Un recorrido por las principales avenidas de Valledupar hizo la caravana que transportó a los campeones nacionales de fútbol intercolegiado.
Tuvieron que pasar cuatro años y cinco meses para que el carro del Cuerpo de Bomberos volviera a salir a las calles de Valledupar para transportar a unos héroes deportivos.
Desde junio de 2012 cuando el taekwondoga Óscar Muñoz fue recibido en el vehículo de socorro después de ganar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, no se veía una caravana de jolgorio deportivo. Esta vez fueron los integrantes del equipo de fútbol masculino de la Institución Educativa Leónidas Acuña, quienes alcanzaron el título en los Juegos Nacionales Intercolegiados Supérate.
Muchos desprevenidos ignoraron el motivo del desfile. Esta vez la sirena de los bomberos no sonó en señal de emergencia, sino para mostrar a quienes a punta de goles dejaron en alto los colores del departamento del Cesar en las justas nacionales escolares.
Por cobros desde el punto penal, el colegio Leónidas Acuña de Valledupar encontró hazaña intercolegiada. Derrotó a la Institución Educativa Santa Rosa de Risaralda y se proclamó campeón en la cancha del Centro de Alto Rendimiento de Bogotá.
Tres victorias y un empate fueron suficientes para que la institución vallenata ‘tocará el cielo’ en las justas intercolegiadas. En el primer choque derrotó 3-1 a Bogotá; luego igualó 2-2 con el representativo de Arauca, mientras que a Norte de Santander lo goleó 4-1.
Así las cosas, el equipo vallenato clasificó primero del grupo B y se instaló en la final, guiado por su goleador Brayan Peñaloza, quien anotó 19 goles en todas las fases de las justas.
“Este es el resultado del proceso que hemos hecho durante casi un año, siempre les dije a los muchachos que si Dios nos puso en la final es porque quería grandes cosas para nosotros, ellos me copiaron esa motivación que les inculqué desde que arrancaron los juegos”, reconoció el técnico del Leónidas Acuña, Juan Carlos Jiménez.
Nibaldo Bustamante/EL PILÓN
Un recorrido por las principales avenidas de Valledupar hizo la caravana que transportó a los campeones nacionales de fútbol intercolegiado.
Tuvieron que pasar cuatro años y cinco meses para que el carro del Cuerpo de Bomberos volviera a salir a las calles de Valledupar para transportar a unos héroes deportivos.
Desde junio de 2012 cuando el taekwondoga Óscar Muñoz fue recibido en el vehículo de socorro después de ganar la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres, no se veía una caravana de jolgorio deportivo. Esta vez fueron los integrantes del equipo de fútbol masculino de la Institución Educativa Leónidas Acuña, quienes alcanzaron el título en los Juegos Nacionales Intercolegiados Supérate.
Muchos desprevenidos ignoraron el motivo del desfile. Esta vez la sirena de los bomberos no sonó en señal de emergencia, sino para mostrar a quienes a punta de goles dejaron en alto los colores del departamento del Cesar en las justas nacionales escolares.
Por cobros desde el punto penal, el colegio Leónidas Acuña de Valledupar encontró hazaña intercolegiada. Derrotó a la Institución Educativa Santa Rosa de Risaralda y se proclamó campeón en la cancha del Centro de Alto Rendimiento de Bogotá.
Tres victorias y un empate fueron suficientes para que la institución vallenata ‘tocará el cielo’ en las justas intercolegiadas. En el primer choque derrotó 3-1 a Bogotá; luego igualó 2-2 con el representativo de Arauca, mientras que a Norte de Santander lo goleó 4-1.
Así las cosas, el equipo vallenato clasificó primero del grupo B y se instaló en la final, guiado por su goleador Brayan Peñaloza, quien anotó 19 goles en todas las fases de las justas.
“Este es el resultado del proceso que hemos hecho durante casi un año, siempre les dije a los muchachos que si Dios nos puso en la final es porque quería grandes cosas para nosotros, ellos me copiaron esa motivación que les inculqué desde que arrancaron los juegos”, reconoció el técnico del Leónidas Acuña, Juan Carlos Jiménez.
Nibaldo Bustamante/EL PILÓN