las familias dentro de sus limitaciones económicas han formado miles de ilustres profesionales en todos los campos del saber, profesionales de talla nacional e internacional. Se le llegó a llamar “Chiriguaná, donde la inteligencia es peste”. En contraste, hoy también nos dicen en los tertuliaderos “Chiriguaná donde la corrupción es peste”. Y ni cómo atajarlo, los informes de la Contraloría y la cantidad de funcionarios que han sido encarcelados, siempre nos referencian junto con los municipios vecinos.

Hoy Chiriguaná, después de haber recibido casi un billón de pesos por las regalías del carbón, tiene un pésimo servicio de energía, agua y alcantarillado, existe miseria urbana, ni qué decir la rural. El desempleo es alto y todo subyace a peso de contratos a dedos del presupuesto del municipio. Hoy no se tiene un personero en propiedad, porque al Concejo Municipal no le da la gana que la oposición haga control y defienda los intereses de la comunidad. En educación a pesar de haber invertido miles de millones de pesos, su calidad de aprendizaje es baja y lo que faltaba su Hospital San Andrés que tiene más de 50 años, que llegó y tiene infraestructura para un segundo nivel, está a punto de ser cerrado definitivamente, quedará como un puestico de salud corregimental.

Desde luego, que todo esto llega a este extremo de inviabilidad, también por la inoperancia de los organismos de control, que aunque tienen las denuncias de antaño, no se inquietan, los mueve más una picadura de zancudos de los que aparecen al anochecer.

De qué ha servido tanta inteligencia en los chiriguaneros, cuando a la hora de la escogencia de los administradores, éstos se han copiado de lo más ineficientes por decirlo elegantemente.

Columnista
12 julio, 2016

Chiriguaná: 30 años de malas horas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gonzalo E. Quiroz Martínez

Permanentemente entro y salgo de Chiriguaná, pueblo donde nací, y me había abstenido de hacer públicos comentarios sobre realidades del desarrollo y progreso del municipio de Chiriguaná. Pero callar es también patrocinar el desastre del pueblo. Desde que don Pedro Juan Hernández fundara este municipio, que se dice fue entre 1530 y 1536, se le […]


Permanentemente entro y salgo de Chiriguaná, pueblo donde nací, y me había abstenido de hacer públicos comentarios sobre realidades del desarrollo y progreso del municipio de Chiriguaná. Pero callar es también patrocinar el desastre del pueblo.

Desde que don Pedro Juan Hernández fundara este municipio, que se dice fue entre 1530 y 1536, se le auguraba un desarrollo potente y vertiginoso. Fue sitio de tránsito del Libertador Simón Bolívar y también sitio de encuentro con doña María Concepción Loperena de Fernández de Castro, quien además en ese encuentro le regaló, se dice, 300 caballos al Libertador. Lo que demuestra lo antiguo y el renombre de un pueblo luchador.

Chiriguaná llegó a ser un municipio poderoso y tenido en cuenta, tanto del Magdalena Grande y también del departamento del Cesar, llegó a tener el potencial carbonífero más grande de Colombia, después del Cerrejón, porque al municipio de Chiriguaná pertenecieron los que son hoy municipios mineros como La Jagua de Ibirico (1979) y El Paso (1980), que igual que Chiriguaná, hoy son municipios de bajos perfil en todos los sectores a pesar de disfrutar de las pingües regalías que proceden de la explotación del carbón. Donde sí se tiene un alto perfil es en la corrupción, basta una mirada al recorrer las calles de cada uno de ellos y ver la calidad de vida que tienen sus habitantes. Se puede hacer turismo para ver el festival de obras inconclusas y otras que aunque están terminadas, pero que no se sabe para qué las hicieron, pero en las que se han invertido billones de pesos. Así lo han demostrado las publicaciones del periodista Mauricio Gómez en su periodismo investigativo.

La codicia politiquera, y la falta de líderes políticos a los que verdaderamente les duela Chiriguaná, han provocado esta hecatombe administrativa y de irregularidades. En su pasado, Chiriguaná tuvo líderes que eran escuchados y respetados, no pedían, sino que exigían, además de que eran antagonistas de partidos, se profesaban un profundo respeto. Se pueden citar: Mañoro Quiroz Tirado (cinco veces alcalde y falleció siendo alcalde 1979), Nelson Paba García, Raúl Argote, los hermanos y profesionales Cristóbal y Roberto García Hernández, Calixto Oyaga Ospino y muchos otros, que en su mayoría no fueron bachilleres, pero se formaron en la universidad de la honradez y la verdadera razón del valor de la política, como es el bienestar y desarrollo integral de la comunidad.

Académicamente Chiriguaná ha sido desde su origen un pueblo inteligente, las familias dentro de sus limitaciones económicas han formado miles de ilustres profesionales en todos los campos del saber, profesionales de talla nacional e internacional. Se le llegó a llamar “Chiriguaná, donde la inteligencia es peste”. En contraste, hoy también nos dicen en los tertuliaderos “Chiriguaná donde la corrupción es peste”. Y ni cómo atajarlo, los informes de la Contraloría y la cantidad de funcionarios que han sido encarcelados, siempre nos referencian junto con los municipios vecinos.

Hoy Chiriguaná, después de haber recibido casi un billón de pesos por las regalías del carbón, tiene un pésimo servicio de energía, agua y alcantarillado, existe miseria urbana, ni qué decir la rural. El desempleo es alto y todo subyace a peso de contratos a dedos del presupuesto del municipio. Hoy no se tiene un personero en propiedad, porque al Concejo Municipal no le da la gana que la oposición haga control y defienda los intereses de la comunidad. En educación a pesar de haber invertido miles de millones de pesos, su calidad de aprendizaje es baja y lo que faltaba su Hospital San Andrés que tiene más de 50 años, que llegó y tiene infraestructura para un segundo nivel, está a punto de ser cerrado definitivamente, quedará como un puestico de salud corregimental.

Desde luego, que todo esto llega a este extremo de inviabilidad, también por la inoperancia de los organismos de control, que aunque tienen las denuncias de antaño, no se inquietan, los mueve más una picadura de zancudos de los que aparecen al anochecer.

De qué ha servido tanta inteligencia en los chiriguaneros, cuando a la hora de la escogencia de los administradores, éstos se han copiado de lo más ineficientes por decirlo elegantemente.