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Columnista - 4 marzo, 2020

Cámaras de seguridad

Bueno, siguiendo con los retos del actual Alcalde: movilidad, mototaxismo, inseguridad, cámaras, venezolanos, drogadicción, desempleo, cultura ciudadana, huecos, entuertos dejados por Socarrás y Uhía y agréguele Espacio Público y peatón. Ya me he referido a los temas de invasión, espacio público, peatón, inseguridad, hoy manejaré el tema de las cámaras de seguridad. Antes de entrar […]

Bueno, siguiendo con los retos del actual Alcalde: movilidad, mototaxismo, inseguridad, cámaras, venezolanos, drogadicción, desempleo, cultura ciudadana, huecos, entuertos dejados por Socarrás y Uhía y agréguele Espacio Público y peatón.

Ya me he referido a los temas de invasión, espacio público, peatón, inseguridad, hoy manejaré el tema de las cámaras de seguridad. Antes de entrar al tema quiero reconocer que ya se ha dado el primer gran paso contra la inseguridad.

La semana pasada con el propósito que Valledupar le apuesta a la estrategia de seguridad que le permitió a Medellín lograr una caída histórica en la inseguridad y otros delitos de alto impacto, el ministro de defensa Carlos Holmes Trujillo, el alcalde Mello Castro, el gobernador Luis Alberto Monsalvo y la cúpula de seguridad, encabezan una cumbre de seguridad donde se analizaron las estrategias a seguir en esta ciudad. Esperamos buenos resultados.

Ahora sí entramos en materia: las cámaras de seguridad que vigilan calles y carreras, cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana. Muchas capturas se han producido gracias a las imágenes captadas por ellas. En muchos de estos casos, el registro de video ha sido prueba clave para que los jueces profieran condenas ejemplares.

En un mundo en el que la delincuencia parece ir siempre con paso adelante de las autoridades encargadas de combatirla, el sistema de vigilancia electrónica ha terminado por convertirse en una herramienta de enorme importancia para la Policía, las administraciones locales y ciudadanía.

Y aunque no faltaran las voces de los que consideran que representan el riesgo de la intromisión de terceros en la vida de los ciudadanos, la teoría del complot no resiste la comparación con el enorme beneficio que trae su uso eficiente. Las cámaras juegan cada vez más en esta estrategia; Valledupar está lejos de contar con los recursos apropiados en esa materia. Hay 350 cámaras y sólo están en funcionamiento el 70% por problemas de mantenimiento o de simple desidia y negligencia de las dos administraciones anteriores.

Recomendación: le toca a la actual administración conseguir los recursos.

También falta ir un paso más allá y lograr que los sistemas electrónicos de vigilancia sean para la Policía más importante que sus armas de dotación, lo que es sinónimo de poner más acento en la prevención que en la represión, como debe ser y aquí quiero hacerle un reconocimiento a dos altos oficiales de la Policía, los coroneles Jovanni Alexander Benavides Quimbaya y Fredy Delgado, comandante operativo, siempre preocupados por el bienestar de los vallenatos y su seguridad. Reciban mis felicitaciones.

Y es que ojos electrónicos que vigilan son, además de una invaluable ayuda para dar con los responsables de los delitos, un eficaz disuasivo del crimen y un insumo fundamental a la hora de tomar decisiones que sirvan para reforzar la seguridad pública en zonas específicas de Valledupar.

Tal vez como nunca antes, vale la advertencia para los que violan la ley y le apuestan a seguir ganando de la inveterada impunidad que padece Valledupar; que sepan que alguien los mira.

Postdata: señor Alcalde, no sea complaciente con los mototaxistas, son los que le dan la mala imagen a su administración. Tráteles con mano fuerte. Tienen invadida la Calle del Cesar y está prohibida la circulación de motos en el centro. Ellos entran y salen como Pedro por su casa.

Y finalmente, estoy de acuerdo con la creación de la Secretaría de la Seguridad.

Columnista
4 marzo, 2020

Cámaras de seguridad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

Bueno, siguiendo con los retos del actual Alcalde: movilidad, mototaxismo, inseguridad, cámaras, venezolanos, drogadicción, desempleo, cultura ciudadana, huecos, entuertos dejados por Socarrás y Uhía y agréguele Espacio Público y peatón. Ya me he referido a los temas de invasión, espacio público, peatón, inseguridad, hoy manejaré el tema de las cámaras de seguridad. Antes de entrar […]


Bueno, siguiendo con los retos del actual Alcalde: movilidad, mototaxismo, inseguridad, cámaras, venezolanos, drogadicción, desempleo, cultura ciudadana, huecos, entuertos dejados por Socarrás y Uhía y agréguele Espacio Público y peatón.

Ya me he referido a los temas de invasión, espacio público, peatón, inseguridad, hoy manejaré el tema de las cámaras de seguridad. Antes de entrar al tema quiero reconocer que ya se ha dado el primer gran paso contra la inseguridad.

La semana pasada con el propósito que Valledupar le apuesta a la estrategia de seguridad que le permitió a Medellín lograr una caída histórica en la inseguridad y otros delitos de alto impacto, el ministro de defensa Carlos Holmes Trujillo, el alcalde Mello Castro, el gobernador Luis Alberto Monsalvo y la cúpula de seguridad, encabezan una cumbre de seguridad donde se analizaron las estrategias a seguir en esta ciudad. Esperamos buenos resultados.

Ahora sí entramos en materia: las cámaras de seguridad que vigilan calles y carreras, cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana. Muchas capturas se han producido gracias a las imágenes captadas por ellas. En muchos de estos casos, el registro de video ha sido prueba clave para que los jueces profieran condenas ejemplares.

En un mundo en el que la delincuencia parece ir siempre con paso adelante de las autoridades encargadas de combatirla, el sistema de vigilancia electrónica ha terminado por convertirse en una herramienta de enorme importancia para la Policía, las administraciones locales y ciudadanía.

Y aunque no faltaran las voces de los que consideran que representan el riesgo de la intromisión de terceros en la vida de los ciudadanos, la teoría del complot no resiste la comparación con el enorme beneficio que trae su uso eficiente. Las cámaras juegan cada vez más en esta estrategia; Valledupar está lejos de contar con los recursos apropiados en esa materia. Hay 350 cámaras y sólo están en funcionamiento el 70% por problemas de mantenimiento o de simple desidia y negligencia de las dos administraciones anteriores.

Recomendación: le toca a la actual administración conseguir los recursos.

También falta ir un paso más allá y lograr que los sistemas electrónicos de vigilancia sean para la Policía más importante que sus armas de dotación, lo que es sinónimo de poner más acento en la prevención que en la represión, como debe ser y aquí quiero hacerle un reconocimiento a dos altos oficiales de la Policía, los coroneles Jovanni Alexander Benavides Quimbaya y Fredy Delgado, comandante operativo, siempre preocupados por el bienestar de los vallenatos y su seguridad. Reciban mis felicitaciones.

Y es que ojos electrónicos que vigilan son, además de una invaluable ayuda para dar con los responsables de los delitos, un eficaz disuasivo del crimen y un insumo fundamental a la hora de tomar decisiones que sirvan para reforzar la seguridad pública en zonas específicas de Valledupar.

Tal vez como nunca antes, vale la advertencia para los que violan la ley y le apuestan a seguir ganando de la inveterada impunidad que padece Valledupar; que sepan que alguien los mira.

Postdata: señor Alcalde, no sea complaciente con los mototaxistas, son los que le dan la mala imagen a su administración. Tráteles con mano fuerte. Tienen invadida la Calle del Cesar y está prohibida la circulación de motos en el centro. Ellos entran y salen como Pedro por su casa.

Y finalmente, estoy de acuerdo con la creación de la Secretaría de la Seguridad.