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Cultura - 6 junio, 2014

‘Chiche’ Maestre cumplió su Cita con la música

Está feliz de haber regresado a su pueblo, después de muchos años viviendo por fuera y poder permanecer al lado de los suyos, inspirado por el ambiente de su tierra patillalera.

José Alfonso ‘Chiche’ Maestre contó pormenores de su vida y obra en ‘Cita con la Música’. Daniel Ramírez/EL PILÓN
José Alfonso ‘Chiche’ Maestre contó pormenores de su vida y obra en ‘Cita con la Música’. Daniel Ramírez/EL PILÓN
Boton Wpp

Suele sucederle cuando alguna espina se le atraviesa en el corazón. Lo invaden los sentimientos melancólicos que han sido el motivo recurrente en sus canciones, se le ocurren ideas poéticas, le llegan melodías al corazón; entonces sabe que debe buscar el momento de encontrarse con el cielo de Patillal, con la luna, las estrellas y la inspiración de lo alto para que todo cuaje, para que nazca una nueva canción y él pueda desahogar su alma.

“Es como haciendo quesos”. Así describió José Alfonso ‘Chiche’ Maestre el proceso de nacimiento de sus canciones: Cuando están en la mente todos los elementos se mezcla todo, como cuando hacía quesos hace unos años en su pueblo, su eterno Patillal, al norte de Valledupar.

El compositor acudió a la Cita con la Música, que organiza la Biblioteca Pública Departamental, para interactuar hombres y mujeres que se identifican con el mensaje de sus canciones, que tienen una gran carga de despecho, de amor no correspondido, que él traduce como una especie de destino final de los senderos que le han marcado las mujeres de las que se ha enamorado demasiado. “Yo me enamoraba muy feo”, confiesa. Esos enamoramientos llegaron a muy temprana edad, así como sus responsabilidades de padre.

Salieron entonces a escena expresiones como: “Pobre del rey, ya no hay llanto que cure su pena”, “Sólo quise ser feliz, todo el mundo me olvidó”, “El mártir llora herido su tristeza; el mártir de su historia es perdedor”, “Ahí vas paloma con mi cariño, que nadie sepa que me destrozaste el nido”, “Gracias por jugar conmigo por hacerme tanto daño”, “Préstame un poco de aliento pa’ seguir viviendo mujer; dale más fuerza a mi pecho que no tiene nada”, “Los adioses me hicieron morir, ay corazón; tu sabías que no podía cantar; todo el mundo te dijo que yo no aguantaba otro desprecio más”…

“Pero Chiche, lo que pasa es que tú compones las canciones cuando terminas las relaciones y de pronto deberías componerlas empezando amores para que te salieran alegres”, le sugirió un asistente al conversatorio. Pero el compositor entona entonces canciones con contenido alegre, de esperanza o de amor por su familia y por su tierra, como ‘Recuerdos de Patillal’, ‘Elsa Molina’, en los que resalta su apego por el territorio y describe lo que se siente al estar lejos, al no tener la posibilidad de abrazar a sus hermanos y su madre, de saludar a sus amigos de infancia; todo, como consecuencia de la decisión de irse de la casa en un momento de rebeldía juvenil. Vivió un año de añoranzas fuera del país.

Explicó además Maestre Molina que la razón por la que las canciones de desamor predominan es porque al llegar donde los cantantes a entregarles un nuevo tema para grabar, éstos se inclinan por las de despecho.

La búsqueda incesante

José Alfonso Maestre tuvo durante mucho tiempo la idea de encontrar una mujer perfecta, ideal, pero lo que imaginaba no lograba encajar con alguien real; lo que veía en sus imágenes no correspondía con las mujeres de carne y hueso que se encontraba en su cotidianidad. Esa mujer ideal es la que describe en cuento cantado ‘A una sirena’: “Vio a una sirena morena de ojos tan lindos era la mujer más bella que había mirado, y ella decía que lo amaba, que era su vida y que todo ese tiempo lo había esperado. Yo soy ese muchacho aquel sin querer me dejé vencer de esos ojos color de miel y no puede, no puede ser. Yo no puedo vivir en el mar, tú lo sabes lo sabes bien, y estoy triste pero jamás te olvidaré”.

Se casó, tuvo hijos y se divorció, pero la búsqueda seguía. Hubo una época en la que tenía varias novias –hasta cuatro- intentando encontrar ese algo que lo atara al corazón de alguien. Así llegó la que ahora es su esposa, con la que vive feliz y tiene un hermoso hogar. Fue ese el tiempo en el que tuvo amores con una mujer llamada Mónica, de la que se alejó sin darle ninguna explicación y al cabo de los años le compuso la canción ‘Novia eterna’, como una manera de resarcir la falta de un adiós de su parte.

Cantautor
Los amantes de canciones románticas del vallenato están ya acostumbradas no sólo a escuchar las canciones de ‘Chiche’ Maestre en las voces de otros intérpretes sino que la suya propia, pues es un artista de apretadas agendas semanales de conciertos en los que canta sus canciones, pero también de otros, como Leandro Díaz, Gustavo Gutiérrez, cuyas letras lo alimentaron en su proceso de formación como autor.

Son más de 400 canciones grabadas, desde ‘Directo al corazón hasta ‘Los 100 Clavos de mi cruz’, pero el número seguirá creciendo pues la musa sigue presente y más estando en Patillal, la tierra que lo vio nacer hace más de 40 años y en la que ahora permanece la mayor parte de su tiempo.

ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]

Cultura
6 junio, 2014

‘Chiche’ Maestre cumplió su Cita con la música

Está feliz de haber regresado a su pueblo, después de muchos años viviendo por fuera y poder permanecer al lado de los suyos, inspirado por el ambiente de su tierra patillalera.


José Alfonso ‘Chiche’ Maestre contó pormenores de su vida y obra en ‘Cita con la Música’. Daniel Ramírez/EL PILÓN
José Alfonso ‘Chiche’ Maestre contó pormenores de su vida y obra en ‘Cita con la Música’. Daniel Ramírez/EL PILÓN
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Suele sucederle cuando alguna espina se le atraviesa en el corazón. Lo invaden los sentimientos melancólicos que han sido el motivo recurrente en sus canciones, se le ocurren ideas poéticas, le llegan melodías al corazón; entonces sabe que debe buscar el momento de encontrarse con el cielo de Patillal, con la luna, las estrellas y la inspiración de lo alto para que todo cuaje, para que nazca una nueva canción y él pueda desahogar su alma.

“Es como haciendo quesos”. Así describió José Alfonso ‘Chiche’ Maestre el proceso de nacimiento de sus canciones: Cuando están en la mente todos los elementos se mezcla todo, como cuando hacía quesos hace unos años en su pueblo, su eterno Patillal, al norte de Valledupar.

El compositor acudió a la Cita con la Música, que organiza la Biblioteca Pública Departamental, para interactuar hombres y mujeres que se identifican con el mensaje de sus canciones, que tienen una gran carga de despecho, de amor no correspondido, que él traduce como una especie de destino final de los senderos que le han marcado las mujeres de las que se ha enamorado demasiado. “Yo me enamoraba muy feo”, confiesa. Esos enamoramientos llegaron a muy temprana edad, así como sus responsabilidades de padre.

Salieron entonces a escena expresiones como: “Pobre del rey, ya no hay llanto que cure su pena”, “Sólo quise ser feliz, todo el mundo me olvidó”, “El mártir llora herido su tristeza; el mártir de su historia es perdedor”, “Ahí vas paloma con mi cariño, que nadie sepa que me destrozaste el nido”, “Gracias por jugar conmigo por hacerme tanto daño”, “Préstame un poco de aliento pa’ seguir viviendo mujer; dale más fuerza a mi pecho que no tiene nada”, “Los adioses me hicieron morir, ay corazón; tu sabías que no podía cantar; todo el mundo te dijo que yo no aguantaba otro desprecio más”…

“Pero Chiche, lo que pasa es que tú compones las canciones cuando terminas las relaciones y de pronto deberías componerlas empezando amores para que te salieran alegres”, le sugirió un asistente al conversatorio. Pero el compositor entona entonces canciones con contenido alegre, de esperanza o de amor por su familia y por su tierra, como ‘Recuerdos de Patillal’, ‘Elsa Molina’, en los que resalta su apego por el territorio y describe lo que se siente al estar lejos, al no tener la posibilidad de abrazar a sus hermanos y su madre, de saludar a sus amigos de infancia; todo, como consecuencia de la decisión de irse de la casa en un momento de rebeldía juvenil. Vivió un año de añoranzas fuera del país.

Explicó además Maestre Molina que la razón por la que las canciones de desamor predominan es porque al llegar donde los cantantes a entregarles un nuevo tema para grabar, éstos se inclinan por las de despecho.

La búsqueda incesante

José Alfonso Maestre tuvo durante mucho tiempo la idea de encontrar una mujer perfecta, ideal, pero lo que imaginaba no lograba encajar con alguien real; lo que veía en sus imágenes no correspondía con las mujeres de carne y hueso que se encontraba en su cotidianidad. Esa mujer ideal es la que describe en cuento cantado ‘A una sirena’: “Vio a una sirena morena de ojos tan lindos era la mujer más bella que había mirado, y ella decía que lo amaba, que era su vida y que todo ese tiempo lo había esperado. Yo soy ese muchacho aquel sin querer me dejé vencer de esos ojos color de miel y no puede, no puede ser. Yo no puedo vivir en el mar, tú lo sabes lo sabes bien, y estoy triste pero jamás te olvidaré”.

Se casó, tuvo hijos y se divorció, pero la búsqueda seguía. Hubo una época en la que tenía varias novias –hasta cuatro- intentando encontrar ese algo que lo atara al corazón de alguien. Así llegó la que ahora es su esposa, con la que vive feliz y tiene un hermoso hogar. Fue ese el tiempo en el que tuvo amores con una mujer llamada Mónica, de la que se alejó sin darle ninguna explicación y al cabo de los años le compuso la canción ‘Novia eterna’, como una manera de resarcir la falta de un adiós de su parte.

Cantautor
Los amantes de canciones románticas del vallenato están ya acostumbradas no sólo a escuchar las canciones de ‘Chiche’ Maestre en las voces de otros intérpretes sino que la suya propia, pues es un artista de apretadas agendas semanales de conciertos en los que canta sus canciones, pero también de otros, como Leandro Díaz, Gustavo Gutiérrez, cuyas letras lo alimentaron en su proceso de formación como autor.

Son más de 400 canciones grabadas, desde ‘Directo al corazón hasta ‘Los 100 Clavos de mi cruz’, pero el número seguirá creciendo pues la musa sigue presente y más estando en Patillal, la tierra que lo vio nacer hace más de 40 años y en la que ahora permanece la mayor parte de su tiempo.

ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]