En Valledupar solo existen dos: el que tiene salida por la carrera cuarta, entre las calles 15 y 14, y el que tiene una entrada por la carrera octava, los cuales han sido invadidos.
Una de las determinantes para que se diera la declaratoria de Valledupar como Bien de Interés Cultural fue la existencia de los callejones y centros de manzanas, que datan desde la época de la colonia. Éstos últimos tienden a desaparecer, puesto que los vecinos de estas zonas han expandido sus patios y terceros lo utilizan como parqueaderos, reduciendo su espacio inicial.
En la actualidad solo queda el vestigio de dos centros de manzanas: el que tiene salida por la carrera cuarta, entre las calles 15 y la 14, detrás del patio colonial de la Cámara de Comercio; y el de ‘Concha Moreno’, en la carrera 8, entre calles 14 y 15.
Estos sitios en la antigüedad, cuando la ciudad solo la conformaban ocho manzanas, eran utilizados como puntos de acopio para la llegada de todos los suministros que eran transportados en bueyes, vacas, caballos y burros. El Ministerio de Cultura establece que hoy en día deben ser usados como recreación pasiva, con plazoletas destinadas a leer, contar historias o pasar un rato entre amigos o en familia.
Así lo manifiesta la arquitecta Annie Marshall de Armas, directora ejecutiva y representante legal de la fundación Aviva (Amigos del Viejo Valledupar), quien aseguró que “la razón de ser de los centros de manzana son para el goce de todos los vecinos que convergen en un patio central, para el servicio de ellos como servidumbre, pero no para que se los apropiarán. Aquí no se permiten canchas deportivas ni tarimas ni parques infantiles, sino plazoletas para punto de encuentro de la comunidad”.
Aviva ha insistido en la recuperación de esos centros de manzana, porque si bien es cierto que el Plan Centro los valoró y se hizo planteamiento de recuperación de espacio público hoy están invadidos.
Agregó que los vecinos han ampliado sus patios arbitrariamente, sin que ninguna autoridad municipal ejerza acciones para impedirlo. “En el centro de manzana de la cuarta, por ejemplo, un hotel ha ocupado espacio que es público; pese a que la norma dice que hay que dejar un aislamiento trasero, ellos arremetieron y ocuparon espacio con construcciones. El primero que inició este atropello fue una empresa de correo postal y luego le siguieron los demás propietarios del sector”.
Marshall de Armas subrayó que los callejones y centros de manzana no pueden ser alterados con construcciones ni ningún elemento que entorpezca la distracción placentera para la comunidad y de sano ocio para la gente, sentencia que no se cumple en Valledupar, puesto que se han convertido en sitios para parquear o de depósito de material de construcción.
El centro de manzana denominado como ‘Concha Moreno’, que tiene una entrada por la carrera octava, detrás del periódico EL PILÓN, y que inicialmente tenía cuatro brazos, cada vez está más reducido.
“Hoy vemos que está cada vez más estrangulado, lo que era una plazoleta central quedó reducida. Hay tres lotes cuyos dueños aducen que tienen escrituras porque un día un alcalde vendió el ejido municipal y nadie le dijo nada, violando la resolución número 3722 del 27 de noviembre del 2014, donde se plantea la recuperación de espacio público, entre ellos los centros de manzana”, denunció la arquitecta.
Las afirmaciones de Marshall las reitera la fundadora de Aviva, Alba Luz Luque Lommel, al aseverar que “los centros de manzana eran los sitios donde las personas dejaban a los animales luego de venir de sus fincas y de ahí entraban a los patios traseros de las viviendas, los cuales están desapareciendo porque han corrido las tapias o construyendo casas”.
Transcribiendo una Escritura Pública se plasma que:
“el gobierno de la Corona Española mediante Titulo Real del 6 de marzo de 1718 cedió una legua de ejidos a la ciudad del Valle de Upar”.
En Valledupar entre los años 1966 a 1971, de acuerdo a Marshall de Armas, mediante una Junta de Ejidos vendieron algunos, con escrituras aparentemente legales, aun cuando la venta era ilegal y así se fueron perdiendo cerca de 150 metros cuadrados de diferentes extensiones en los centros de manzana y callejones, asegurando que el asunto sigue vigente porque los ejidos son imprescriptibles, así hayan pasado muchos años y construido varias edificaciones.
“Hubo un momento en los años 60 que un alcalde de Valledupar vendió un buen número de ejidos, situación que debe entrar analizar el Ministerio de Cultura porque los centros de manzana que están en el perímetro urbano no pueden ser comercializados”, señaló.
Aviva hizo investigación sobre los ejidos y encontró que son definidos por ley como bienes de uso público o del común. Por tener esa calidad son inalienables, imprescriptibles, e inembargables, según reza en la Constitución Nacional en el artículo 63. No obstante, muchos de los ejidos han adquirido apariencia de propiedad privada, ostentando títulos precarios no idóneos tramitados en notarías locales, a los cuales si se les aplica el artículo 58 podrían ser expropiados por vía administrativa, incluso sin lugar al pago de indemnización.
Mientras se resuelven los embelecos jurídicos, sigue la apropiación indebida de estos sitios históricos de la ciudad.
¿Sabía usted que…
Los centros de manzana junto con los callejones son los sectores más importantes del Centro Histórico de Valledupar porque son sitios que se distinguen de los otros 43 Centros Históricos de Colombia?
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN
En Valledupar solo existen dos: el que tiene salida por la carrera cuarta, entre las calles 15 y 14, y el que tiene una entrada por la carrera octava, los cuales han sido invadidos.
Una de las determinantes para que se diera la declaratoria de Valledupar como Bien de Interés Cultural fue la existencia de los callejones y centros de manzanas, que datan desde la época de la colonia. Éstos últimos tienden a desaparecer, puesto que los vecinos de estas zonas han expandido sus patios y terceros lo utilizan como parqueaderos, reduciendo su espacio inicial.
En la actualidad solo queda el vestigio de dos centros de manzanas: el que tiene salida por la carrera cuarta, entre las calles 15 y la 14, detrás del patio colonial de la Cámara de Comercio; y el de ‘Concha Moreno’, en la carrera 8, entre calles 14 y 15.
Estos sitios en la antigüedad, cuando la ciudad solo la conformaban ocho manzanas, eran utilizados como puntos de acopio para la llegada de todos los suministros que eran transportados en bueyes, vacas, caballos y burros. El Ministerio de Cultura establece que hoy en día deben ser usados como recreación pasiva, con plazoletas destinadas a leer, contar historias o pasar un rato entre amigos o en familia.
Así lo manifiesta la arquitecta Annie Marshall de Armas, directora ejecutiva y representante legal de la fundación Aviva (Amigos del Viejo Valledupar), quien aseguró que “la razón de ser de los centros de manzana son para el goce de todos los vecinos que convergen en un patio central, para el servicio de ellos como servidumbre, pero no para que se los apropiarán. Aquí no se permiten canchas deportivas ni tarimas ni parques infantiles, sino plazoletas para punto de encuentro de la comunidad”.
Aviva ha insistido en la recuperación de esos centros de manzana, porque si bien es cierto que el Plan Centro los valoró y se hizo planteamiento de recuperación de espacio público hoy están invadidos.
Agregó que los vecinos han ampliado sus patios arbitrariamente, sin que ninguna autoridad municipal ejerza acciones para impedirlo. “En el centro de manzana de la cuarta, por ejemplo, un hotel ha ocupado espacio que es público; pese a que la norma dice que hay que dejar un aislamiento trasero, ellos arremetieron y ocuparon espacio con construcciones. El primero que inició este atropello fue una empresa de correo postal y luego le siguieron los demás propietarios del sector”.
Marshall de Armas subrayó que los callejones y centros de manzana no pueden ser alterados con construcciones ni ningún elemento que entorpezca la distracción placentera para la comunidad y de sano ocio para la gente, sentencia que no se cumple en Valledupar, puesto que se han convertido en sitios para parquear o de depósito de material de construcción.
El centro de manzana denominado como ‘Concha Moreno’, que tiene una entrada por la carrera octava, detrás del periódico EL PILÓN, y que inicialmente tenía cuatro brazos, cada vez está más reducido.
“Hoy vemos que está cada vez más estrangulado, lo que era una plazoleta central quedó reducida. Hay tres lotes cuyos dueños aducen que tienen escrituras porque un día un alcalde vendió el ejido municipal y nadie le dijo nada, violando la resolución número 3722 del 27 de noviembre del 2014, donde se plantea la recuperación de espacio público, entre ellos los centros de manzana”, denunció la arquitecta.
Las afirmaciones de Marshall las reitera la fundadora de Aviva, Alba Luz Luque Lommel, al aseverar que “los centros de manzana eran los sitios donde las personas dejaban a los animales luego de venir de sus fincas y de ahí entraban a los patios traseros de las viviendas, los cuales están desapareciendo porque han corrido las tapias o construyendo casas”.
Transcribiendo una Escritura Pública se plasma que:
“el gobierno de la Corona Española mediante Titulo Real del 6 de marzo de 1718 cedió una legua de ejidos a la ciudad del Valle de Upar”.
En Valledupar entre los años 1966 a 1971, de acuerdo a Marshall de Armas, mediante una Junta de Ejidos vendieron algunos, con escrituras aparentemente legales, aun cuando la venta era ilegal y así se fueron perdiendo cerca de 150 metros cuadrados de diferentes extensiones en los centros de manzana y callejones, asegurando que el asunto sigue vigente porque los ejidos son imprescriptibles, así hayan pasado muchos años y construido varias edificaciones.
“Hubo un momento en los años 60 que un alcalde de Valledupar vendió un buen número de ejidos, situación que debe entrar analizar el Ministerio de Cultura porque los centros de manzana que están en el perímetro urbano no pueden ser comercializados”, señaló.
Aviva hizo investigación sobre los ejidos y encontró que son definidos por ley como bienes de uso público o del común. Por tener esa calidad son inalienables, imprescriptibles, e inembargables, según reza en la Constitución Nacional en el artículo 63. No obstante, muchos de los ejidos han adquirido apariencia de propiedad privada, ostentando títulos precarios no idóneos tramitados en notarías locales, a los cuales si se les aplica el artículo 58 podrían ser expropiados por vía administrativa, incluso sin lugar al pago de indemnización.
Mientras se resuelven los embelecos jurídicos, sigue la apropiación indebida de estos sitios históricos de la ciudad.
¿Sabía usted que…
Los centros de manzana junto con los callejones son los sectores más importantes del Centro Histórico de Valledupar porque son sitios que se distinguen de los otros 43 Centros Históricos de Colombia?
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN