I

El sábado veintinueve
marzo dos mil veinticinco,
el festín sonoro brinco
la poesía del alma llueve.
La emoción del canto mueve
las alas del corazón
de Pompeyo Villazón
que cumple su centenario,
y se abren los relicarios
en arrullos de bendición

         II

Siento la alegría del viento
que ronda aquí en Pueblo Bello,
Y está el abuelo Pompeyo
muy elegante y contento.
Florece en sus sentimientos
jardines de primavera:
toda su familia entera,
amistades y paisanos,
festejamos como hermanos
esta fiesta de primera.

         III

En este instante florido
la brisa es su campanario
anuncia el aniversario
de los cien años cumplidos:
parece estar detenido
el tiempo de la emoción,
porque la misma canción
es más bonita que ayer,
motivos para entender
que hay fiesta en el corazón.

         IV

Cafetero agricultor,
caballero de simpatía
exalta con alegría
a Iván su sobrino cantor.
Pompeyo amable señor,
insigne amigo leal
atado a su pueblo natal,
a sus hijos y a su esposa,
Marcelina que reposa
en la Casa Celestial.

Por José Atuesta Mindiola