Publicidad
Categorías
Categorías
Cesar - 21 diciembre, 2022

Cesar 55 años: vivencias contadas por la comunidad

“Cuando me preguntan: ¿cuántos caciques hay en Valledupar? yo les digo, existen tres caciques: El Cacique Upar, nuestra Cacica Consuelo Araujo Noguera y nuestro Cacique de La Junta Diomedes Diaz, quien es el primero por el que nombran a nuestra región en otros países”, relato de un ciudadano vallenato.

Historia del departamento del cesar en sus 55 años en la visión de diferentes generaciones.  FOTO: FABIÁN PINILLOS.
Historia del departamento del cesar en sus 55 años en la visión de diferentes generaciones. FOTO: FABIÁN PINILLOS.
Boton Wpp

JAIR PIMIENTA / EL PILÓN

La comunidad cesarense conmemora el aniversario Nº 55 de creación del Departamento del Cesar, motivo por el cual, en el diario EL PILÓN mostrará desde diferentes enfoques cómo ha ido evolucionando esta región desde su independencia en 1967 de lo que se conocía como el Magdalena Grande.

Durante estos años, el Cesar ha creado generaciones de personas como Don Emiro Vega, un anciano de 86 años que conserva una pequeña tienda ubicada en la carrera 4ª con calle 15, de Valledupar, fundada en la década de los 60 y que a la fecha aún conserva algunos elementos propios de esa época, tanto así, que al ingresar en ella, da la sensación de viajar a través del tiempo a años anteriores.

“Yo me crié en el centro, en la plaza, llegué de tres años de edad, esos tiempos eran de primera, en aquel tiempo se vivía sabroso, dejaba uno las puertas abiertas, cuando yo hice esta casa, dejé los materiales en la calle, los ladrillos, la arena y no se los cogían, ahora ponga usted un ladrillo para que vea que no amanece (risas)”, relata Vega.

Don Emiro Vega propietario de una de las tiendas más antiguas de Valledupar FOTO: FABIÁN PINILLOS.

Este noble hombre continúa su narración, evocando vivencias de cuando aún se podía transitar a altas horas de la noche por las calles de la capital del Cesar sin temor a correr algún peligro, como cuando luego de disfrutar de una parranda amenizada por Alfredo Gutierrez y Calixto Ochoa se dirigía hasta su casa, bajo el efecto de uno que otro trago de licor.

“Se vivía sabroso compañero, salía uno a la calle a las tres de la mañana, no le pasaba a uno nada, pero ahora vaya usted por ahí cuando son las dos de la mañana que lo atracan, vea yo me venía de la KZ  a las dos de la mañana solo, borracho y no me pasaba nada, pero haga esa gracia ahora pa’ que vea que lo encuentran tirado en la calle”, manifiesta Emiro Vega.

También está el relato de Jorge Osorio, de 63 años, residente de uno de los barrios más emblemáticos de Valledupar, El cañaguate, en la que es quizás la vivienda más representativa para los cesarenses: la casa de ‘La purrututú’, llamada así porque allí vivía una humilde anciana conocida con el mismo nombre.

Él recuerda que cuando empezó a tener ‘uso de razón’ la ciudad era aún muy pequeña “el Valle cuando yo estaba pelao’ llegaba hasta la novena, hasta el parque Novalito y de aquí para abajo hasta la Virgen del Carmen, hoy día es cuatro cinco veces más grande que en ese entonces”.

Recuerda también que durante su infancia percibía una hermandad entre los vecinos, se compartían comida, el café en la mañana acompañado de tertulias, aunque él asegura que aún mantiene la tradición, ya que diariamente prepara hasta dos termos de café y se sienta en su taburete en la puerta de la casa a tomar tinto y a compartirlo con los moradores de viviendas aledañas.

Jorge Osorio residente de la casa de la Purrututù en el barrio Cañaguate FOTO: FABIÁN PINILLOS.

Con un poco de nostalgia evoca esos tiempos en los que jugaba con sus amigos de la cuadra,  dinámicas que con el tiempo han ido desapareciendo “En esos tiempos jugábamos, con trompos, con boliche, en tiempos como estos elevamos las cometas, hoy día con tantos postes y cables en la ciudad es más difícil para los niños, por eso se van perdiendo las tradiciones”.

De igual manera, Teófilo Hernández, quien desde el año 1985 se ubica como vendedor de libros y revistas a las afueras de la Gobernación del Cesar, contó que desde entonces ha visto pasar a todos los mandatarios que se han encargado de liderar al departamento, cuando se instaló en ese lugar ejercía como gobernadora María Inés Castro de Ariza, elegida por nombramiento.

Recuerda a mandatarios como Lucas Gnecco, quien, según él, hizo un buen mandato y recientemente a Cristian Moreno Panezo, que independientemente de la gestión ejercida durante su gobierno, lo recuerda como uno de los gobernadores con los que tuvo más cercanía, incluso contó que llegaba hasta su puesto de ventas y charlaba con él y con los demás vendedores ubicados allí.

También ha sido testigo de los cambios en la infraestructura que ha sufrido la Gobernación “la transformaron en una forma diferente, claro que en este momento se ve mas bonita, anteriormente estaba encerrada con rejas, tenía una sola entrada, ahora tiene varias, hay una fuente de agua con peces, zona recreativa para niños y todo muy bonito”, concluyó.

De una generación más reciente, EL PILÓN dialogó también con Yeraldin Hernández, quien acondicionó su lugar de residencia como lo que hoy se conoce casa museo, allí ha tenido la oportunidad de interactuar con diferentes personas del territorio nacional y extranjeros, lo que le ha permitido escudriñar más a fondo la historia de la región para de esa manera compartirla con los visitantes.

Preguntas como por ejemplo ¿cuántos caciques hay en Valledupar? “Ellos nada mas conocen uno, yo les digo, existen tres caciques, el primero es el Cacique Upar, el segundo es nuestra Cacica Consuelo Araujo Noguera y por último nuestro Cacique de La Junta Diomedes Diaz, quien es el primero por el que nombran a nuestra región en otros países”.

Anécdotas y relatos como los anteriormente mencionados hacen parte de la historia sociocultural de Valledupar y su departamento que hoy cumple 55 años de creación, que acompañadas de su historia política conforman una de las regiones más importantes de Colombia.

Cesar
21 diciembre, 2022

Cesar 55 años: vivencias contadas por la comunidad

“Cuando me preguntan: ¿cuántos caciques hay en Valledupar? yo les digo, existen tres caciques: El Cacique Upar, nuestra Cacica Consuelo Araujo Noguera y nuestro Cacique de La Junta Diomedes Diaz, quien es el primero por el que nombran a nuestra región en otros países”, relato de un ciudadano vallenato.


Historia del departamento del cesar en sus 55 años en la visión de diferentes generaciones.  FOTO: FABIÁN PINILLOS.
Historia del departamento del cesar en sus 55 años en la visión de diferentes generaciones. FOTO: FABIÁN PINILLOS.
Boton Wpp

JAIR PIMIENTA / EL PILÓN

La comunidad cesarense conmemora el aniversario Nº 55 de creación del Departamento del Cesar, motivo por el cual, en el diario EL PILÓN mostrará desde diferentes enfoques cómo ha ido evolucionando esta región desde su independencia en 1967 de lo que se conocía como el Magdalena Grande.

Durante estos años, el Cesar ha creado generaciones de personas como Don Emiro Vega, un anciano de 86 años que conserva una pequeña tienda ubicada en la carrera 4ª con calle 15, de Valledupar, fundada en la década de los 60 y que a la fecha aún conserva algunos elementos propios de esa época, tanto así, que al ingresar en ella, da la sensación de viajar a través del tiempo a años anteriores.

“Yo me crié en el centro, en la plaza, llegué de tres años de edad, esos tiempos eran de primera, en aquel tiempo se vivía sabroso, dejaba uno las puertas abiertas, cuando yo hice esta casa, dejé los materiales en la calle, los ladrillos, la arena y no se los cogían, ahora ponga usted un ladrillo para que vea que no amanece (risas)”, relata Vega.

Don Emiro Vega propietario de una de las tiendas más antiguas de Valledupar FOTO: FABIÁN PINILLOS.

Este noble hombre continúa su narración, evocando vivencias de cuando aún se podía transitar a altas horas de la noche por las calles de la capital del Cesar sin temor a correr algún peligro, como cuando luego de disfrutar de una parranda amenizada por Alfredo Gutierrez y Calixto Ochoa se dirigía hasta su casa, bajo el efecto de uno que otro trago de licor.

“Se vivía sabroso compañero, salía uno a la calle a las tres de la mañana, no le pasaba a uno nada, pero ahora vaya usted por ahí cuando son las dos de la mañana que lo atracan, vea yo me venía de la KZ  a las dos de la mañana solo, borracho y no me pasaba nada, pero haga esa gracia ahora pa’ que vea que lo encuentran tirado en la calle”, manifiesta Emiro Vega.

También está el relato de Jorge Osorio, de 63 años, residente de uno de los barrios más emblemáticos de Valledupar, El cañaguate, en la que es quizás la vivienda más representativa para los cesarenses: la casa de ‘La purrututú’, llamada así porque allí vivía una humilde anciana conocida con el mismo nombre.

Él recuerda que cuando empezó a tener ‘uso de razón’ la ciudad era aún muy pequeña “el Valle cuando yo estaba pelao’ llegaba hasta la novena, hasta el parque Novalito y de aquí para abajo hasta la Virgen del Carmen, hoy día es cuatro cinco veces más grande que en ese entonces”.

Recuerda también que durante su infancia percibía una hermandad entre los vecinos, se compartían comida, el café en la mañana acompañado de tertulias, aunque él asegura que aún mantiene la tradición, ya que diariamente prepara hasta dos termos de café y se sienta en su taburete en la puerta de la casa a tomar tinto y a compartirlo con los moradores de viviendas aledañas.

Jorge Osorio residente de la casa de la Purrututù en el barrio Cañaguate FOTO: FABIÁN PINILLOS.

Con un poco de nostalgia evoca esos tiempos en los que jugaba con sus amigos de la cuadra,  dinámicas que con el tiempo han ido desapareciendo “En esos tiempos jugábamos, con trompos, con boliche, en tiempos como estos elevamos las cometas, hoy día con tantos postes y cables en la ciudad es más difícil para los niños, por eso se van perdiendo las tradiciones”.

De igual manera, Teófilo Hernández, quien desde el año 1985 se ubica como vendedor de libros y revistas a las afueras de la Gobernación del Cesar, contó que desde entonces ha visto pasar a todos los mandatarios que se han encargado de liderar al departamento, cuando se instaló en ese lugar ejercía como gobernadora María Inés Castro de Ariza, elegida por nombramiento.

Recuerda a mandatarios como Lucas Gnecco, quien, según él, hizo un buen mandato y recientemente a Cristian Moreno Panezo, que independientemente de la gestión ejercida durante su gobierno, lo recuerda como uno de los gobernadores con los que tuvo más cercanía, incluso contó que llegaba hasta su puesto de ventas y charlaba con él y con los demás vendedores ubicados allí.

También ha sido testigo de los cambios en la infraestructura que ha sufrido la Gobernación “la transformaron en una forma diferente, claro que en este momento se ve mas bonita, anteriormente estaba encerrada con rejas, tenía una sola entrada, ahora tiene varias, hay una fuente de agua con peces, zona recreativa para niños y todo muy bonito”, concluyó.

De una generación más reciente, EL PILÓN dialogó también con Yeraldin Hernández, quien acondicionó su lugar de residencia como lo que hoy se conoce casa museo, allí ha tenido la oportunidad de interactuar con diferentes personas del territorio nacional y extranjeros, lo que le ha permitido escudriñar más a fondo la historia de la región para de esa manera compartirla con los visitantes.

Preguntas como por ejemplo ¿cuántos caciques hay en Valledupar? “Ellos nada mas conocen uno, yo les digo, existen tres caciques, el primero es el Cacique Upar, el segundo es nuestra Cacica Consuelo Araujo Noguera y por último nuestro Cacique de La Junta Diomedes Diaz, quien es el primero por el que nombran a nuestra región en otros países”.

Anécdotas y relatos como los anteriormente mencionados hacen parte de la historia sociocultural de Valledupar y su departamento que hoy cumple 55 años de creación, que acompañadas de su historia política conforman una de las regiones más importantes de Colombia.