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Editorial - 18 febrero, 2023

Carnaval de los niños, inclusión pertinente

Colombia figura entre los países más alegres del mundo, en nuestro país la región Caribe se destaca en ese sentido y en ese entorno regional Valledupar es reconocida como una de las ciudades con mayor riqueza cultural, basada en su tradición musical.

Colombia figura entre los países más alegres del mundo, en nuestro país la región Caribe se destaca en ese sentido y en ese entorno regional Valledupar es reconocida como una de las ciudades con mayor riqueza cultural, basada en su tradición musical.

Dicen los expertos, y en muchos tratados está soportado, que la mejor terapia para superar las dificultades es procurar estar alegres, por ello aseguran que, ante las preocupaciones de la vida, las injusticias de la sociedad y las tensiones entre pueblos, es ya un gran esfuerzo no dejarnos llevar por el desánimo, darnos por vencidos y replegarnos en nosotros mismos.

Se sabe que en estos momentos de tanta turbulencia que vive el mundo moderno, y al observar la dinámica de nuestra sociedad, pareciera casi imposible encontrar motivos de serenidad y razones suficientes para estar alegres, sin embargo, si se crean las condiciones desde la participación colectiva y de manera organizada, el ambiente y el ánimo en la gente puede mejorar.

Con base en ese precepto, resulta importante que a los niños los vinculen desde temprana edad a participar de las celebraciones culturales soportadas en el gozo y la alegría de los pueblos.

Desde tiempos remotos, en la región Caribe los carnavales han sido la más auténtica representación de la alegría de los pueblos, en algunos con más énfasis que en otros, pero siempre canalizan la atención de la gente de distintos lugares.

Esa tradición es importante que se conserve como paliativo frente a las adversidades de la gente y es a través de los niños que eso se puede seguir fomentando, pero es fundamental hacerles saber a los menores que, muy a pesar de tratarse de “un desorden” y derroche de alegría, todo proceso obedece a una organización soportada en unas reglas que incluyen reconocimiento de los valores morales y culturales, el respeto y las buenas costumbres.

En ese contexto, EL PILÓN valora la iniciativa de las gestoras culturales de Valledupar, Elvis Montero y Doris Moscote, quienes se dieron a la tarea de organizar el Carnaval de los Niños o ‘Carnavalito’, cuyo propósito es mantener viva esa antigua tradición de esta ciudad.

Desde este espacio instamos al público vallenato a darse una rodadita este domingo 19 de febrero al barrio El Carmen, donde se llevará a cabo el desfile carnavalero de cierre, mediante el cual la población infantil se tomará las calles de ese popular sector, además de una nutrida programación cultural con el protagonismo de los niños y sus reinitas.

A este evento ya se han sumado varias organizaciones sociales y fundaciones de carácter comunitario de las juntas de acciones comunales de distintos barrios de Valledupar, lo cual indica que el fervor carnavalero sigue vivo en esta ciudad.

Ojalá y este tipo de iniciativas permitan que las autoridades gubernamentales reconsideren la importancia de seguir manteniendo la vigencia de las fiestas populares y tradicionales, si el pueblo las pide y las quiere es suficiente motivo para hacer un esfuerzo institucional y apoyarlas de manera activa y decidida.

Editorial
18 febrero, 2023

Carnaval de los niños, inclusión pertinente

Colombia figura entre los países más alegres del mundo, en nuestro país la región Caribe se destaca en ese sentido y en ese entorno regional Valledupar es reconocida como una de las ciudades con mayor riqueza cultural, basada en su tradición musical.


Colombia figura entre los países más alegres del mundo, en nuestro país la región Caribe se destaca en ese sentido y en ese entorno regional Valledupar es reconocida como una de las ciudades con mayor riqueza cultural, basada en su tradición musical.

Dicen los expertos, y en muchos tratados está soportado, que la mejor terapia para superar las dificultades es procurar estar alegres, por ello aseguran que, ante las preocupaciones de la vida, las injusticias de la sociedad y las tensiones entre pueblos, es ya un gran esfuerzo no dejarnos llevar por el desánimo, darnos por vencidos y replegarnos en nosotros mismos.

Se sabe que en estos momentos de tanta turbulencia que vive el mundo moderno, y al observar la dinámica de nuestra sociedad, pareciera casi imposible encontrar motivos de serenidad y razones suficientes para estar alegres, sin embargo, si se crean las condiciones desde la participación colectiva y de manera organizada, el ambiente y el ánimo en la gente puede mejorar.

Con base en ese precepto, resulta importante que a los niños los vinculen desde temprana edad a participar de las celebraciones culturales soportadas en el gozo y la alegría de los pueblos.

Desde tiempos remotos, en la región Caribe los carnavales han sido la más auténtica representación de la alegría de los pueblos, en algunos con más énfasis que en otros, pero siempre canalizan la atención de la gente de distintos lugares.

Esa tradición es importante que se conserve como paliativo frente a las adversidades de la gente y es a través de los niños que eso se puede seguir fomentando, pero es fundamental hacerles saber a los menores que, muy a pesar de tratarse de “un desorden” y derroche de alegría, todo proceso obedece a una organización soportada en unas reglas que incluyen reconocimiento de los valores morales y culturales, el respeto y las buenas costumbres.

En ese contexto, EL PILÓN valora la iniciativa de las gestoras culturales de Valledupar, Elvis Montero y Doris Moscote, quienes se dieron a la tarea de organizar el Carnaval de los Niños o ‘Carnavalito’, cuyo propósito es mantener viva esa antigua tradición de esta ciudad.

Desde este espacio instamos al público vallenato a darse una rodadita este domingo 19 de febrero al barrio El Carmen, donde se llevará a cabo el desfile carnavalero de cierre, mediante el cual la población infantil se tomará las calles de ese popular sector, además de una nutrida programación cultural con el protagonismo de los niños y sus reinitas.

A este evento ya se han sumado varias organizaciones sociales y fundaciones de carácter comunitario de las juntas de acciones comunales de distintos barrios de Valledupar, lo cual indica que el fervor carnavalero sigue vivo en esta ciudad.

Ojalá y este tipo de iniciativas permitan que las autoridades gubernamentales reconsideren la importancia de seguir manteniendo la vigencia de las fiestas populares y tradicionales, si el pueblo las pide y las quiere es suficiente motivo para hacer un esfuerzo institucional y apoyarlas de manera activa y decidida.