Entre otras cosas…. Por: Dario Arregoces Por estos días aprovechando mis vacaciones, me decidí a realizar una diligencia en las oficinas de la Secretaria Municipal de Tránsito y Transporte de Valledupar, consistente en la cancelación de una multa por una infracción cometida hace marras. Dirigí mis pasos a sus oficinas ubicadas en la esquina de […]
Entre otras cosas….
Por: Dario Arregoces
Por estos días aprovechando mis vacaciones, me decidí a realizar una diligencia en las oficinas de la Secretaria Municipal de Tránsito y Transporte de Valledupar, consistente en la cancelación de una multa por una infracción cometida hace marras.
Dirigí mis pasos a sus oficinas ubicadas en la esquina de la Carrera 11 con Calle 13 al entrar un amable vigilante muy solícito me indicó la dependencia a la que debía acudir, así lo hice, siendo atendido casi de inmediato por la secretaria, quien enterada del motivo de mi visita, digitó el número de mi cédula de ciudadanía en su computador y de inmediato arrojó el dato que yo esperaba recibir, que no era otro que el valor total de la multa. Sorprendido por el elevado monto, de inmediato y como buen colombiano pregunté por la posibilidad de un descuento, la respuesta fue inmediata: Si asiste a un curso obligatorio sobre normas de tránsito obtendrá un descuento del 50%. Sin pensarlo dos veces, acudí al citado curso obligatorio sobre normas de tránsito de acuerdo con la Ley 769 de 2002 modificada por la ley 1383 de 2010. Allí me encontraba en compañía de 15 infractores más, cuando un joven ingeniero civil, quien se identificó con su nombre, por primera y única vez, pues de ahí en adelante se limitó a utilizar el mote “cuatro ojos” para referirse así mismo, luego de lo cual, se fajó una charla que nada tuvo que ver con normas de tránsito, pero si con recomendaciones para conducirse en la vida, para amar y respetar al otro, para ser prudentes no solo en la conducción sino en todos los actos de nuestra vida, para valorar nuestras familias y ejercer autocontrol, sin esperar que sea el regulador de tránsito el que tenga que hacerlo.
Por último enfatizó en el equilibrio que debe existir entre la elección (decisión libre) y la responsabilidad, entendiendo que mis derechos tienen como límite el derecho ajeno. Todos somos responsables de todos y lograr que la gente tome conciencia de la importancia de la vida, no es cuestión que atañe únicamente al Alcalde, sino que debe involucrarnos a todos: conductores, peatones, reguladores de tránsito y ciudadanía en general.
Aclaro pues que la razón del mote a nuestro joven ingeniero civil, no es por burlarme de su problema visual. Tampoco por ser irreverente ante la autoridad. Ni lo uno ni lo otro, el motivo por el cual he optado por llamar de esta forma al ingeniero Roberto Daza, es precisamente porque el mismo, no hizo más que decirnos insistentemente: “¡Muchachos, quiero que en adelante se conduzcan bien, y espero no tener que verlos sentados en esas sillas recibiendo por segunda vez la charla educativa con este cuatro ojos!”.
RECOMENDACIÓN DE CIERRE: De manera muy respetuosa, solicito al señor Alcalde Luis Fabián Fernández Maestre, el pronto arreglo de los semáforos que están fuera de servicio, pues la ausencia de ellos, aunado al crudo invierno, son factores generadores de muchos accidentes de tránsito.
[email protected]
Entre otras cosas…. Por: Dario Arregoces Por estos días aprovechando mis vacaciones, me decidí a realizar una diligencia en las oficinas de la Secretaria Municipal de Tránsito y Transporte de Valledupar, consistente en la cancelación de una multa por una infracción cometida hace marras. Dirigí mis pasos a sus oficinas ubicadas en la esquina de […]
Entre otras cosas….
Por: Dario Arregoces
Por estos días aprovechando mis vacaciones, me decidí a realizar una diligencia en las oficinas de la Secretaria Municipal de Tránsito y Transporte de Valledupar, consistente en la cancelación de una multa por una infracción cometida hace marras.
Dirigí mis pasos a sus oficinas ubicadas en la esquina de la Carrera 11 con Calle 13 al entrar un amable vigilante muy solícito me indicó la dependencia a la que debía acudir, así lo hice, siendo atendido casi de inmediato por la secretaria, quien enterada del motivo de mi visita, digitó el número de mi cédula de ciudadanía en su computador y de inmediato arrojó el dato que yo esperaba recibir, que no era otro que el valor total de la multa. Sorprendido por el elevado monto, de inmediato y como buen colombiano pregunté por la posibilidad de un descuento, la respuesta fue inmediata: Si asiste a un curso obligatorio sobre normas de tránsito obtendrá un descuento del 50%. Sin pensarlo dos veces, acudí al citado curso obligatorio sobre normas de tránsito de acuerdo con la Ley 769 de 2002 modificada por la ley 1383 de 2010. Allí me encontraba en compañía de 15 infractores más, cuando un joven ingeniero civil, quien se identificó con su nombre, por primera y única vez, pues de ahí en adelante se limitó a utilizar el mote “cuatro ojos” para referirse así mismo, luego de lo cual, se fajó una charla que nada tuvo que ver con normas de tránsito, pero si con recomendaciones para conducirse en la vida, para amar y respetar al otro, para ser prudentes no solo en la conducción sino en todos los actos de nuestra vida, para valorar nuestras familias y ejercer autocontrol, sin esperar que sea el regulador de tránsito el que tenga que hacerlo.
Por último enfatizó en el equilibrio que debe existir entre la elección (decisión libre) y la responsabilidad, entendiendo que mis derechos tienen como límite el derecho ajeno. Todos somos responsables de todos y lograr que la gente tome conciencia de la importancia de la vida, no es cuestión que atañe únicamente al Alcalde, sino que debe involucrarnos a todos: conductores, peatones, reguladores de tránsito y ciudadanía en general.
Aclaro pues que la razón del mote a nuestro joven ingeniero civil, no es por burlarme de su problema visual. Tampoco por ser irreverente ante la autoridad. Ni lo uno ni lo otro, el motivo por el cual he optado por llamar de esta forma al ingeniero Roberto Daza, es precisamente porque el mismo, no hizo más que decirnos insistentemente: “¡Muchachos, quiero que en adelante se conduzcan bien, y espero no tener que verlos sentados en esas sillas recibiendo por segunda vez la charla educativa con este cuatro ojos!”.
RECOMENDACIÓN DE CIERRE: De manera muy respetuosa, solicito al señor Alcalde Luis Fabián Fernández Maestre, el pronto arreglo de los semáforos que están fuera de servicio, pues la ausencia de ellos, aunado al crudo invierno, son factores generadores de muchos accidentes de tránsito.
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