Así respondió Fecode a la soberbia Ministra de Educación, expresión que vale la pena reproducir. Gina Parody confunde las justas reclamaciones del sector más importante de cualquier país, con la presión ilegal como siempre son calificadas las protestas reivindicatorias de este. “No converso bajo presión” ¡Votó el chupo! Pero ¿cómo pudo conversar el gobierno, en […]
Así respondió Fecode a la soberbia Ministra de Educación, expresión que vale la pena reproducir. Gina Parody confunde las justas reclamaciones del sector más importante de cualquier país, con la presión ilegal como siempre son calificadas las protestas reivindicatorias de este. “No converso bajo presión” ¡Votó el chupo!
Pero ¿cómo pudo conversar el gobierno, en paro, con los cafeteros, con transportadores, con Dignidad Agropecuaria, con los jueces de la República, con las Auc y las Farc, en plenos paros y matanzas? Conversó, se doblegó, pactó y pagó. Claro, estos gremios afectan la economía, pero un paro de educadores solo les afecta a ellos mismos, a los alumnos y a los padres de familia que, para el Estado, poco interesan; incluso, la educación misma no le interesa. La misión de un educador rebasa la de cualquier otro funcionario; la educación es la base de todos los procesos socioeconómicos y científicos; sin embargo, el educador es la cenicienta de estos.
¿Qué le importa “el profe” a la sociedad y al Estado? Este es un país para doctores y traquetos, no para maestros. Tres aspectos sustentan la petición de los educadores: el sistema de salud, la nivelación salarial y la evaluación. Ahora solo haremos alusión a los dos últimos. Los salarios del sector son deprimentes, tienen sueldos de patrulleros de policía pero sin mordida. Los maestros tienen tres escalafones, con cuatro niveles salariales cada uno, A, B, C y D. En el escalafón 1, donde se ubican normalistas y tecnólogos en educación, en 2014, según decreto 171 de dicho año, van desde $1.121.819 hasta $2.285.199. En el escalafón 2, para licenciados o profesionales no licenciados, el sueldo fluctúa entre $1.1411.890 sin especialización y con esta $2.874.648, y desde $1.623.673 sin maestría hasta $3.347.345 con ella. En el escalafón 3, para licenciados o profesionales no licenciados, la escala va desde $2.363.041 (3A) con maestrías hasta $5.334.216 (3D) con doctorados. Pero ¿cuántos años se requieren para llegar a estos niveles y cuántos lo logran? ¿Cuántos doctores tiene el magisterio?
Por supuesto, los topes en cada escalafón son poco alcanzables. Se dice que toda comparación es odiosa pero para tener idea de cómo es valorado el gremio educador, hay que enfrentarlo, por ejemplo, al poder judicial y al legislativo, y valorar cuál es el aporte de cada sector a la sociedad. Un juez de circuito gana más que un maestro del nivel salarial 3D con doctorado. Un citador gana tanto como un licenciado, nivel 2A. Un congresista, laborando tres días por semana gana cinco veces, sin franquicias, lo que gana un licenciado o profesional de la educación básica de categoría 3D, con doctorado.
Se ve que las cargas salariales son asimétricas pese a la labor excepcional del educador. Existen razones de peso para reclamar. Por el lado de la evaluación, esta no es mala de suyo, ayuda a cualificar. Pero, ¿por qué no hay estas mediciones para abogados, jueces, médicos y otros profesionales con la responsabilidad social y humana que tienen? Vi por TV un modelo de evaluación para maestros pero este no es ni ético ni funcional, es un rompecabezas burlón. ¡Cálmese ministra!
[email protected]
Así respondió Fecode a la soberbia Ministra de Educación, expresión que vale la pena reproducir. Gina Parody confunde las justas reclamaciones del sector más importante de cualquier país, con la presión ilegal como siempre son calificadas las protestas reivindicatorias de este. “No converso bajo presión” ¡Votó el chupo! Pero ¿cómo pudo conversar el gobierno, en […]
Así respondió Fecode a la soberbia Ministra de Educación, expresión que vale la pena reproducir. Gina Parody confunde las justas reclamaciones del sector más importante de cualquier país, con la presión ilegal como siempre son calificadas las protestas reivindicatorias de este. “No converso bajo presión” ¡Votó el chupo!
Pero ¿cómo pudo conversar el gobierno, en paro, con los cafeteros, con transportadores, con Dignidad Agropecuaria, con los jueces de la República, con las Auc y las Farc, en plenos paros y matanzas? Conversó, se doblegó, pactó y pagó. Claro, estos gremios afectan la economía, pero un paro de educadores solo les afecta a ellos mismos, a los alumnos y a los padres de familia que, para el Estado, poco interesan; incluso, la educación misma no le interesa. La misión de un educador rebasa la de cualquier otro funcionario; la educación es la base de todos los procesos socioeconómicos y científicos; sin embargo, el educador es la cenicienta de estos.
¿Qué le importa “el profe” a la sociedad y al Estado? Este es un país para doctores y traquetos, no para maestros. Tres aspectos sustentan la petición de los educadores: el sistema de salud, la nivelación salarial y la evaluación. Ahora solo haremos alusión a los dos últimos. Los salarios del sector son deprimentes, tienen sueldos de patrulleros de policía pero sin mordida. Los maestros tienen tres escalafones, con cuatro niveles salariales cada uno, A, B, C y D. En el escalafón 1, donde se ubican normalistas y tecnólogos en educación, en 2014, según decreto 171 de dicho año, van desde $1.121.819 hasta $2.285.199. En el escalafón 2, para licenciados o profesionales no licenciados, el sueldo fluctúa entre $1.1411.890 sin especialización y con esta $2.874.648, y desde $1.623.673 sin maestría hasta $3.347.345 con ella. En el escalafón 3, para licenciados o profesionales no licenciados, la escala va desde $2.363.041 (3A) con maestrías hasta $5.334.216 (3D) con doctorados. Pero ¿cuántos años se requieren para llegar a estos niveles y cuántos lo logran? ¿Cuántos doctores tiene el magisterio?
Por supuesto, los topes en cada escalafón son poco alcanzables. Se dice que toda comparación es odiosa pero para tener idea de cómo es valorado el gremio educador, hay que enfrentarlo, por ejemplo, al poder judicial y al legislativo, y valorar cuál es el aporte de cada sector a la sociedad. Un juez de circuito gana más que un maestro del nivel salarial 3D con doctorado. Un citador gana tanto como un licenciado, nivel 2A. Un congresista, laborando tres días por semana gana cinco veces, sin franquicias, lo que gana un licenciado o profesional de la educación básica de categoría 3D, con doctorado.
Se ve que las cargas salariales son asimétricas pese a la labor excepcional del educador. Existen razones de peso para reclamar. Por el lado de la evaluación, esta no es mala de suyo, ayuda a cualificar. Pero, ¿por qué no hay estas mediciones para abogados, jueces, médicos y otros profesionales con la responsabilidad social y humana que tienen? Vi por TV un modelo de evaluación para maestros pero este no es ni ético ni funcional, es un rompecabezas burlón. ¡Cálmese ministra!
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