Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 25 enero, 2012

¿Charlatanes ó pastores del tiempo?

Desde mí cocina Por Silvia Betancourt Alliegro Respondo a Alejandro Gaviria que en su blogstop.com publicado en Elespectador.com, se burla del estro poético usado magistralmente por un eminente hombre (es lo que más duele) y además afirma, sin haber estudiado a fondo las implicaciones de lo que transfieren desde sus mentalidades personas que el tiempo […]

Desde mí cocina
Por Silvia Betancourt Alliegro

Respondo a Alejandro Gaviria que en su blogstop.com publicado en Elespectador.com, se burla del estro poético usado magistralmente por un eminente hombre (es lo que más duele) y además afirma, sin haber estudiado a fondo las implicaciones de lo que transfieren desde sus mentalidades personas que el tiempo con estudio han cincelado con sabiduría sin ostentaciones, que así es la sabiduría, me refiero a Gustavo Wilches Chaux y Oscar Collazos ¡Maestros! Que no profesores, a quienes sindica ‘defensores intelectuales del irracionalismo y la charlatanería’ por expresar opiniones libres y sustentadas por el caso del Chamán que impide la lluvia y es contratado por instituciones adscritas al Estado colombiano cuando el acto a celebrar es a cielo abierto.

Aparentemente, es imposible comparar a un chamán de una tribu amazónica, con un técnico de nuestra civilización, y si afirmáramos que entre ambos existe una estrecha relación, seríamos objeto de burla, pero con arrojo, pregunto: ¿Cuál es el objetivo de un técnico? La respuesta es: dominar las fuerzas de la Naturaleza. ¿Y el propósito del brujo o chamán? Exactamente el mismo: actúa como un técnico con otros instrumentos y lanza sus conjuros, que son verbo, para que cambie el tiempo.

Lo dicho: buscan los mismos fines, pero con medios totalmente distintos, en concordancia con el mundo al que pertenecen. El chamán se vale de medios psíquicos; el otro emplea instrumentos, herramientas, aparatos.

Los medios psíquicos que emplea el chamán, ayudado por el péndulo, ha recibido diferentes nombres, más hay uno que prevalece irrebatible: magia. Este vocablo puede referirse a una actitud mental, como forma operativa, el éxito depende de unas facultades poco corrientes, por tanto, se le denomina Ciencias Ocultas. Es posible que los manuscritos sobre estas Ciencias se hayan quemado en la biblioteca de Alejandría, pero los que las ejercían las transfirieron secreta y oralmente a otros formando una cadena de maestros de las técnicas milenarias.
Desde sus inicios, el cristianismo rechazó los fenómenos extraordinarios de dudoso origen; en los Hechos de los apóstoles se narra la expulsión del ámbito de la Iglesia de Simón el Mago; más adelante, cuando el saber árabe influyó con poder sobre las mentes, se difundió el interés por lo mágico ¡La literatura tuvo mucho que ver! Respete, señor Gaviria, lea otras cosas para que aprenda algo de historia, puesto que  la Economía que usted ejerce, esta sirviendo de trampolín para el ocaso de esta civilización que puede conjugar cualquier verbo haciéndolo útil según las coyunturas.

Los católicos actualmente llevan a cabo sesiones de sanación masivas que llenan estadios de fútbol; los sacerdotes fungen de magos ante la audiencia psíquicamente reprimida y dominada por el oscurantismo que jamás desaparecerá mientras exista el hombre que se explica la magia de existir en un mundo de solo tres dimensiones a sus ojos, pero que vislumbra hasta la sexta, a través de dioses vivos o muertos, como diría el inmenso Jorge Zalamea.

[email protected]

Columnista
25 enero, 2012

¿Charlatanes ó pastores del tiempo?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Silvia Betancourt Alliegro

Desde mí cocina Por Silvia Betancourt Alliegro Respondo a Alejandro Gaviria que en su blogstop.com publicado en Elespectador.com, se burla del estro poético usado magistralmente por un eminente hombre (es lo que más duele) y además afirma, sin haber estudiado a fondo las implicaciones de lo que transfieren desde sus mentalidades personas que el tiempo […]


Desde mí cocina
Por Silvia Betancourt Alliegro

Respondo a Alejandro Gaviria que en su blogstop.com publicado en Elespectador.com, se burla del estro poético usado magistralmente por un eminente hombre (es lo que más duele) y además afirma, sin haber estudiado a fondo las implicaciones de lo que transfieren desde sus mentalidades personas que el tiempo con estudio han cincelado con sabiduría sin ostentaciones, que así es la sabiduría, me refiero a Gustavo Wilches Chaux y Oscar Collazos ¡Maestros! Que no profesores, a quienes sindica ‘defensores intelectuales del irracionalismo y la charlatanería’ por expresar opiniones libres y sustentadas por el caso del Chamán que impide la lluvia y es contratado por instituciones adscritas al Estado colombiano cuando el acto a celebrar es a cielo abierto.

Aparentemente, es imposible comparar a un chamán de una tribu amazónica, con un técnico de nuestra civilización, y si afirmáramos que entre ambos existe una estrecha relación, seríamos objeto de burla, pero con arrojo, pregunto: ¿Cuál es el objetivo de un técnico? La respuesta es: dominar las fuerzas de la Naturaleza. ¿Y el propósito del brujo o chamán? Exactamente el mismo: actúa como un técnico con otros instrumentos y lanza sus conjuros, que son verbo, para que cambie el tiempo.

Lo dicho: buscan los mismos fines, pero con medios totalmente distintos, en concordancia con el mundo al que pertenecen. El chamán se vale de medios psíquicos; el otro emplea instrumentos, herramientas, aparatos.

Los medios psíquicos que emplea el chamán, ayudado por el péndulo, ha recibido diferentes nombres, más hay uno que prevalece irrebatible: magia. Este vocablo puede referirse a una actitud mental, como forma operativa, el éxito depende de unas facultades poco corrientes, por tanto, se le denomina Ciencias Ocultas. Es posible que los manuscritos sobre estas Ciencias se hayan quemado en la biblioteca de Alejandría, pero los que las ejercían las transfirieron secreta y oralmente a otros formando una cadena de maestros de las técnicas milenarias.
Desde sus inicios, el cristianismo rechazó los fenómenos extraordinarios de dudoso origen; en los Hechos de los apóstoles se narra la expulsión del ámbito de la Iglesia de Simón el Mago; más adelante, cuando el saber árabe influyó con poder sobre las mentes, se difundió el interés por lo mágico ¡La literatura tuvo mucho que ver! Respete, señor Gaviria, lea otras cosas para que aprenda algo de historia, puesto que  la Economía que usted ejerce, esta sirviendo de trampolín para el ocaso de esta civilización que puede conjugar cualquier verbo haciéndolo útil según las coyunturas.

Los católicos actualmente llevan a cabo sesiones de sanación masivas que llenan estadios de fútbol; los sacerdotes fungen de magos ante la audiencia psíquicamente reprimida y dominada por el oscurantismo que jamás desaparecerá mientras exista el hombre que se explica la magia de existir en un mundo de solo tres dimensiones a sus ojos, pero que vislumbra hasta la sexta, a través de dioses vivos o muertos, como diría el inmenso Jorge Zalamea.

[email protected]