Frases populistas o de cajón en torno al derecho a la educación hemos escuchado muchas veces, tales como esta ” la educación es un arma para el desarrollo humano” o esta “el camino hacía la libertad y la dignidad” es decir siempre ha estado en nuestros imaginarios que el camino para la solución a muchos […]
Frases populistas o de cajón en torno al derecho a la educación hemos escuchado muchas veces, tales como esta ” la educación es un arma para el desarrollo humano” o esta “el camino hacía la libertad y la dignidad” es decir siempre ha estado en nuestros imaginarios que el camino para la solución a muchos problemas sociales es proveer de buena educación. No obstante, el derecho a la educación como muchos otros reconocidos por la legislación interna y por tratados internacionales en materia de Derechos Humanos no se garantizan en igualdad de condiciones.
Las dificultades en muchos países latinoamericanos y en algunos países cuyas democracias son consideradas débiles, emanan precisamente de un factor determinante a la hora de distribuir los recursos para asignar herramientas que garanticen esos derechos y es la VOLUNTAD POLÍTICA o la perspectiva que tengan los mandatarios de turno, esta podría ser una dificultad apremiante para no contar con la calidad de este servicio a cargo del Estado o al menos en debida forma.
A manera de experiencia les comparto que he tenido la oportunidad de visitar varias escuelas del Departamento del Cesar y se observa lo sustancialmente indiferente que suele ser el sistema ( ESTADO ) con algunas instituciones educativas en comparación con otros establecimientos que se rigen Más bien por las reglas de poder adquisitivo que distribuciones equitativas del gobierno.
No es posible que muchas de esas instituciones ubicadas en corregimientos o veredas en nuestro territorio se les exijan los mismos niveles de calificación o rendimientos en pruebas saber o cualquier otra calificación para que puedan acceder a muchas de las asignaciones o donaciones que hace el Estado.
Es claro que no le podemos exigir a un estudiante que en ocasiones va a la escuela sin un desayuno óptimo y exigirle resultados sin ni siquiera garantizar un aula de concreto con ventiladores y asientos adecuados para recibir esos conocimientos que se supone lo harán competitivo frente a otros estudiantes que cuentan con espacios deportivo, científicos, y demás herramientas para potencializar habilidades cognitivas.
Nuestro país no es solo desigual por el trato legal, poder adquisitivo, beneficios legislativos sino también en la reglamentación y planeación que se desarrolla de manera centralizada sin al menos aplicar principios de concertaron territoriales que permitan flexibilizar y humanizar el acceso a los bienes y servicios de las personas los cuales provienen del Estado “Social” de Derecho.
Por José Luis Blanco
Frases populistas o de cajón en torno al derecho a la educación hemos escuchado muchas veces, tales como esta ” la educación es un arma para el desarrollo humano” o esta “el camino hacía la libertad y la dignidad” es decir siempre ha estado en nuestros imaginarios que el camino para la solución a muchos […]
Frases populistas o de cajón en torno al derecho a la educación hemos escuchado muchas veces, tales como esta ” la educación es un arma para el desarrollo humano” o esta “el camino hacía la libertad y la dignidad” es decir siempre ha estado en nuestros imaginarios que el camino para la solución a muchos problemas sociales es proveer de buena educación. No obstante, el derecho a la educación como muchos otros reconocidos por la legislación interna y por tratados internacionales en materia de Derechos Humanos no se garantizan en igualdad de condiciones.
Las dificultades en muchos países latinoamericanos y en algunos países cuyas democracias son consideradas débiles, emanan precisamente de un factor determinante a la hora de distribuir los recursos para asignar herramientas que garanticen esos derechos y es la VOLUNTAD POLÍTICA o la perspectiva que tengan los mandatarios de turno, esta podría ser una dificultad apremiante para no contar con la calidad de este servicio a cargo del Estado o al menos en debida forma.
A manera de experiencia les comparto que he tenido la oportunidad de visitar varias escuelas del Departamento del Cesar y se observa lo sustancialmente indiferente que suele ser el sistema ( ESTADO ) con algunas instituciones educativas en comparación con otros establecimientos que se rigen Más bien por las reglas de poder adquisitivo que distribuciones equitativas del gobierno.
No es posible que muchas de esas instituciones ubicadas en corregimientos o veredas en nuestro territorio se les exijan los mismos niveles de calificación o rendimientos en pruebas saber o cualquier otra calificación para que puedan acceder a muchas de las asignaciones o donaciones que hace el Estado.
Es claro que no le podemos exigir a un estudiante que en ocasiones va a la escuela sin un desayuno óptimo y exigirle resultados sin ni siquiera garantizar un aula de concreto con ventiladores y asientos adecuados para recibir esos conocimientos que se supone lo harán competitivo frente a otros estudiantes que cuentan con espacios deportivo, científicos, y demás herramientas para potencializar habilidades cognitivas.
Nuestro país no es solo desigual por el trato legal, poder adquisitivo, beneficios legislativos sino también en la reglamentación y planeación que se desarrolla de manera centralizada sin al menos aplicar principios de concertaron territoriales que permitan flexibilizar y humanizar el acceso a los bienes y servicios de las personas los cuales provienen del Estado “Social” de Derecho.
Por José Luis Blanco