Durante varias semanas, los habitantes del municipio de Bosconia han tenido que sufrir las consecuencias de no contar con el servicio de agua en sus hogares, debido a un daño que se presentó en la bomba de uno de los pozos que surte a la población; por lo que se vieron obligados a buscar una solución a esta problemática para no “morir de sed” y poder suplir sus necesidades básicas.

Sin embargo, hace pocos días, la administración municipal inició un trabajo para mejorar la situación y que la comunidad no padezca por la falta del preciado líquido.

“Sin duda estos dos meses han sido muy difíciles por los diversos daños que se presentaron en la bomba de uno de los pozos que surten del preciado líquido a comunidades del sector San Martín y Hospital, esto sumado también con el fuerte verano por el que estamos atravesando. Sin embargo hoy les mostramos el arduo proceso que se ha llevado para normalizar el servicio. Los equipos quedaron instalados, esperamos que paulatinamente se vaya normalizando la distribución del agua. Hoy se empezó a bombear a los tanques y en algunos sectores del San Martín, como la carrera 15 y un tramo de Alto Prado llegó el agua”; dijo el alcalde Juan Enrique Aarón.

El mandatario pidió disculpas a la comunidad, por los difíciles días sin agua. “Hemos trabajado sin descanso y esperamos que el servicio se pueda normalizar”, acotó.

Esta situación que mantuvo sin el preciado líquido a varios sectores de la población, llevó a la comunidad a bloquear la Troncal de Oriente a la altura del kilómetro uno entre Bosconia y El Copey, como protesta por la falta de agua, lo que obstaculizó el flujo vehicular en la vía al iniciar el puente más largo del año. Jóvenes y adultos hicieron parte de la cadena humana que exigía solución al problema, que requiere apoyo del gobierno departamental y nacional, teniendo en cuenta que se requiere la construcción de cuatro pozos más y de una planta de tratamiento, proyecto estimado en 70 mil millones de pesos. Mientras llega la solución la comunidad sigue comprando agua de Valledupar porque la de Bosconia no es apta para beber.

Andreina Bandera Martínez / EL PILÓN
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