Aunque históricamente ha quedado relegado como un instrumento secundario en la música vallenata, hay agrupaciones, como Castillo’s de Codazzi, que tratan de darle a la guitarra más protagonismo en el folclor.
Con una mezcla de sonidos modernos y clásicos, desde hace tres años la agrupación Castillo’s llama la atención de quienes los escuchan en cada una de sus presentaciones musicales. Jhonatan Castillo, en la guitarra puntera; Diego Andrés Castillo, en la segunda guitarra; Carlos Alberto Castillo, en el bajo electrónico; y Varo Díaz, como vocalista, buscan despertar diferentes emociones en su público y demostrar que la guitarra no es menos que el acordeón en el género vallenato.
Ellos heredaron el amor por este instrumento por su padre y tío (en el caso del cantante) Carlos Castillo, quien les inculcó desde muy niños el arte de hacer música en su natal Codazzi, el municipio donde anualmente se hace el Festival de Música Vallenata en Guitarra. “Llevamos en la sangre el vallenato en guitarra, escuchando las serenatas y parrandas en nuestro hogar. Hoy en día el cantar y tocar con este instrumento se ha convertido en un proyecto de vida”, aseguró Carlos Alberto.
Sus pininos artísticos los dieron en el festival de Codazzi, donde ganaron la categoría Infantil, Aficionada, Profesional y Rey de Reyes. También participaron en los festivales de Cañaverales, en La Guajira; el de Ciénaga, en Magdalena; y en el Festival del Primero de Mayo, en Valledupar, donde demostraron que son diestros con las cuerdas.
Rompiendo los paradigmas, decidieron crear una empresa musical, pero no un trio como suelen hacer la mayoría de sus colegas, sino que conformaron una agrupación vallenata con todos los instrumentos tradicionales del género: caja, guacharaca, bajo, congas, timbales, batería, teclado, trombón, entre otros, menos el emblemático acordeón.
Jhonatan Castillo Sarabia cuenta que lo que exhiben en los escenarios es una evolución del vallenato en guitarra. “Si uno no hace algo moderno se quedará rezagado, tal cual como lo ha hecho la champeta y la música popular, por lo que nos vimos obligado a ello, y hasta ahora nos ha funcionado. Quisiera que nos den la oportunidad en Valledupar y el resto del Cesar, que recuerden que existe un grupo que hace vallenato en guitarra, que piensen que el vallenato necesita otra alternativa, que no solo es el acordeón que puede generar emociones, sabor y ganas de bailar, esto también se logra con las guitarras”.
Aseguró que hacer un emprendimiento musical es difícil cuando se está en una zona de confort, o sea cuando se está en grupo reconocido como Poncho Zuleta y Nelson Velásquez, donde estuvieron algunos de los integrantes de Castillo’s. “Cuando se toma la decisión de hacer grupo por aparte no se sabe cómo le va a ir, pero aun así lo emprendes porque uno cree en uno; vamos cerrando una clientela y seguidores, haciendo un buen show, siendo disciplinados, puntuales, con buena vestimenta, sonido de alta calidad y buenos instrumentos”, subrayó el artista.
Castillo’s desde el mes de agosto tiene en el mercado su primer trabajo discográfico, denominado Magistral, con canciones como: ´Piérdete’, de Tico Mercado; ‘La dueña de mis besos’, de Jesús Villero; ‘La cantaleta’, de Carlos Castillo; y unos bonus track.
Aunque al llegar a tarima el público los mira con escepticismo por la ausencia del instrumento rey del vallenato, luego de escucharlos la aceptación es buena. Con el encanto de sus cuerdas, Castillo’s busca abrir mercados regionales y nacionales.
EL PILÓN consultó a algunos investigadores y folcloristas de la música vallenata, que analizaron el rol de la guitarra dentro del generó.
Alberto ‘Beto’ Murgas rememoró que “la guitarra es un instrumento que vino mucho tiempo antes que el acordeón, traída por los españoles puesto que el acordeón es un instrumento relativamente nuevo. La guitarra fue un instrumento que en todas las partes fue acogida para interpretar los géneros musicales de cada país. En México, por ejemplo, se adaptó mucho para rancheras y aires mexicanos; en Argentina, para el tango inicialmente con guitarra y luego con bandoneón; en Colombia como tuvimos la influencia cubana, mexicana y de muchos países, la guitarra acompañaba todos los aires, y por supuesto acompañó los aires nuestros, lo que antes era música campesina ahora vallenato”.
Agregó que “algunas personas creen que la guitarra fue primero porque por acá no teníamos casas grabadoras de discos, sino que estaban en Cartagena, Barranquilla y por allá había músicos de guitarra como Guillermo Buitrago y Bovea y sus vallenatos, pero tuvieron que nutrirse de nuestra música y comenzaron a grabar la música vallenata. En el interior creen que el vallenato es sinónimo de guitarra; pero no, la primera grabación que se hace es Abel Antonio Villa con Guillermo Buitrago y fue con acordeón”.
De acuerdo con el folclorista, al principio la guitarra impactó más en el interior del país, pero en la costa Caribe se cultivaba la música con el acordeón por su impacto sonoro. “Hoy en día la guitarra acompaña a los músicos de acordeón. Fueron muy famosos tríos como Los Inseparables, Los Padrinos, Hugues Martínez, y el Malanga; en Fonseca estuvo Carlos Huertas. La guitarra ha sido un instrumento de nosotros también, pero el que lidera nuestra música es el acordeón, y la guitarra es el instrumento compañero”, acotó.
Al respecto, Julio Oñate Martínez coincidió en afirmar que “la guitarra piso tierras americanas muchísimos años antes del acordeón, pero no estuvo en la génesis de la música vallenata; el acordeón tampoco, cuando llegó este instrumento ya los aires vallenatos estaba deambulando por el Caribe colombiano. Se ha creído que el vallenato comenzó con la guitarra, esta es una corriente de opinión que los cienagueros han querido correr, tal vez porque el primer gran publicista que tuvo el vallenato en los años 40 fue Guillermo Buitrago, quien era intérprete de la guitarra. Pero en unas primeras históricas grabaciones que se hicieron caprichosamente el destino quiso que se hicieran con acordeón y guitarra en el año 44 con el acordeón de Abel Antonio Villa”.
Así lo plasmó en su obra El ABC del vallenato, refiriéndose a la primera grabación de un vallenato: “En el material que se ha podido rescatar hallamos cuatro discos de 78 revoluciones por minuto, grabados en acetato en Foto Velasco, pero el prensaje fue hecho en Chile. El de menor numeración es el 76714 y trae dos paseos de Abel Antonio Villa ‘Las cosas de las mujeres’ y ‘Pobre negra mía’. El disco vino rotulado como Abelito Villa con el acompañamiento de Guillermo Buitrago y sus muchachos. En esa grabación se observa claramente que la guitarra iba en el mismo nivel del acordeón, pero realizaba el oficio de puntera”, y continúa más adelante: “Curiosamente quiso el destino que la guitarra y el acordeón estuvieran cogidos de la mano desde el comienzo de la historia fonográfica del vallenato, unión que ha perdurado a través de los años”
Oñate Martínez explicó en entrevista a EL PILÓN que “la guitarra en el mundo fonográfico y en la vida juglaresca siempre estuvo de la mano con el acordeón; quizás los más notables aventureros con el acordeón, como Luis Enrique Martínez, siempre tuvo una guitarra acompañante, Alejo en algunas ocasiones y para algunas grabaciones, Abel Antonio Villa a la hora de las grabaciones se apoyaba en guitarras. Después de la muerte de Buitrago aparecen figuras notables como Bovea y sus Vallenatos, Julio Erazo, Efraín González, una serie de guitarristas que tuvieron un momento destacado en la historia. En un tiempo, cuando Bovea se va para Argentina, el movimiento de la guitarra queda acéfalo, lo que permitió que el acordeón se enseñoreara y hubiera mandado la parada desde entonces.
Pienso que si la guitarra hubiera tenido un artista mayor, de fuerza, quizás hoy sería otro el cuento”.
Enfatizó que, posteriormente, cuando aparecen las agrupaciones vallenatas siempre estuvo presente la guitarra, por lo que no se puede desligar la guitarra del acordeón porque sería como desligar al cantante del acordeonero. En la divulgación de la música, el vallenato está de la mano de la guitarra”.
Para el compositor y folclorista Santander Durán, “el uso de la guitarra es una tradición que se remonta a la conquista y la colonia porque el instrumento que trajeron los españoles fue una guitarra pequeña, conocida como vihuela, luego la guitara evoluciona a partir de allí.
Los curas las enseñaron a tocar a los monaguillos y de las iglesias salió la guitarra a los barrios periféricos, posteriormente llegaron los pianos. El arte de la guitarra se enseña de oído, de boca a oído; es una enseñanza personalizada del profesor al estudiante, es una tradición de enseñanza intergeneracional que llega hasta nuestros días”.
Añadió que “en 1930 había vihuelas en Patillal, y ahí toda una historia de guitarrista en Atánquez. Aquí la guitarra se relaciona con la gaita y los tambores, luego es desplazado por otros instrumentos. El papel de la guitarra es un instrumento acompañante, que no empezó a tocar vallenato, sino otros aires musicales”.
Para el columnista Jorge Nain Ruiz, en su texto ¿El vallenato se inició con acordeón o con guitarra? concluye que “la guitarra ha estado siempre de la mano del acordeón para acompañar a los cantos vallenatos, pero indiscutiblemente que este último la aventajó y se quedó en el trono, quizás por su sonoridad, como el líder indiscutible del folclor vallenato.
Si lo que preguntamos es si ‘el vallenato nació con el acordeón o con la guitarra’, la respuesta tiene que ser: con ninguno de los dos, porque mucho antes de ser interpretado con estos hubo otro instrumento mucho más autóctono que ocupó el lugar de privilegio que llena hoy el acordeón. Ese instrumento es la flauta, carrizo, pitos o gaita”.
Aunque históricamente ha quedado relegado como un instrumento secundario en la música vallenata, hay agrupaciones, como Castillo’s de Codazzi, que tratan de darle a la guitarra más protagonismo en el folclor.
Con una mezcla de sonidos modernos y clásicos, desde hace tres años la agrupación Castillo’s llama la atención de quienes los escuchan en cada una de sus presentaciones musicales. Jhonatan Castillo, en la guitarra puntera; Diego Andrés Castillo, en la segunda guitarra; Carlos Alberto Castillo, en el bajo electrónico; y Varo Díaz, como vocalista, buscan despertar diferentes emociones en su público y demostrar que la guitarra no es menos que el acordeón en el género vallenato.
Ellos heredaron el amor por este instrumento por su padre y tío (en el caso del cantante) Carlos Castillo, quien les inculcó desde muy niños el arte de hacer música en su natal Codazzi, el municipio donde anualmente se hace el Festival de Música Vallenata en Guitarra. “Llevamos en la sangre el vallenato en guitarra, escuchando las serenatas y parrandas en nuestro hogar. Hoy en día el cantar y tocar con este instrumento se ha convertido en un proyecto de vida”, aseguró Carlos Alberto.
Sus pininos artísticos los dieron en el festival de Codazzi, donde ganaron la categoría Infantil, Aficionada, Profesional y Rey de Reyes. También participaron en los festivales de Cañaverales, en La Guajira; el de Ciénaga, en Magdalena; y en el Festival del Primero de Mayo, en Valledupar, donde demostraron que son diestros con las cuerdas.
Rompiendo los paradigmas, decidieron crear una empresa musical, pero no un trio como suelen hacer la mayoría de sus colegas, sino que conformaron una agrupación vallenata con todos los instrumentos tradicionales del género: caja, guacharaca, bajo, congas, timbales, batería, teclado, trombón, entre otros, menos el emblemático acordeón.
Jhonatan Castillo Sarabia cuenta que lo que exhiben en los escenarios es una evolución del vallenato en guitarra. “Si uno no hace algo moderno se quedará rezagado, tal cual como lo ha hecho la champeta y la música popular, por lo que nos vimos obligado a ello, y hasta ahora nos ha funcionado. Quisiera que nos den la oportunidad en Valledupar y el resto del Cesar, que recuerden que existe un grupo que hace vallenato en guitarra, que piensen que el vallenato necesita otra alternativa, que no solo es el acordeón que puede generar emociones, sabor y ganas de bailar, esto también se logra con las guitarras”.
Aseguró que hacer un emprendimiento musical es difícil cuando se está en una zona de confort, o sea cuando se está en grupo reconocido como Poncho Zuleta y Nelson Velásquez, donde estuvieron algunos de los integrantes de Castillo’s. “Cuando se toma la decisión de hacer grupo por aparte no se sabe cómo le va a ir, pero aun así lo emprendes porque uno cree en uno; vamos cerrando una clientela y seguidores, haciendo un buen show, siendo disciplinados, puntuales, con buena vestimenta, sonido de alta calidad y buenos instrumentos”, subrayó el artista.
Castillo’s desde el mes de agosto tiene en el mercado su primer trabajo discográfico, denominado Magistral, con canciones como: ´Piérdete’, de Tico Mercado; ‘La dueña de mis besos’, de Jesús Villero; ‘La cantaleta’, de Carlos Castillo; y unos bonus track.
Aunque al llegar a tarima el público los mira con escepticismo por la ausencia del instrumento rey del vallenato, luego de escucharlos la aceptación es buena. Con el encanto de sus cuerdas, Castillo’s busca abrir mercados regionales y nacionales.
EL PILÓN consultó a algunos investigadores y folcloristas de la música vallenata, que analizaron el rol de la guitarra dentro del generó.
Alberto ‘Beto’ Murgas rememoró que “la guitarra es un instrumento que vino mucho tiempo antes que el acordeón, traída por los españoles puesto que el acordeón es un instrumento relativamente nuevo. La guitarra fue un instrumento que en todas las partes fue acogida para interpretar los géneros musicales de cada país. En México, por ejemplo, se adaptó mucho para rancheras y aires mexicanos; en Argentina, para el tango inicialmente con guitarra y luego con bandoneón; en Colombia como tuvimos la influencia cubana, mexicana y de muchos países, la guitarra acompañaba todos los aires, y por supuesto acompañó los aires nuestros, lo que antes era música campesina ahora vallenato”.
Agregó que “algunas personas creen que la guitarra fue primero porque por acá no teníamos casas grabadoras de discos, sino que estaban en Cartagena, Barranquilla y por allá había músicos de guitarra como Guillermo Buitrago y Bovea y sus vallenatos, pero tuvieron que nutrirse de nuestra música y comenzaron a grabar la música vallenata. En el interior creen que el vallenato es sinónimo de guitarra; pero no, la primera grabación que se hace es Abel Antonio Villa con Guillermo Buitrago y fue con acordeón”.
De acuerdo con el folclorista, al principio la guitarra impactó más en el interior del país, pero en la costa Caribe se cultivaba la música con el acordeón por su impacto sonoro. “Hoy en día la guitarra acompaña a los músicos de acordeón. Fueron muy famosos tríos como Los Inseparables, Los Padrinos, Hugues Martínez, y el Malanga; en Fonseca estuvo Carlos Huertas. La guitarra ha sido un instrumento de nosotros también, pero el que lidera nuestra música es el acordeón, y la guitarra es el instrumento compañero”, acotó.
Al respecto, Julio Oñate Martínez coincidió en afirmar que “la guitarra piso tierras americanas muchísimos años antes del acordeón, pero no estuvo en la génesis de la música vallenata; el acordeón tampoco, cuando llegó este instrumento ya los aires vallenatos estaba deambulando por el Caribe colombiano. Se ha creído que el vallenato comenzó con la guitarra, esta es una corriente de opinión que los cienagueros han querido correr, tal vez porque el primer gran publicista que tuvo el vallenato en los años 40 fue Guillermo Buitrago, quien era intérprete de la guitarra. Pero en unas primeras históricas grabaciones que se hicieron caprichosamente el destino quiso que se hicieran con acordeón y guitarra en el año 44 con el acordeón de Abel Antonio Villa”.
Así lo plasmó en su obra El ABC del vallenato, refiriéndose a la primera grabación de un vallenato: “En el material que se ha podido rescatar hallamos cuatro discos de 78 revoluciones por minuto, grabados en acetato en Foto Velasco, pero el prensaje fue hecho en Chile. El de menor numeración es el 76714 y trae dos paseos de Abel Antonio Villa ‘Las cosas de las mujeres’ y ‘Pobre negra mía’. El disco vino rotulado como Abelito Villa con el acompañamiento de Guillermo Buitrago y sus muchachos. En esa grabación se observa claramente que la guitarra iba en el mismo nivel del acordeón, pero realizaba el oficio de puntera”, y continúa más adelante: “Curiosamente quiso el destino que la guitarra y el acordeón estuvieran cogidos de la mano desde el comienzo de la historia fonográfica del vallenato, unión que ha perdurado a través de los años”
Oñate Martínez explicó en entrevista a EL PILÓN que “la guitarra en el mundo fonográfico y en la vida juglaresca siempre estuvo de la mano con el acordeón; quizás los más notables aventureros con el acordeón, como Luis Enrique Martínez, siempre tuvo una guitarra acompañante, Alejo en algunas ocasiones y para algunas grabaciones, Abel Antonio Villa a la hora de las grabaciones se apoyaba en guitarras. Después de la muerte de Buitrago aparecen figuras notables como Bovea y sus Vallenatos, Julio Erazo, Efraín González, una serie de guitarristas que tuvieron un momento destacado en la historia. En un tiempo, cuando Bovea se va para Argentina, el movimiento de la guitarra queda acéfalo, lo que permitió que el acordeón se enseñoreara y hubiera mandado la parada desde entonces.
Pienso que si la guitarra hubiera tenido un artista mayor, de fuerza, quizás hoy sería otro el cuento”.
Enfatizó que, posteriormente, cuando aparecen las agrupaciones vallenatas siempre estuvo presente la guitarra, por lo que no se puede desligar la guitarra del acordeón porque sería como desligar al cantante del acordeonero. En la divulgación de la música, el vallenato está de la mano de la guitarra”.
Para el compositor y folclorista Santander Durán, “el uso de la guitarra es una tradición que se remonta a la conquista y la colonia porque el instrumento que trajeron los españoles fue una guitarra pequeña, conocida como vihuela, luego la guitara evoluciona a partir de allí.
Los curas las enseñaron a tocar a los monaguillos y de las iglesias salió la guitarra a los barrios periféricos, posteriormente llegaron los pianos. El arte de la guitarra se enseña de oído, de boca a oído; es una enseñanza personalizada del profesor al estudiante, es una tradición de enseñanza intergeneracional que llega hasta nuestros días”.
Añadió que “en 1930 había vihuelas en Patillal, y ahí toda una historia de guitarrista en Atánquez. Aquí la guitarra se relaciona con la gaita y los tambores, luego es desplazado por otros instrumentos. El papel de la guitarra es un instrumento acompañante, que no empezó a tocar vallenato, sino otros aires musicales”.
Para el columnista Jorge Nain Ruiz, en su texto ¿El vallenato se inició con acordeón o con guitarra? concluye que “la guitarra ha estado siempre de la mano del acordeón para acompañar a los cantos vallenatos, pero indiscutiblemente que este último la aventajó y se quedó en el trono, quizás por su sonoridad, como el líder indiscutible del folclor vallenato.
Si lo que preguntamos es si ‘el vallenato nació con el acordeón o con la guitarra’, la respuesta tiene que ser: con ninguno de los dos, porque mucho antes de ser interpretado con estos hubo otro instrumento mucho más autóctono que ocupó el lugar de privilegio que llena hoy el acordeón. Ese instrumento es la flauta, carrizo, pitos o gaita”.