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Editorial - 14 noviembre, 2016

Bienvenido el nuevo Acuerdo de Paz

La persistencia del Gobierno Nacional, la guerrilla de las Farc y los representantes del No, luego de que los Acuerdos firmados en La Habana no fueran aprobadas por la mayoría de los colombianos que votaron el pasado dos de octubre, tiene un nuevo final feliz. Se trata de un nuevo Acuerdo de Paz con los […]

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La persistencia del Gobierno Nacional, la guerrilla de las Farc y los representantes del No, luego de que los Acuerdos firmados en La Habana no fueran aprobadas por la mayoría de los colombianos que votaron el pasado dos de octubre, tiene un nuevo final feliz. Se trata de un nuevo Acuerdo de Paz con los ajustes que consideraron las partes se debían hacer para confluir todos en un mismo escenario.

En 40 días y 40 noches, después del dos de octubre, se logró lo que los colombianos en su mayoría anhelan: la terminación del conflicto armado que protagoniza hace más de 50 años las Farc. Todo pasa por algo y el triunfo del No al Plebiscito sirvió para ajustar lo que aún no estaba en su lugar y para asegurar la justicia, la equidad y la igualdad.

En estos 40 días muchas fueron las preguntas, las observaciones y los reparos los que se hicieron los colombianos. Algunos sectores no daban un peso por el fallido proceso de paz. El país pareció quedar al vaivén, con optimismo por una parte, pero con pesimismo por otra. Por eso sonó a gloria las palabras escritas en el comunicado conjunto firmado entre los representantes del Gobierno Nacional y las Farc: “Hemos alcanzado un nuevo Acuerdo Final para la terminación del Conflicto armado, que integra cambios, precisiones y aportes de los más diversos sectores de la sociedad y que revisamos uno a uno. La construcción de una paz estable y duradera, objetivo al que responde este nuevo Acuerdo, debe ser el compromiso común de todos los colombianos que contribuya a superar la polarización y que recoja todas las expresiones políticas y sociales”.

Aunque no se conoce en detalle cómo quedó el nuevo Acuerdo, es un paso significativo, el que une el puente que se cayó el dos de octubre cuando el Plebiscito por la paz no ganó. Hoy instamos a los colombianos, a los habitantes del Cesar y La Guajira especialmente a que aporten su grano de arena en la construcción de una mejor sociedad, lo que viene ahora es apenas el inicio de un largo camino. La apuesta por la paz parece necesita de todos, no es un asunto de pocos, y sí estos avances se dan es porque en realidad existe un consenso y un anhelo en general.
El jefe negociador del Gobierno Nacional, Humberto De la Calle Lombana, fue muy humilde y muy claro al afirmar que sí el primer acuerdo era bueno, este está mejor, y reconoció así que sí había detalles por ajustar.

EL PILÓN durante dos meses a través de su proyecto ‘Así va la paz’ conoció de primera mano lo que piensan las víctimas, los campesinos, los hijos de los muertos del conflicto armado, las personas que fueron secuestradas, los indígenas afectados, los estudiantes que esperan vivir en un país mejor, los menores que fueron reclutados, y todos al unísono, a pesar de lo duro de la guerra, dijeron que lo mejor era trabajar por la paz. Por eso hoy decimos ¡Bienvenido el nuevo acuerdo!

Editorial
14 noviembre, 2016

Bienvenido el nuevo Acuerdo de Paz

La persistencia del Gobierno Nacional, la guerrilla de las Farc y los representantes del No, luego de que los Acuerdos firmados en La Habana no fueran aprobadas por la mayoría de los colombianos que votaron el pasado dos de octubre, tiene un nuevo final feliz. Se trata de un nuevo Acuerdo de Paz con los […]


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La persistencia del Gobierno Nacional, la guerrilla de las Farc y los representantes del No, luego de que los Acuerdos firmados en La Habana no fueran aprobadas por la mayoría de los colombianos que votaron el pasado dos de octubre, tiene un nuevo final feliz. Se trata de un nuevo Acuerdo de Paz con los ajustes que consideraron las partes se debían hacer para confluir todos en un mismo escenario.

En 40 días y 40 noches, después del dos de octubre, se logró lo que los colombianos en su mayoría anhelan: la terminación del conflicto armado que protagoniza hace más de 50 años las Farc. Todo pasa por algo y el triunfo del No al Plebiscito sirvió para ajustar lo que aún no estaba en su lugar y para asegurar la justicia, la equidad y la igualdad.

En estos 40 días muchas fueron las preguntas, las observaciones y los reparos los que se hicieron los colombianos. Algunos sectores no daban un peso por el fallido proceso de paz. El país pareció quedar al vaivén, con optimismo por una parte, pero con pesimismo por otra. Por eso sonó a gloria las palabras escritas en el comunicado conjunto firmado entre los representantes del Gobierno Nacional y las Farc: “Hemos alcanzado un nuevo Acuerdo Final para la terminación del Conflicto armado, que integra cambios, precisiones y aportes de los más diversos sectores de la sociedad y que revisamos uno a uno. La construcción de una paz estable y duradera, objetivo al que responde este nuevo Acuerdo, debe ser el compromiso común de todos los colombianos que contribuya a superar la polarización y que recoja todas las expresiones políticas y sociales”.

Aunque no se conoce en detalle cómo quedó el nuevo Acuerdo, es un paso significativo, el que une el puente que se cayó el dos de octubre cuando el Plebiscito por la paz no ganó. Hoy instamos a los colombianos, a los habitantes del Cesar y La Guajira especialmente a que aporten su grano de arena en la construcción de una mejor sociedad, lo que viene ahora es apenas el inicio de un largo camino. La apuesta por la paz parece necesita de todos, no es un asunto de pocos, y sí estos avances se dan es porque en realidad existe un consenso y un anhelo en general.
El jefe negociador del Gobierno Nacional, Humberto De la Calle Lombana, fue muy humilde y muy claro al afirmar que sí el primer acuerdo era bueno, este está mejor, y reconoció así que sí había detalles por ajustar.

EL PILÓN durante dos meses a través de su proyecto ‘Así va la paz’ conoció de primera mano lo que piensan las víctimas, los campesinos, los hijos de los muertos del conflicto armado, las personas que fueron secuestradas, los indígenas afectados, los estudiantes que esperan vivir en un país mejor, los menores que fueron reclutados, y todos al unísono, a pesar de lo duro de la guerra, dijeron que lo mejor era trabajar por la paz. Por eso hoy decimos ¡Bienvenido el nuevo acuerdo!