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Columnista - 20 marzo, 2019

Cátedra y talleres Rodolfo Campo

El miércoles 6 de los corrientes nuestro diario El Pilón se lució de manera muy notoria– lo que se registró abundantemente por los comentarios favorables en las redes sociales, que son los vehículos de comunicación masiva más eficaces actualmente y que han reemplazado en buena medida a los convencionales–, publicando la magnífica entrevista, por donde […]

El miércoles 6 de los corrientes nuestro diario El Pilón se lució de manera muy notoria– lo que se registró abundantemente por los comentarios favorables en las redes sociales, que son los vehículos de comunicación masiva más eficaces actualmente y que han reemplazado en buena medida a los convencionales–, publicando la magnífica entrevista, por donde se le mire, que en muy buena hora le hiciera al exalcalde de Valledupar, Rodolfo Campo Soto, por dos periodos populares fructíferos- ya en tiempos viejos-.

Ahora ha quedado muy claro que las administraciones municipales anteriores en general, con escasas excepciones, habían estado muy adormiladas y por tanto dejaron acumular muchos cuellos de botella en la ciudad, lo que obstaculizó, por decir lo menos, el avance del desarrollo del municipio, particularmente en su ciudad capital, que, sin embargo, continuaba recibiendo cantidades muy grandes de nuevos habitantes, de su propia cosecha y de las sucesivas migraciones crecientes. Otro tanto se puede decir de las administraciones posteriores, de nuevo con escasas excepciones.

El reportaje nos muestra que sí se puede avanzar rápidamente y salirle al paso a las necesidades presentes y futuras. Esto fue lo que ocurrió por aquellas calendas a que se contrae el reportaje: transformaronse circunstancias adversas por falta de parafernalia administrativa suficiente y capital humano competente.
Ha quedado probado, que ello es relativamente fácil de lograr por medio de un liderazgo cívico- después viene el político- frente al que no quede ninguna duda de parte de la comunidad en cuanto hace a una magnifica formación humana y profesional, como fue y sigue siendo el ejemplo del personaje reportado.

Esta entrevista nos ha procurado recuerdos de actividades virtuosas, de creatividad, trabajo duro y honesto, y de eficiencia en la administración pública. ¿Ahora, qué hacer para que esas experiencias no queden olvidadas en el pretérito sino que se conviertan en una cátedra y talleres permanentes para enseñanza de un buen gobierno, municipal y departamental?.

El Dr. Rodolfo es el líder. A mi parecer con un grupo cívico de amigos tiene la obligación moral e histórica de utilizar aquellas excelentes dos jornadas administrativas y proyectar su espíritu hacia el futuro. Está en muy buenas condiciones de salud, mental y física, que le permite organizar charlas, conferencias, de personas competentes, en las más atinadas áreas de la administración pública y en la formación humana y profesional y ética

Nuestro País vallenato será cada vez más un ámbito geográfico apetecido, por su extenso territorio, por sus reservas de agua, por su atracción folclórica, uno de los más migrados de la geografía colombiana, por tanto es una comprometedora obligación de sus líderes actuales y futuros capacitarse científica y éticamente para gobernarlo.

[email protected]

Columnista
20 marzo, 2019

Cátedra y talleres Rodolfo Campo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodrigo López Barros

El miércoles 6 de los corrientes nuestro diario El Pilón se lució de manera muy notoria– lo que se registró abundantemente por los comentarios favorables en las redes sociales, que son los vehículos de comunicación masiva más eficaces actualmente y que han reemplazado en buena medida a los convencionales–, publicando la magnífica entrevista, por donde […]


El miércoles 6 de los corrientes nuestro diario El Pilón se lució de manera muy notoria– lo que se registró abundantemente por los comentarios favorables en las redes sociales, que son los vehículos de comunicación masiva más eficaces actualmente y que han reemplazado en buena medida a los convencionales–, publicando la magnífica entrevista, por donde se le mire, que en muy buena hora le hiciera al exalcalde de Valledupar, Rodolfo Campo Soto, por dos periodos populares fructíferos- ya en tiempos viejos-.

Ahora ha quedado muy claro que las administraciones municipales anteriores en general, con escasas excepciones, habían estado muy adormiladas y por tanto dejaron acumular muchos cuellos de botella en la ciudad, lo que obstaculizó, por decir lo menos, el avance del desarrollo del municipio, particularmente en su ciudad capital, que, sin embargo, continuaba recibiendo cantidades muy grandes de nuevos habitantes, de su propia cosecha y de las sucesivas migraciones crecientes. Otro tanto se puede decir de las administraciones posteriores, de nuevo con escasas excepciones.

El reportaje nos muestra que sí se puede avanzar rápidamente y salirle al paso a las necesidades presentes y futuras. Esto fue lo que ocurrió por aquellas calendas a que se contrae el reportaje: transformaronse circunstancias adversas por falta de parafernalia administrativa suficiente y capital humano competente.
Ha quedado probado, que ello es relativamente fácil de lograr por medio de un liderazgo cívico- después viene el político- frente al que no quede ninguna duda de parte de la comunidad en cuanto hace a una magnifica formación humana y profesional, como fue y sigue siendo el ejemplo del personaje reportado.

Esta entrevista nos ha procurado recuerdos de actividades virtuosas, de creatividad, trabajo duro y honesto, y de eficiencia en la administración pública. ¿Ahora, qué hacer para que esas experiencias no queden olvidadas en el pretérito sino que se conviertan en una cátedra y talleres permanentes para enseñanza de un buen gobierno, municipal y departamental?.

El Dr. Rodolfo es el líder. A mi parecer con un grupo cívico de amigos tiene la obligación moral e histórica de utilizar aquellas excelentes dos jornadas administrativas y proyectar su espíritu hacia el futuro. Está en muy buenas condiciones de salud, mental y física, que le permite organizar charlas, conferencias, de personas competentes, en las más atinadas áreas de la administración pública y en la formación humana y profesional y ética

Nuestro País vallenato será cada vez más un ámbito geográfico apetecido, por su extenso territorio, por sus reservas de agua, por su atracción folclórica, uno de los más migrados de la geografía colombiana, por tanto es una comprometedora obligación de sus líderes actuales y futuros capacitarse científica y éticamente para gobernarlo.

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