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Columnista - 7 abril, 2018

Centrípeta

En pleno siglo XXI Colombia discurre en el seno de la Revolución Francesa, durante la Asamblea Constituyente establecida para redactar la Constitución del Estado, en la que diversos delegados aleatoriamente se ubicaron en el recinto, originando la conformación de tres secciones en la sala. El escritor británico G. K. Chesterton, caracterizado por ser un autor […]

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En pleno siglo XXI Colombia discurre en el seno de la Revolución Francesa, durante la Asamblea Constituyente establecida para redactar la Constitución del Estado, en la que diversos delegados aleatoriamente se ubicaron en el recinto, originando la conformación de tres secciones en la sala.

El escritor británico G. K. Chesterton, caracterizado por ser un autor que siempre buscó que el lector pensara dos veces y se alejara de todo lugar común, en una expresión sarcástica esgrimió que la izquierda y la derecha son dos formas de “hemiplejía moral”.

Aquellos costados históricos de ubicación convocan en nuestro país las posturas ideológicas, haciendo del proceso electoral un escenario polarizador con base en el miedo como elemento disuasivo, que sumerge al elector en la disyuntiva de elegir no solo entre el menos malo, sino también al que menos miedo conciba.

El ocaso de los partidos políticos ha favorecido las coaliciones en virtud del cálculo electoral como vehículo para ostentar el poder, esta tendencia reduccionista va en detrimento de la convicción programática y es conveniente para los aspectos coyunturales de la actividad política, pero es desfavorable para resolver las necesidades ingentes del país, porque continúan dilapidando tiempo en la preparación para diseñar el perfil de los cambios suscritos en las expectativas ciudadanas. Este tipo de prácticas insulsas caracterizada por la vocación del odio y el miedo, a través de falsas verdades, constriñen el discernimiento de la ciudadanía.

Mientras las expectativas ciudadanas permanecen huérfanas, las posturas ideológicas de Derecha y de Izquierda, recurren a estrategias sofisticadas para disimular los efectos de su deterioro y su ubicación en el extremo. Así percibo el bautismo del Centro Democrático, este engendro encuentra apropiación en las agrupaciones de la Centro Izquierda. La igualdad y la libertad, principios rectores de ambos sectores, tienen ahora por objeto interpretar la conjunción de la libertad positiva y negativa estudiada por el filósofo liberal Sir Isaiah Berlin. En este lugar se encuentra el partido verde, sus dirigentes principales trabajan con tesón para crecer en el espectro político, sabiendo que todavía sus posibilidades son mínimas comparadas con sus adversarios, pero son conscientes de que les llegará su momento y su oportunidad, por esta razón la anhelada alianza entre el Centro y la Izquierda colombiana no tendrá lugar para el próximo 27 de mayo.

Las diferencias irreconciliables del Centro y la Izquierda, yacen en la presunción narcisista que presume ser la mejor opción para cambiar paradigmas, guardan esperanza en el horizonte del tiempo y en su imaginario vislumbran que la componenda sin medida y sin importar el precio llevará a la Derecha política a la autodestrucción en el mediano plazo, para surgir en ese tiempo como alternativa con opción de poder.

@LuchoDiaz12

 

Columnista
7 abril, 2018

Centrípeta

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

En pleno siglo XXI Colombia discurre en el seno de la Revolución Francesa, durante la Asamblea Constituyente establecida para redactar la Constitución del Estado, en la que diversos delegados aleatoriamente se ubicaron en el recinto, originando la conformación de tres secciones en la sala. El escritor británico G. K. Chesterton, caracterizado por ser un autor […]


En pleno siglo XXI Colombia discurre en el seno de la Revolución Francesa, durante la Asamblea Constituyente establecida para redactar la Constitución del Estado, en la que diversos delegados aleatoriamente se ubicaron en el recinto, originando la conformación de tres secciones en la sala.

El escritor británico G. K. Chesterton, caracterizado por ser un autor que siempre buscó que el lector pensara dos veces y se alejara de todo lugar común, en una expresión sarcástica esgrimió que la izquierda y la derecha son dos formas de “hemiplejía moral”.

Aquellos costados históricos de ubicación convocan en nuestro país las posturas ideológicas, haciendo del proceso electoral un escenario polarizador con base en el miedo como elemento disuasivo, que sumerge al elector en la disyuntiva de elegir no solo entre el menos malo, sino también al que menos miedo conciba.

El ocaso de los partidos políticos ha favorecido las coaliciones en virtud del cálculo electoral como vehículo para ostentar el poder, esta tendencia reduccionista va en detrimento de la convicción programática y es conveniente para los aspectos coyunturales de la actividad política, pero es desfavorable para resolver las necesidades ingentes del país, porque continúan dilapidando tiempo en la preparación para diseñar el perfil de los cambios suscritos en las expectativas ciudadanas. Este tipo de prácticas insulsas caracterizada por la vocación del odio y el miedo, a través de falsas verdades, constriñen el discernimiento de la ciudadanía.

Mientras las expectativas ciudadanas permanecen huérfanas, las posturas ideológicas de Derecha y de Izquierda, recurren a estrategias sofisticadas para disimular los efectos de su deterioro y su ubicación en el extremo. Así percibo el bautismo del Centro Democrático, este engendro encuentra apropiación en las agrupaciones de la Centro Izquierda. La igualdad y la libertad, principios rectores de ambos sectores, tienen ahora por objeto interpretar la conjunción de la libertad positiva y negativa estudiada por el filósofo liberal Sir Isaiah Berlin. En este lugar se encuentra el partido verde, sus dirigentes principales trabajan con tesón para crecer en el espectro político, sabiendo que todavía sus posibilidades son mínimas comparadas con sus adversarios, pero son conscientes de que les llegará su momento y su oportunidad, por esta razón la anhelada alianza entre el Centro y la Izquierda colombiana no tendrá lugar para el próximo 27 de mayo.

Las diferencias irreconciliables del Centro y la Izquierda, yacen en la presunción narcisista que presume ser la mejor opción para cambiar paradigmas, guardan esperanza en el horizonte del tiempo y en su imaginario vislumbran que la componenda sin medida y sin importar el precio llevará a la Derecha política a la autodestrucción en el mediano plazo, para surgir en ese tiempo como alternativa con opción de poder.

@LuchoDiaz12