No es usual que se le imponga castigo a la corrupción, uno de los factores que nos llevan a estar inmersos en una tercera guerra mundial no declarada en el contexto del nuevo orden mundial, junto a la degradación humana, el terrorismo y la guerra de la desinformación agenciada por los grandes medios de comunicación y su periodismo mercenario.
No es usual que se le imponga castigo a la corrupción, uno de los factores que nos llevan a estar inmersos en una tercera guerra mundial no declarada en el contexto del nuevo orden mundial, junto a la degradación humana, el terrorismo y la guerra de la desinformación agenciada por los grandes medios de comunicación y su periodismo mercenario.
Un precedente histórico lo impone a nivel universal la comunidad de Patillal, que prefirió padecer la falta de suministro de agua potable, que dejar que los recursos asignados para la planta de tratamiento fueran a parar al bolsillo de contratistas inescrupulosos.
Inexplicable que un corregimiento de la importancia de Patillal, tierra de compositores y cuna del maestro Rafael Escalona, Tobías Enrique Pumarejo, Chema Guerra, Fredy Molina, Octavio Daza, Julio García, Edilberto Daza, José Hernández Maestre, José Alfonso “ El Chiche” Maestre etc., carezca de una planta de tratamiento para procesar el agua del río Badillo, tan famoso como estos y otros Juglares no de menos importancia que los primeros.
En Valledupar se construye la Casa en el Aire, en honor al mítico compositor, suceso que desnaturaliza la idea inicial, de ejecutar la obra en Patillal, donde nació Escalona, tras sopesar la relevancia turística de los dos pueblos, decisión que en opinión de muchos es clásico centralismo.
En medio de la parálisis del proyecto y de buscar culpables en los supuestos malos diseños y cimentación del parque, al pie del ‘Cerrito’ de la DPA, está el mérito y tradición de la Universidad Nacional, y la sensatez de una ciudadanía capaz de elevarse por encima de las emociones y buscar salidas inteligentes.
Patillal no ha padecido más que La Paz (Cesar), que hace medio siglo espera un buen acueducto, mucha plata ha corrido por debajo de la bocatoma, desarenador, conducción, tanque de almacenamiento, planta de tratamiento y otros procesos, y lejos de mejorar el sistema de agua potable, se genera más desconfianza en su calidad, al punto de tener que transportar el líquido de Valledupar en canecas.
Se abre paso el proyecto “Obras por Impuestos”, para invertir 11 mil millones de pesos en un nuevo acueducto, a lo que surge la incredulidad de más de uno, pesimistas porque queden los impuestos y no las obras en 50 años de escuchar el mismo cuento chimbo.
No es usual que se le imponga castigo a la corrupción, uno de los factores que nos llevan a estar inmersos en una tercera guerra mundial no declarada en el contexto del nuevo orden mundial, junto a la degradación humana, el terrorismo y la guerra de la desinformación agenciada por los grandes medios de comunicación y su periodismo mercenario.
No es usual que se le imponga castigo a la corrupción, uno de los factores que nos llevan a estar inmersos en una tercera guerra mundial no declarada en el contexto del nuevo orden mundial, junto a la degradación humana, el terrorismo y la guerra de la desinformación agenciada por los grandes medios de comunicación y su periodismo mercenario.
Un precedente histórico lo impone a nivel universal la comunidad de Patillal, que prefirió padecer la falta de suministro de agua potable, que dejar que los recursos asignados para la planta de tratamiento fueran a parar al bolsillo de contratistas inescrupulosos.
Inexplicable que un corregimiento de la importancia de Patillal, tierra de compositores y cuna del maestro Rafael Escalona, Tobías Enrique Pumarejo, Chema Guerra, Fredy Molina, Octavio Daza, Julio García, Edilberto Daza, José Hernández Maestre, José Alfonso “ El Chiche” Maestre etc., carezca de una planta de tratamiento para procesar el agua del río Badillo, tan famoso como estos y otros Juglares no de menos importancia que los primeros.
En Valledupar se construye la Casa en el Aire, en honor al mítico compositor, suceso que desnaturaliza la idea inicial, de ejecutar la obra en Patillal, donde nació Escalona, tras sopesar la relevancia turística de los dos pueblos, decisión que en opinión de muchos es clásico centralismo.
En medio de la parálisis del proyecto y de buscar culpables en los supuestos malos diseños y cimentación del parque, al pie del ‘Cerrito’ de la DPA, está el mérito y tradición de la Universidad Nacional, y la sensatez de una ciudadanía capaz de elevarse por encima de las emociones y buscar salidas inteligentes.
Patillal no ha padecido más que La Paz (Cesar), que hace medio siglo espera un buen acueducto, mucha plata ha corrido por debajo de la bocatoma, desarenador, conducción, tanque de almacenamiento, planta de tratamiento y otros procesos, y lejos de mejorar el sistema de agua potable, se genera más desconfianza en su calidad, al punto de tener que transportar el líquido de Valledupar en canecas.
Se abre paso el proyecto “Obras por Impuestos”, para invertir 11 mil millones de pesos en un nuevo acueducto, a lo que surge la incredulidad de más de uno, pesimistas porque queden los impuestos y no las obras en 50 años de escuchar el mismo cuento chimbo.