Qué tiemblen los mototaxistas ladrones de celulares, los atracadores, los asesinos pues alguien los mira. Afortunadamente, Valledupar entró en la era de las cámaras de seguridad que tanta falta nos hacían y que cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana. Esperamos que se produzcan algunas capturas gracias a las imágenes captadas en […]
Qué tiemblen los mototaxistas ladrones de celulares, los atracadores, los asesinos pues alguien los mira.
Afortunadamente, Valledupar entró en la era de las cámaras de seguridad que tanta falta nos hacían y que cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana.
Esperamos que se produzcan algunas capturas gracias a las imágenes captadas en ellas. Muchos de estos registros de video serán prueba clave para que las autoridades, llámense jueces, profieran condenas ejemplares.
En Valledupar, en la que la delincuencia parece ir siempre un paso adelante de las autoridades encargadas de combatir el delito, el sistema de vigilancia electrónica se ha convertido en una herramienta de enorme importancia para las administraciones locales y la misma ciudadanía. Esperamos que con esto se pueda identificar, capturar y procesar a peligrosos delincuentes.
También falta ir un paso más allá y lograr que los sistemas electrónicos de vigilancia sean para nuestros amigos de la policía, más importantes que sus armas de dotación, lo que es sinónimo de poner más acento en la prevención que en la reprensión, como debe ser y es que estos ojos que vigilan son además de una invaluable ayuda para dar con los responsables de los delitos, un eficaz disuasivo del crimen y un insumo fundamental a la hora de tomar decisiones que sirvan para reforzar la seguridad pública.
Tal vez como nunca antes vale la advertencia para aquellos que violan la ley y la apuesta a salir ganando de la inveterada impunidad que padecemos: a los vallenatos delincuentes que sepan que alguien los está mirando.
Y como es mi costumbre trataré otros temitas: sigo insistiendo que la confianza en nuestra policía es el elemento fundamental para lograr el sentimiento de seguridad. Tenemos una policía capaz de luchar contra la delincuencia, la criminalidad organizada, contra delitos sofisticados y los sencillos de ocurrencia diaria.
Nuestra policía ha venido logrando una transformación sin precedentes. A ello han contribuido los actuales oficiales coroneles Urquijo y Bonilla que, con visión y liderazgo, le han dado el puesto de honor que hoy los tiene en el corazón de los vallenatos. Especial mención merece la gestión que viene adelantando el nuevo comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel Diego Rosero, apoyémoslos.
Es urgente que nuestro gobernador y alcalde soliciten la participación del Ministerio de Justicia para solucionar el problema de nuestras cárceles La Tramacúa y la Judicial (barrio Dangond). Sobresalen en esos logros la injusticia, la delincuencia organizada, el hacinamiento, las epidemias, el comercio ilícito. Recordemos que los presos pierden los derechos políticos, no los humanos. Se habla siempre de soluciones y no pasa nada ¡Qué vergüenza!
Señor alcalde, a esa oficina de Planeación hay que pararle bolas. En nuestra ciudad sigue el avance urbanístico sin tener en cuenta la estrechez de las calles. Tampoco se calcula cómo se afecta la calidad de vida, ni cómo se complica la movilidad construyendo a topa tolondra. Edifica lo que sea, como sea, en donde sea es una dicha para el constructor, pero un peligro para la ciudad. No podemos permitir una política permisiva que beneficie a los menos en detrimento de la calidad de vida de la mayoría. Ojo en esa oficina que no funciona y finalmente, señor alcalde intervenga el Mercado Público que es hoy una afrenta pública para los vallenatos, siga el ejemplo de Santa Marta.
POSTDATA: Les insisto y propongo a la directora del Diario El Pilón que creen la página del ‘Defensor del Lector’.
Pienso que entre los usuarios del Diario El Pilón, unos parecen tener derecho a la rectificación y otros no.
Qué tiemblen los mototaxistas ladrones de celulares, los atracadores, los asesinos pues alguien los mira. Afortunadamente, Valledupar entró en la era de las cámaras de seguridad que tanta falta nos hacían y que cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana. Esperamos que se produzcan algunas capturas gracias a las imágenes captadas en […]
Qué tiemblen los mototaxistas ladrones de celulares, los atracadores, los asesinos pues alguien los mira.
Afortunadamente, Valledupar entró en la era de las cámaras de seguridad que tanta falta nos hacían y que cada vez pesan más en las estrategias de seguridad ciudadana.
Esperamos que se produzcan algunas capturas gracias a las imágenes captadas en ellas. Muchos de estos registros de video serán prueba clave para que las autoridades, llámense jueces, profieran condenas ejemplares.
En Valledupar, en la que la delincuencia parece ir siempre un paso adelante de las autoridades encargadas de combatir el delito, el sistema de vigilancia electrónica se ha convertido en una herramienta de enorme importancia para las administraciones locales y la misma ciudadanía. Esperamos que con esto se pueda identificar, capturar y procesar a peligrosos delincuentes.
También falta ir un paso más allá y lograr que los sistemas electrónicos de vigilancia sean para nuestros amigos de la policía, más importantes que sus armas de dotación, lo que es sinónimo de poner más acento en la prevención que en la reprensión, como debe ser y es que estos ojos que vigilan son además de una invaluable ayuda para dar con los responsables de los delitos, un eficaz disuasivo del crimen y un insumo fundamental a la hora de tomar decisiones que sirvan para reforzar la seguridad pública.
Tal vez como nunca antes vale la advertencia para aquellos que violan la ley y la apuesta a salir ganando de la inveterada impunidad que padecemos: a los vallenatos delincuentes que sepan que alguien los está mirando.
Y como es mi costumbre trataré otros temitas: sigo insistiendo que la confianza en nuestra policía es el elemento fundamental para lograr el sentimiento de seguridad. Tenemos una policía capaz de luchar contra la delincuencia, la criminalidad organizada, contra delitos sofisticados y los sencillos de ocurrencia diaria.
Nuestra policía ha venido logrando una transformación sin precedentes. A ello han contribuido los actuales oficiales coroneles Urquijo y Bonilla que, con visión y liderazgo, le han dado el puesto de honor que hoy los tiene en el corazón de los vallenatos. Especial mención merece la gestión que viene adelantando el nuevo comandante del Departamento de Policía Cesar, coronel Diego Rosero, apoyémoslos.
Es urgente que nuestro gobernador y alcalde soliciten la participación del Ministerio de Justicia para solucionar el problema de nuestras cárceles La Tramacúa y la Judicial (barrio Dangond). Sobresalen en esos logros la injusticia, la delincuencia organizada, el hacinamiento, las epidemias, el comercio ilícito. Recordemos que los presos pierden los derechos políticos, no los humanos. Se habla siempre de soluciones y no pasa nada ¡Qué vergüenza!
Señor alcalde, a esa oficina de Planeación hay que pararle bolas. En nuestra ciudad sigue el avance urbanístico sin tener en cuenta la estrechez de las calles. Tampoco se calcula cómo se afecta la calidad de vida, ni cómo se complica la movilidad construyendo a topa tolondra. Edifica lo que sea, como sea, en donde sea es una dicha para el constructor, pero un peligro para la ciudad. No podemos permitir una política permisiva que beneficie a los menos en detrimento de la calidad de vida de la mayoría. Ojo en esa oficina que no funciona y finalmente, señor alcalde intervenga el Mercado Público que es hoy una afrenta pública para los vallenatos, siga el ejemplo de Santa Marta.
POSTDATA: Les insisto y propongo a la directora del Diario El Pilón que creen la página del ‘Defensor del Lector’.
Pienso que entre los usuarios del Diario El Pilón, unos parecen tener derecho a la rectificación y otros no.