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Columnista - 2 marzo, 2023

Centro ideológico, un distractor

El concepto de centro ideológico es un distractor y una trampa para incautos; este es un punto de inercia, el más cómodo para vivir, el statu quo.

El concepto de centro ideológico es un distractor y una trampa para incautos; este es un punto de inercia, el más cómodo para vivir, el statu quo; es la teoría de “construir sobre lo construido” (C.S.C.), una expresión viral que lleva un mensaje subliminal en el sentido de que lo que no esté en el centro es inviable y extremismo; esta es una falacia.

En una galaxia existen varios sistemas planetarios cada uno de los cuales tiene su propio centro que nada influye en el de los demás. Este concepto de C.S.C. es un sofisma poco empleado por la ciencia, la ingeniería y la arquitectura; cuando un puente tiene fallas estructurales hay que destruirlo, no remediarlo; si una norma jurídica o social tiene falencias estructurales hay que sustituirla.

Tampoco un paradigma científico se C.S.C., sino que se sustituye si la teoría que lo sustenta no es válida. La CPC/91 no se construyó sobre la de 1886, la sustituyó, sin embargo, más de 50 de sus artículos ya han sido reversados sin socializarlos. Más, algunos insisten en defender adefesios conceptuales que los medios dan por indestructibles porque les favorecen; olvidan la máxima jurídica de que, en derecho, las cosas se deshacen como se hacen. 

Muchas leyes han sido derogadas siendo buenas. Los hechos sociales y/o políticos tienen un comportamiento análogo a los que sufren los físicos. Hago este prólogo para referirme a los engañosos argumentos con los cuales algunos quieren ponerle atajos a la reforma de la salud. Antes de la Ley 100/93, no existía el concepto de EPS, la salud la atendía directamente el Estado como ocurre en la mayoría de los países, los derechos fundamentales solo el Estado los puede garantizar. 

Este sistema fue destruido sin construir nada sobre el anterior; la Ley 100, que es ordinaria, no fue socializada, no es costumbre hacerlo en este país; en cambio la actual reforma sí se ha socializado y discutido con los gremios que conocen el tema, como nunca; una política antinarcóticos no se socializa con la mafia. Tampoco fueron socializados la eliminación de la mesada 14 y de las horas extras. 

La reelección presidencial nos la empujaron sin socializarla con “un articulito” que después mandó a la cárcel a varios ministros. Esta propuesta de reforma ha causado muchas ronchas porque lo que se tiene montado no es un sistema de salud sino un negocio. 

Las EPS son al erario lo que los Fondos de Pensiones son al ahorro de los trabajadores y lo que Roy Barreras es a la lealtad; este sistema ha sido la caja mayor para mantener privilegios. Ahora, desde los predios del Pacto Histórico, el senador Barreras monta su campaña presidencial, desde una tarima que él llama de “centro”. ¿Centro derecha? Con esto él trata de destruir lo que parcialmente ayudó a construir. Al lanzamiento de su nuevo partido de “centro” asistieron viejas figuras de la política, casi todas de la derecha ideológica, enemigas del cambio y defensoras de la inercia: contratistas diversos, gentes de los Fondos Privados, de las EPS, neoliberales de toda laya y, obviamente la resonancia de los medios. 

Para Roy, Carolina Corcho está presentando una “reforma ideologizada”. Olvida Roy que los Estados no son amorfos, que siempre se rigen por una ideología. Ejemplos: los neoliberales (N.L.) consideran que la salud es un negocio mientras que los progresistas creen que es un compromiso para salvar vidas; los N.L. creen que en un Estado el individuo es el protagonista; para los progresistas debe ser la sociedad toda; para los N.L., el Estado debe ser teocrático, para los progresistas debe ser laico. En ninguna de estas comparaciones existe un centro puesto que son miradas excluyentes. Gustavo Bolívar dice que nos quieren robar el P.H. con engaños, utilizando eslóganes como el cambio y la paz total, consignas de Petro. 

Estas deslealtades confunden y son inadmisibles así provengan del presidente del senado, que no representa a las mayorías que ganaron las elecciones. El problema de Roy es que ha bebido en varias canteras y ahora tiene indigestión ideológica. La Colombia Humana debe estar atenta, hay muchos esquiroles, camaleones y forajidos.

Por Luis Napoleón de Armas P.

Columnista
2 marzo, 2023

Centro ideológico, un distractor

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

El concepto de centro ideológico es un distractor y una trampa para incautos; este es un punto de inercia, el más cómodo para vivir, el statu quo.


El concepto de centro ideológico es un distractor y una trampa para incautos; este es un punto de inercia, el más cómodo para vivir, el statu quo; es la teoría de “construir sobre lo construido” (C.S.C.), una expresión viral que lleva un mensaje subliminal en el sentido de que lo que no esté en el centro es inviable y extremismo; esta es una falacia.

En una galaxia existen varios sistemas planetarios cada uno de los cuales tiene su propio centro que nada influye en el de los demás. Este concepto de C.S.C. es un sofisma poco empleado por la ciencia, la ingeniería y la arquitectura; cuando un puente tiene fallas estructurales hay que destruirlo, no remediarlo; si una norma jurídica o social tiene falencias estructurales hay que sustituirla.

Tampoco un paradigma científico se C.S.C., sino que se sustituye si la teoría que lo sustenta no es válida. La CPC/91 no se construyó sobre la de 1886, la sustituyó, sin embargo, más de 50 de sus artículos ya han sido reversados sin socializarlos. Más, algunos insisten en defender adefesios conceptuales que los medios dan por indestructibles porque les favorecen; olvidan la máxima jurídica de que, en derecho, las cosas se deshacen como se hacen. 

Muchas leyes han sido derogadas siendo buenas. Los hechos sociales y/o políticos tienen un comportamiento análogo a los que sufren los físicos. Hago este prólogo para referirme a los engañosos argumentos con los cuales algunos quieren ponerle atajos a la reforma de la salud. Antes de la Ley 100/93, no existía el concepto de EPS, la salud la atendía directamente el Estado como ocurre en la mayoría de los países, los derechos fundamentales solo el Estado los puede garantizar. 

Este sistema fue destruido sin construir nada sobre el anterior; la Ley 100, que es ordinaria, no fue socializada, no es costumbre hacerlo en este país; en cambio la actual reforma sí se ha socializado y discutido con los gremios que conocen el tema, como nunca; una política antinarcóticos no se socializa con la mafia. Tampoco fueron socializados la eliminación de la mesada 14 y de las horas extras. 

La reelección presidencial nos la empujaron sin socializarla con “un articulito” que después mandó a la cárcel a varios ministros. Esta propuesta de reforma ha causado muchas ronchas porque lo que se tiene montado no es un sistema de salud sino un negocio. 

Las EPS son al erario lo que los Fondos de Pensiones son al ahorro de los trabajadores y lo que Roy Barreras es a la lealtad; este sistema ha sido la caja mayor para mantener privilegios. Ahora, desde los predios del Pacto Histórico, el senador Barreras monta su campaña presidencial, desde una tarima que él llama de “centro”. ¿Centro derecha? Con esto él trata de destruir lo que parcialmente ayudó a construir. Al lanzamiento de su nuevo partido de “centro” asistieron viejas figuras de la política, casi todas de la derecha ideológica, enemigas del cambio y defensoras de la inercia: contratistas diversos, gentes de los Fondos Privados, de las EPS, neoliberales de toda laya y, obviamente la resonancia de los medios. 

Para Roy, Carolina Corcho está presentando una “reforma ideologizada”. Olvida Roy que los Estados no son amorfos, que siempre se rigen por una ideología. Ejemplos: los neoliberales (N.L.) consideran que la salud es un negocio mientras que los progresistas creen que es un compromiso para salvar vidas; los N.L. creen que en un Estado el individuo es el protagonista; para los progresistas debe ser la sociedad toda; para los N.L., el Estado debe ser teocrático, para los progresistas debe ser laico. En ninguna de estas comparaciones existe un centro puesto que son miradas excluyentes. Gustavo Bolívar dice que nos quieren robar el P.H. con engaños, utilizando eslóganes como el cambio y la paz total, consignas de Petro. 

Estas deslealtades confunden y son inadmisibles así provengan del presidente del senado, que no representa a las mayorías que ganaron las elecciones. El problema de Roy es que ha bebido en varias canteras y ahora tiene indigestión ideológica. La Colombia Humana debe estar atenta, hay muchos esquiroles, camaleones y forajidos.

Por Luis Napoleón de Armas P.