Cuando terminaba el convulso 2020 recibimos el 2021 con la esperanza de decirle adiós a la pandemia y retomar, con el antecedente del covid-19, la vida previa a los contagios, a las medidas restrictivas, al temor de un virus. 

Sin embargo, paradójicamente, cerramos este año con la noticia de que podríamos ingresar a un nuevo pico de contagios por la expansión de la variante ómicron. Mala noticia porque por estos días queremos reunirnos con los más cercanos para despedir el año. 

Aunque no se cancelarán muchas de esas reuniones, es obvio, las personas quieren estar en familia, fortalecer la salud mental, descansar, sí sería bueno no olvidar las medidas preventivas, ser cautelosos. Es posible disfrutar de la familia y los amigos siendo prudentes. 

La buena noticia es que la palabra del 2021 para la ‘Fundación de Español Urgente’ fue ‘vacuna’, un antídoto que evitó miles de muertes en el mundo.

Sin embargo el covid-19 no fue el único tema del 2021. Cerramos este año con el duro comunicado de las comunidades indígenas rechazando el ingreso de los contratistas encargados de realizar  estudios claves y definitivos para construir el embalse de Los Besotes. 

Ellos exponen sus razones, pero no significa que tengan siempre la razón. Esta obra, según lo planificado, tiene como fin garantizar el derecho al agua potable al millón de habitantes que tendrá Valledupar en las próximas décadas. Estos habitantes también tienen derechos. 

Probablemente  ese servicio se extenderá, por lo menos, hasta los municipios metropolitanos más cercanos,  La Paz y San Diego. 

Más allá de discutir quién tiene la razón  o no, las partes deben sentarse a dialogar,  sin condiciones a priori. Entender, hemos insistido en el punto,  que sin esos estudios no se podrá tener realmente ‘El Proyecto’, su localización exacta,  sus alcances, dimensión, impactos ambientales, aspectos determinantes para realizar una Consulta Previa con las comunidades,  dentro de un proceso de  licenciamiento ambiental.   

También queremos insistir en una recomendación de la que ya hablamos: responsabilidad en las vías. Diciembre es un mes sinónimo de alegría que la irresponsabilidad de unos pocos ha convertido en sinónimo de tristeza para muchas familias. 

Seamos responsables a la hora de conducir. El alcohol es el peor aliado. El mismo alcohol propiciador, en estas fiestas, de emocionales riñas cuyas consecuencias también destruyen familias. Es un alegre amigo que, si perdemos el control, se vuelve el más triste enemigo.

Y como coletilla final, imposible ignorar el nombramiento del nuevo contralor departamental del Cesar. El ‘compadrazgo’ (que por esta región también se refiere a la amistad que establecen dos personas) entre el gobernador Luis Alberto Monsalvo, y Juan Francisco Villazón, elegido contralor con 7 votos, no es buen augurio.  

Al contrario, es la ratificación de que esa entidad está bajo el control del gobernante. Es un insulto a la gente que el funcionario llamado a controlar sea siempre certificador de la buena conducta de aquel. No esperemos independencia.