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Columnista - 3 marzo, 2018

Brindo por la vida

Brindo por la vida, brindo por este nuevo año de vida que me regala Dios, brindo por mis 32 años, brindo por el amor, sí, por el amor humano y el amor de Dios, brindo por mis aciertos y mis errores, brindo por el universo en su misterio e inmensidad abrumadora. También brindo por ella, […]

Brindo por la vida, brindo por este nuevo año de vida que me regala Dios, brindo por mis 32 años, brindo por el amor, sí, por el amor humano y el amor de Dios, brindo por mis aciertos y mis errores, brindo por el universo en su misterio e inmensidad abrumadora. También brindo por ella, la mujer más bella que es la botella… dijo el borracho (jajajaja), ombe es broma, relájate, no te tomes tan en serio a ti mismo. La vida es bella y con humor es mucho mejor.

Brindo por mi familia, por mi padre fallecido, a quien no conocí, William Mendoza, brindo por mi madre Judith Vásquez, hermanos y hermanas; brindo por las noches de insomnio largas y por los días llenos de vigor y alegría. Brindo por el amor al estudio y el esfuerzo intelectual que busca conocer la verdad; brindo por los que aman la belleza y descubren a Dios en ella al meditar; brindo por quienes no se cansan de hacer el bien, aunque como paga reciban mal.

Brindo por mis amigos de la infancia en mi Badillo natal, por mis amigos del colegio Pablo VI de Valledupar, los del Seminario Juan Pablo II, por los amigos de ahora y los que vendrán; por los amigos que dejé en Media Luna y los que ahora encontré en Becerril; brindo por mis hermanos en la fe; brindo por mi Diócesis de Valledupar, brindo por mi obispo Oscar José Vélez Isaza, brindo por los laicos y mis hermanos sacerdotes.

Brindo por mis amigos, por todos, por los que conozco personalmente y también los que me acompañan en las redes sociales. Brindo por ti que lees esto, brindo por la dicha sublime de escribir y comunicar sentimientos, pensamientos y conviccciones a través de la escritura. Brindo por los ciudadanos y campesinos de mi país; brindo por la Paz que queremos construir; brindo por el amor que se fue y el que llega; brindo por las heridas y por la salud de las mismas; brindo por el medio ambiente y todo lo que nos aporta.

Brindo por los ríos y los mares; por los páramos y los desiertos; por las montañas y los valles; brindo por la generosidad de Dios que hace volver las lluvias y germinar la tierra; brindo por mis mascotas, mis dos perros chandosos, pero amorosos Jhon Juan y Sacristán.

Brindo por los que me aplauden y también por los que me ofenden; brindo por los que me aconsejan y critican; brindo por todos los que han pasado por mi vida y se han llevado parte de mi ser, pero también han dejado mucho de sí mismos en mí.

Brindo por los que con amor se preocupan por mí y me corrigen; brindo por la tierra campesina que llevo en mis uñas fruto del trabajo en mi infancia y juventud. Brindo por cada día nuevo que empezamos, brindo por la Luna hermosa que me acompaña cada noche y por el Sol radiante que despunta en la aurora irrigando su luz al universo, brindó por el astro rey, vencedor de las tinieblas.

Brindo por la brisa suave que mi piel acaricia; brindo por mi Patria Colombia, sufrida y flagelada por tanto dolor y violencia; brindo por ella mi amada tierra para que un nuevo horizonte sea posible para todos; brindo por la esperanza de que erradiquemos en nuestra amado país, la corrupción; brindo sobre todo por la raíz perfecta de mi alegría y felicidad: brindo por Jesús de Nazaret, que me ama al derecho y al revés.

Brindo por ti, que con tu amor y generosidad me ayudas a sonreír y a ser más feliz. Y ¿tú por qué o por quién quieres brindar? Cada día es especial, aprovecha para brindar, para vivir y celebrar. Dios te bendiga, con cariño.

Columnista
3 marzo, 2018

Brindo por la vida

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Juan Carlos Mendoza

Brindo por la vida, brindo por este nuevo año de vida que me regala Dios, brindo por mis 32 años, brindo por el amor, sí, por el amor humano y el amor de Dios, brindo por mis aciertos y mis errores, brindo por el universo en su misterio e inmensidad abrumadora. También brindo por ella, […]


Brindo por la vida, brindo por este nuevo año de vida que me regala Dios, brindo por mis 32 años, brindo por el amor, sí, por el amor humano y el amor de Dios, brindo por mis aciertos y mis errores, brindo por el universo en su misterio e inmensidad abrumadora. También brindo por ella, la mujer más bella que es la botella… dijo el borracho (jajajaja), ombe es broma, relájate, no te tomes tan en serio a ti mismo. La vida es bella y con humor es mucho mejor.

Brindo por mi familia, por mi padre fallecido, a quien no conocí, William Mendoza, brindo por mi madre Judith Vásquez, hermanos y hermanas; brindo por las noches de insomnio largas y por los días llenos de vigor y alegría. Brindo por el amor al estudio y el esfuerzo intelectual que busca conocer la verdad; brindo por los que aman la belleza y descubren a Dios en ella al meditar; brindo por quienes no se cansan de hacer el bien, aunque como paga reciban mal.

Brindo por mis amigos de la infancia en mi Badillo natal, por mis amigos del colegio Pablo VI de Valledupar, los del Seminario Juan Pablo II, por los amigos de ahora y los que vendrán; por los amigos que dejé en Media Luna y los que ahora encontré en Becerril; brindo por mis hermanos en la fe; brindo por mi Diócesis de Valledupar, brindo por mi obispo Oscar José Vélez Isaza, brindo por los laicos y mis hermanos sacerdotes.

Brindo por mis amigos, por todos, por los que conozco personalmente y también los que me acompañan en las redes sociales. Brindo por ti que lees esto, brindo por la dicha sublime de escribir y comunicar sentimientos, pensamientos y conviccciones a través de la escritura. Brindo por los ciudadanos y campesinos de mi país; brindo por la Paz que queremos construir; brindo por el amor que se fue y el que llega; brindo por las heridas y por la salud de las mismas; brindo por el medio ambiente y todo lo que nos aporta.

Brindo por los ríos y los mares; por los páramos y los desiertos; por las montañas y los valles; brindo por la generosidad de Dios que hace volver las lluvias y germinar la tierra; brindo por mis mascotas, mis dos perros chandosos, pero amorosos Jhon Juan y Sacristán.

Brindo por los que me aplauden y también por los que me ofenden; brindo por los que me aconsejan y critican; brindo por todos los que han pasado por mi vida y se han llevado parte de mi ser, pero también han dejado mucho de sí mismos en mí.

Brindo por los que con amor se preocupan por mí y me corrigen; brindo por la tierra campesina que llevo en mis uñas fruto del trabajo en mi infancia y juventud. Brindo por cada día nuevo que empezamos, brindo por la Luna hermosa que me acompaña cada noche y por el Sol radiante que despunta en la aurora irrigando su luz al universo, brindó por el astro rey, vencedor de las tinieblas.

Brindo por la brisa suave que mi piel acaricia; brindo por mi Patria Colombia, sufrida y flagelada por tanto dolor y violencia; brindo por ella mi amada tierra para que un nuevo horizonte sea posible para todos; brindo por la esperanza de que erradiquemos en nuestra amado país, la corrupción; brindo sobre todo por la raíz perfecta de mi alegría y felicidad: brindo por Jesús de Nazaret, que me ama al derecho y al revés.

Brindo por ti, que con tu amor y generosidad me ayudas a sonreír y a ser más feliz. Y ¿tú por qué o por quién quieres brindar? Cada día es especial, aprovecha para brindar, para vivir y celebrar. Dios te bendiga, con cariño.