Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 31 agosto, 2019

Biotecnología agrícola

Uno de los factores que afecta la renta de los agricultores y ganaderos del país, es la variación del clima. Así quedó demostrado con el fenómeno de El Niño que comenzó el pasado 5 de noviembre, el cual redujo fuertemente la productividad de los cultivos y hatos ganaderos en varias regiones del país. Para mitigar […]

Boton Wpp

Uno de los factores que afecta la renta de los agricultores y ganaderos del país, es la variación del clima. Así quedó demostrado con el fenómeno de El Niño que comenzó el pasado 5 de noviembre, el cual redujo fuertemente la productividad de los cultivos y hatos ganaderos en varias regiones del país.

Para mitigar el impacto del riesgo climático, los gobiernos suelen implementar instrumentos de ayudas como el seguro agrario y programas de compras de cartera agropecuaria o ampliación de plazos (reperfilamiento de deudas) a los productores afectados por la variación del clima. Otra herramienta menos costosa y más efectiva es la adopción de biotecnología agrícola.

El reciente informe del Servicio para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), muestra que los agricultores de 70 países -de los cuales 21 de países en vía de desarrollo-, adoptaron cultivos genéticamente modificados con el fin de enfrentar las largas sequias y lograr mayor resistencia a las plagas que afectan los rendimientos y altos costos de sus cultivos.

Con esta biotecnología agrícola, se está garantizando la seguridad alimentaria, reduciendo el hambre y la desnutrición que está alcanzando cifras alarmantes en el mundo. Un informe de la Naciones Unidas, revela que en año 2017, la crisis alimentaria global afectó a 108 millones de personas en 48 países.

Para enfrentar estos desafíos del cambio climático, el hambre y la desnutrición, los cultivos biotecnológicos son la herramienta más efectiva y económica. El año pasado, se sembraron 191.7 millones de hectáreas a nivel mundial entre cultivos de algodón, maíz, caña de azúcar, soja, remolacha, papa y alfalfa entre otros.

Estas variedades genéticamente mejoradas, permiten por ejemplo que cultivos como la caña de azúcar, algodón y la soya, sean resistente a insectos y tolerantes a la sequía. Países como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá e India, tienen tasas de adopción del 100%, lo que indica que a los agricultores les va mejor con esta biotecnología que con las variedades convencionales.

El impacto en la productividad y rentabilidad de los agronegocios es bastante significativo. Para citar algunos ejemplos. Mientras una semilla convencional de maíz en el Meta tiene un margen operativo bruto de $463.000 por hectárea, con la variedad transgénica es de $1.127.000, lo que significa un premio del 147% en margen operativo y del 15% en productividad. En algodón, el premio en margen operativo bruto en Córdoba, es del 1.174% y la productividad del 31% por encima del convencional.

En Soya, los brasileros tienen un margen operativo del 134% y una productividad por encima de 15%, frente a los cultivos en el Meta.
Sin duda alguna, esta sería una gran alternativa para adoptar en Colombia, sobre todo en la región Caribe y los Llanos Orientales, donde las plagas y los largos periodos de sequía están afectando gravemente los cultivos y las rentas de los agricultores. Y de paso, echarle una manito al ICA, Agrosavia y a la ADR, a ver si avanzamos en control fitosanitario, biotecnología y sistemas de riego en el país.

En el tintero. Preocupante los indicadores del sector agropecuario (PIB, exportaciones, empleo, superficie y productividad) que publicó el Dane. Todos cayeron respecto al primer semestre del 2018.

Columnista
31 agosto, 2019

Biotecnología agrícola

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Indalecio Dangond Baquero

Uno de los factores que afecta la renta de los agricultores y ganaderos del país, es la variación del clima. Así quedó demostrado con el fenómeno de El Niño que comenzó el pasado 5 de noviembre, el cual redujo fuertemente la productividad de los cultivos y hatos ganaderos en varias regiones del país. Para mitigar […]


Uno de los factores que afecta la renta de los agricultores y ganaderos del país, es la variación del clima. Así quedó demostrado con el fenómeno de El Niño que comenzó el pasado 5 de noviembre, el cual redujo fuertemente la productividad de los cultivos y hatos ganaderos en varias regiones del país.

Para mitigar el impacto del riesgo climático, los gobiernos suelen implementar instrumentos de ayudas como el seguro agrario y programas de compras de cartera agropecuaria o ampliación de plazos (reperfilamiento de deudas) a los productores afectados por la variación del clima. Otra herramienta menos costosa y más efectiva es la adopción de biotecnología agrícola.

El reciente informe del Servicio para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), muestra que los agricultores de 70 países -de los cuales 21 de países en vía de desarrollo-, adoptaron cultivos genéticamente modificados con el fin de enfrentar las largas sequias y lograr mayor resistencia a las plagas que afectan los rendimientos y altos costos de sus cultivos.

Con esta biotecnología agrícola, se está garantizando la seguridad alimentaria, reduciendo el hambre y la desnutrición que está alcanzando cifras alarmantes en el mundo. Un informe de la Naciones Unidas, revela que en año 2017, la crisis alimentaria global afectó a 108 millones de personas en 48 países.

Para enfrentar estos desafíos del cambio climático, el hambre y la desnutrición, los cultivos biotecnológicos son la herramienta más efectiva y económica. El año pasado, se sembraron 191.7 millones de hectáreas a nivel mundial entre cultivos de algodón, maíz, caña de azúcar, soja, remolacha, papa y alfalfa entre otros.

Estas variedades genéticamente mejoradas, permiten por ejemplo que cultivos como la caña de azúcar, algodón y la soya, sean resistente a insectos y tolerantes a la sequía. Países como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Canadá e India, tienen tasas de adopción del 100%, lo que indica que a los agricultores les va mejor con esta biotecnología que con las variedades convencionales.

El impacto en la productividad y rentabilidad de los agronegocios es bastante significativo. Para citar algunos ejemplos. Mientras una semilla convencional de maíz en el Meta tiene un margen operativo bruto de $463.000 por hectárea, con la variedad transgénica es de $1.127.000, lo que significa un premio del 147% en margen operativo y del 15% en productividad. En algodón, el premio en margen operativo bruto en Córdoba, es del 1.174% y la productividad del 31% por encima del convencional.

En Soya, los brasileros tienen un margen operativo del 134% y una productividad por encima de 15%, frente a los cultivos en el Meta.
Sin duda alguna, esta sería una gran alternativa para adoptar en Colombia, sobre todo en la región Caribe y los Llanos Orientales, donde las plagas y los largos periodos de sequía están afectando gravemente los cultivos y las rentas de los agricultores. Y de paso, echarle una manito al ICA, Agrosavia y a la ADR, a ver si avanzamos en control fitosanitario, biotecnología y sistemas de riego en el país.

En el tintero. Preocupante los indicadores del sector agropecuario (PIB, exportaciones, empleo, superficie y productividad) que publicó el Dane. Todos cayeron respecto al primer semestre del 2018.