Con el pasar del tiempo el Centro de Desarrollo Vecinal está más deteriorado por el abandono de los gobiernos de turno y la falta de sentido de pertenencia de los vecinos.
Basuras, escombros y ruinas es lo que hay en los alrededores del Centro de Desarrollo Vecinal, CDV, ubicado en el suroccidente de Valledupar.
Hacer esta descripción es muy lamentable para mí en vista de que este lugar entregado por el excalde de Valledupar, Aníbal Martínez Zuleta, entre el periodo de 1990-1992 se edificó como un espacio para que prestara diversos servicios sociales a los habitantes de la comuna cuatro.
No obstante, no toda ‘el agua sucia’ le puede caer a las administraciones, porque gran responsabilidad también tienen las comunidades de los barrios vecinos, como son: Los Fundadores, Pupo, Casimiro Maestre y Sabanas.
Los alrededores del CDV los han convertido botaderos de basuras. En cada esquina sobresalen las bolsas con desechos que atraen perros y estos empeoran el panorama al esparcir los residuos sólidos en la calle. El problema de salubridad es mayúsculo, allí funciona una sede del Hospital Eduardo Arredondo Daza y aulas en las que se capacitan estudiantes del Sena.
La mayoría de las paredes que bordean el lugar están en el piso y poco ha sido el esfuerzo por levantarlas nuevamente para bridarle seguridad a las instalaciones que requieren una intervención de la empresa de aseo.
Mercado campesino
Preocupados por cambiar la imagen del lugar en donde trabajan hace más de 20 años, la Asociación Campesina quiere que la Administración Municipal les brinde más garantías y ayudas para laborar dignamente.
Según me comentó Abel de Jesús Gutiérrez, presidente de la asociación que agremia a más de 40 campesinos que cada domingo, desde las 4 de la mañana llegan al CDV para ofrecer las mejores verduras y frutos del campo, le solicitan más apoyo al alcalde Augusto Daniel Ramírez.
“Al propio campesino nos tienen abandonados. No nos prestan la atención que merecemos y por eso queremos que el alcalde nos tenga en cuenta y nos ayude a cambiarle la imagen a este lugar”, contó Gutiérrez.
Las condiciones de trabajo de estos comerciantes no es la mejor y requieren apoyo para seguir ofreciendo a la comunidad productos económicos y buenas condiciones higiénicas.
Don Pilo
Con el pasar del tiempo el Centro de Desarrollo Vecinal está más deteriorado por el abandono de los gobiernos de turno y la falta de sentido de pertenencia de los vecinos.
Basuras, escombros y ruinas es lo que hay en los alrededores del Centro de Desarrollo Vecinal, CDV, ubicado en el suroccidente de Valledupar.
Hacer esta descripción es muy lamentable para mí en vista de que este lugar entregado por el excalde de Valledupar, Aníbal Martínez Zuleta, entre el periodo de 1990-1992 se edificó como un espacio para que prestara diversos servicios sociales a los habitantes de la comuna cuatro.
No obstante, no toda ‘el agua sucia’ le puede caer a las administraciones, porque gran responsabilidad también tienen las comunidades de los barrios vecinos, como son: Los Fundadores, Pupo, Casimiro Maestre y Sabanas.
Los alrededores del CDV los han convertido botaderos de basuras. En cada esquina sobresalen las bolsas con desechos que atraen perros y estos empeoran el panorama al esparcir los residuos sólidos en la calle. El problema de salubridad es mayúsculo, allí funciona una sede del Hospital Eduardo Arredondo Daza y aulas en las que se capacitan estudiantes del Sena.
La mayoría de las paredes que bordean el lugar están en el piso y poco ha sido el esfuerzo por levantarlas nuevamente para bridarle seguridad a las instalaciones que requieren una intervención de la empresa de aseo.
Mercado campesino
Preocupados por cambiar la imagen del lugar en donde trabajan hace más de 20 años, la Asociación Campesina quiere que la Administración Municipal les brinde más garantías y ayudas para laborar dignamente.
Según me comentó Abel de Jesús Gutiérrez, presidente de la asociación que agremia a más de 40 campesinos que cada domingo, desde las 4 de la mañana llegan al CDV para ofrecer las mejores verduras y frutos del campo, le solicitan más apoyo al alcalde Augusto Daniel Ramírez.
“Al propio campesino nos tienen abandonados. No nos prestan la atención que merecemos y por eso queremos que el alcalde nos tenga en cuenta y nos ayude a cambiarle la imagen a este lugar”, contó Gutiérrez.
Las condiciones de trabajo de estos comerciantes no es la mejor y requieren apoyo para seguir ofreciendo a la comunidad productos económicos y buenas condiciones higiénicas.
Don Pilo