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Judicial - 24 noviembre, 2015

Cañaverales, un pueblo sin ley

Una tragedia familiar en Cañaverales, corregimiento del sur de La Guajira, develó el abandono en que se encuentra esa población por parte de las autoridades.

Cañaverales, sur de La Guajira.
Cañaverales, sur de La Guajira.
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A 20 minutos del municipio de San Juan del Cesar, en el sur de La Guajira, está ubicado el corregimiento de Cañaverales, donde sus habitantes aseguran que no hay ley, que es un pueblo que está a su suerte, sin presencia permanente de la fuerza pública.

Desde hace muchos años la situación es la misma, así lo aseguró Everlides Molina Vaquero, exinspector de Policía de esta población, que recuerda que por ser una zona considerada de alto riesgo para la fuerza pública, el Puesto de Policía fue desmontado para garantizar la seguridad de los uniformados, dejando inseguros a más de seis mil cañaveraleros que subsisten principalmente de las actividades relacionadas con el campo.

El cargo que este veterano tuvo, ya no existe; tampoco el de corregidor y como muestra del abandono estatal en que está sumergido Cañaverales está la tragedia ocurrida el pasado fin de semana con la familia Molina Vallejo; Camilo, de 61 años, fue asesinado, según testigos, por su propio hermano Thomson, de 50, que después también fue asesinado a tiros.

“Resulta que todas estas tragedias que pasan en nuestro pueblo las leyes deben evitarlas, ¿cómo? haciendo presencia en nuestro corregimiento para que estas cosas desagradables no vuelvan a pasar”, afirmó el exinspector que describe a Cañaverales como si se tratara de un pueblo de vaqueros en el lejano oeste, donde la gente armada impone su ley sobre campesinos humildes del sur de La Guajira.

Sobre el primer hecho sangriento, registrado el pasado viernes en la noche, Rubiela Novoa Rodríguez dijo que no explica qué pudo haber generado la muerte de su esposo.

“Simplemente él vino donde mi esposo y dijo que iba a matar a un sobrino y mi esposo le dijo: usted no puede matar a mi sobrino, porque si usted lo mata yo lo mando a meter preso a usted. Cuando él le dijo esas palabras el hermano (Thomson) sacó un arma y lo mató, es lo que me cuentan quienes vieron lo sucedido”, manifestó a EL PILÓN.

El pasado domingo, a las 6:30 de la mañana, cuando preparaban el sepelio de Camilo Molina, el presunto homicida que no había sido capturado por las autoridades y estaba como si nada en su casa, ubicada en el mismo pueblo, fue asesinado, al parecer, por un familiar que se encontraba en otra ciudad y que habría viajado a Cañaverales para hacer justicia por su propia cuenta.

Sin embargo, ni los familiares de las víctimas ni las autoridades confirman esa versión, pero es un rumor que toma fuerza y sobre el cual el CTI de la Fiscalía empezaría a tejer las primeras hipótesis.

De lo que sí tiene claridad Rubiela Novoa, es que las autoridades no atendieron al llamado de emergencia que hicieron por la muerte de su esposo y que el otro crimen se hubiese podido evitar con la captura del presunto homicida.

“Las autoridades no hicieron levantamiento del cuerpo, después de estar dos horas tirado aquí en la puerta de la casa, lo tuvimos que llevar en una camioneta a la morgue de San Juan, y en la Fiscalía nos dijeron que al hermano de mi esposo no lo podían capturar porque no tenían boleta de captura”, relató la viuda.

Sobre las investigaciones para capturar al responsable del homicidio de esta mujer, EL PILÓN conoció que el caso está a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía.

EL PILÓN intentó hablar con la Policía de San Juan del Cesar, encargada de la seguridad de la zona pero no hubo respuesta. El alcalde del municipio, Carlos Julio Orozco, tampoco atendió el llamado de este medio de comunicación.

El silencio institucional es normal, aseguran los cañaveraleros que hoy están de luto. El domingo fue el primer sepelio, el de Camilo y ayer se cumplió el segundo, el de Thomson, por lo que en esta población exigen la presencia permanente de la fuerza pública para que tragedias como la ocurrida con la familia Molina Vallejo no se repitan.

“Resulta que todas estas tragedias que pasan en nuestro pueblo las leyes deben evitarlas, ¿cómo? haciendo presencia en nuestro corregimiento para que estas cosas desagradables no vuelvan a pasar”: Everlides Molina Vaquero.

Camilo Molina Vallejo.

Camilo Molina Vallejo.

 

Por Redacción Judicial / EL PILÓN

Judicial
24 noviembre, 2015

Cañaverales, un pueblo sin ley

Una tragedia familiar en Cañaverales, corregimiento del sur de La Guajira, develó el abandono en que se encuentra esa población por parte de las autoridades.


Cañaverales, sur de La Guajira.
Cañaverales, sur de La Guajira.
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A 20 minutos del municipio de San Juan del Cesar, en el sur de La Guajira, está ubicado el corregimiento de Cañaverales, donde sus habitantes aseguran que no hay ley, que es un pueblo que está a su suerte, sin presencia permanente de la fuerza pública.

Desde hace muchos años la situación es la misma, así lo aseguró Everlides Molina Vaquero, exinspector de Policía de esta población, que recuerda que por ser una zona considerada de alto riesgo para la fuerza pública, el Puesto de Policía fue desmontado para garantizar la seguridad de los uniformados, dejando inseguros a más de seis mil cañaveraleros que subsisten principalmente de las actividades relacionadas con el campo.

El cargo que este veterano tuvo, ya no existe; tampoco el de corregidor y como muestra del abandono estatal en que está sumergido Cañaverales está la tragedia ocurrida el pasado fin de semana con la familia Molina Vallejo; Camilo, de 61 años, fue asesinado, según testigos, por su propio hermano Thomson, de 50, que después también fue asesinado a tiros.

“Resulta que todas estas tragedias que pasan en nuestro pueblo las leyes deben evitarlas, ¿cómo? haciendo presencia en nuestro corregimiento para que estas cosas desagradables no vuelvan a pasar”, afirmó el exinspector que describe a Cañaverales como si se tratara de un pueblo de vaqueros en el lejano oeste, donde la gente armada impone su ley sobre campesinos humildes del sur de La Guajira.

Sobre el primer hecho sangriento, registrado el pasado viernes en la noche, Rubiela Novoa Rodríguez dijo que no explica qué pudo haber generado la muerte de su esposo.

“Simplemente él vino donde mi esposo y dijo que iba a matar a un sobrino y mi esposo le dijo: usted no puede matar a mi sobrino, porque si usted lo mata yo lo mando a meter preso a usted. Cuando él le dijo esas palabras el hermano (Thomson) sacó un arma y lo mató, es lo que me cuentan quienes vieron lo sucedido”, manifestó a EL PILÓN.

El pasado domingo, a las 6:30 de la mañana, cuando preparaban el sepelio de Camilo Molina, el presunto homicida que no había sido capturado por las autoridades y estaba como si nada en su casa, ubicada en el mismo pueblo, fue asesinado, al parecer, por un familiar que se encontraba en otra ciudad y que habría viajado a Cañaverales para hacer justicia por su propia cuenta.

Sin embargo, ni los familiares de las víctimas ni las autoridades confirman esa versión, pero es un rumor que toma fuerza y sobre el cual el CTI de la Fiscalía empezaría a tejer las primeras hipótesis.

De lo que sí tiene claridad Rubiela Novoa, es que las autoridades no atendieron al llamado de emergencia que hicieron por la muerte de su esposo y que el otro crimen se hubiese podido evitar con la captura del presunto homicida.

“Las autoridades no hicieron levantamiento del cuerpo, después de estar dos horas tirado aquí en la puerta de la casa, lo tuvimos que llevar en una camioneta a la morgue de San Juan, y en la Fiscalía nos dijeron que al hermano de mi esposo no lo podían capturar porque no tenían boleta de captura”, relató la viuda.

Sobre las investigaciones para capturar al responsable del homicidio de esta mujer, EL PILÓN conoció que el caso está a cargo del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía.

EL PILÓN intentó hablar con la Policía de San Juan del Cesar, encargada de la seguridad de la zona pero no hubo respuesta. El alcalde del municipio, Carlos Julio Orozco, tampoco atendió el llamado de este medio de comunicación.

El silencio institucional es normal, aseguran los cañaveraleros que hoy están de luto. El domingo fue el primer sepelio, el de Camilo y ayer se cumplió el segundo, el de Thomson, por lo que en esta población exigen la presencia permanente de la fuerza pública para que tragedias como la ocurrida con la familia Molina Vallejo no se repitan.

“Resulta que todas estas tragedias que pasan en nuestro pueblo las leyes deben evitarlas, ¿cómo? haciendo presencia en nuestro corregimiento para que estas cosas desagradables no vuelvan a pasar”: Everlides Molina Vaquero.

Camilo Molina Vallejo.

Camilo Molina Vallejo.

 

Por Redacción Judicial / EL PILÓN