En la rendición de cuentas del agente especial interventor del Hospital Rosario Pumarejo de López, Duver Dickson Vargas, se conocieron cifras. Es de observar las mejoras en infraestructura y aseo, que son notables; el fortalecimiento de la UCI adulto, en buena parte aprovechando el impulso de la lucha contra el Covid; y el ensanchamiento de camas especializadas, también en neonatal y pediátrica.
En la rendición de cuentas del agente especial interventor del Hospital Rosario Pumarejo de López, Duver Dickson Vargas, se conocieron cifras. Es de observar las mejoras en infraestructura y aseo, que son notables; el fortalecimiento de la UCI adulto, en buena parte aprovechando el impulso de la lucha contra el Covid; y el ensanchamiento de camas especializadas, también en neonatal y pediátrica.
Explicó Vargas Rojas que tuvo el propósito de estabilizar los pagos de los trabajadores. “Por eso no solo nos enfocamos en el pago puntual, sino que también se cambió la modalidad de contratación”, según registra la nota en la edición de hoy que publicamos.
“También se mostraron cifras positivas como el aumento de un 35,43 % en la facturación, que pasó de $43.185 millones a $58.486 millones en diciembre del año anterior. Explicó también que las cuentas por cobrar tuvieron una disminución de 19,54 %.”
Vargas dijo que se propone avanzar en el proceso de estabilización de la operación corriente, así como el pago de la deuda a trabajadores de vigencias anteriores por $18.701 millones y fortalecer la contratación de servicios con las EPS, dado que ya varias han creído este hospital regional.
“El principal reto es poner en funcionamiento el servicio de urgencias, que viene con 80 camillas. Va a ser una de las urgencias más grandes de este país. El segundo reto es la consecución de los recursos para pagar la deuda a los trabajadores, que son alrededor de los 18 mil millones de pesos”, mencionó, pero fundamentalmente se refiere a aquellas que quedaron congeladas por efecto de la intervención. Del pabellón de urgencias esperamos la inminente terminación de la obra por parte de la Gobernación.
El otro desafío son las pérdidas. Aunque disminuyeron frente al 2021, durante el 2022, el Hospital Rosario Pumarejo registró una pérdida acumulada de $26.087 millones. En comparación con la vigencia 2021, que ascendió a $81.136 millones, presentó una disminución equivalente a un 67,8 %.
Los resultados de la intervención, puestos en balance, son positivos.
Esperamos que el nivel de confianza aumente día a día y ese buen ejemplo sirva de incentivo para que la administración de nuestra empresa de servicios públicos, Emdupar, también siga un buen derrotero. Igual en manos de la Nación, ante el grado de politiquería y falta de administración que llevó nuestra clase política a esas entidades.
De Valledupar siempre se decía en toda la amplia provincia que tenía el mejor hospital, la buena empresa de agua, el mejor balneario: Hurtado, el mejor Festival, la más bella plaza y el santo más milagroso, Santo Eccehomo. Todos atributos hechos, manejados y admirados, durante décadas por los vallenatos, con especial reconocimiento.
Las dos primeras preseas del orgullo vallenato hoy están en periodo de prueba y recuperación por la intervención central, lo cual, aunque lamentable, se ha convertido en una oportunidad de supervivencia.
En la rendición de cuentas del agente especial interventor del Hospital Rosario Pumarejo de López, Duver Dickson Vargas, se conocieron cifras. Es de observar las mejoras en infraestructura y aseo, que son notables; el fortalecimiento de la UCI adulto, en buena parte aprovechando el impulso de la lucha contra el Covid; y el ensanchamiento de camas especializadas, también en neonatal y pediátrica.
En la rendición de cuentas del agente especial interventor del Hospital Rosario Pumarejo de López, Duver Dickson Vargas, se conocieron cifras. Es de observar las mejoras en infraestructura y aseo, que son notables; el fortalecimiento de la UCI adulto, en buena parte aprovechando el impulso de la lucha contra el Covid; y el ensanchamiento de camas especializadas, también en neonatal y pediátrica.
Explicó Vargas Rojas que tuvo el propósito de estabilizar los pagos de los trabajadores. “Por eso no solo nos enfocamos en el pago puntual, sino que también se cambió la modalidad de contratación”, según registra la nota en la edición de hoy que publicamos.
“También se mostraron cifras positivas como el aumento de un 35,43 % en la facturación, que pasó de $43.185 millones a $58.486 millones en diciembre del año anterior. Explicó también que las cuentas por cobrar tuvieron una disminución de 19,54 %.”
Vargas dijo que se propone avanzar en el proceso de estabilización de la operación corriente, así como el pago de la deuda a trabajadores de vigencias anteriores por $18.701 millones y fortalecer la contratación de servicios con las EPS, dado que ya varias han creído este hospital regional.
“El principal reto es poner en funcionamiento el servicio de urgencias, que viene con 80 camillas. Va a ser una de las urgencias más grandes de este país. El segundo reto es la consecución de los recursos para pagar la deuda a los trabajadores, que son alrededor de los 18 mil millones de pesos”, mencionó, pero fundamentalmente se refiere a aquellas que quedaron congeladas por efecto de la intervención. Del pabellón de urgencias esperamos la inminente terminación de la obra por parte de la Gobernación.
El otro desafío son las pérdidas. Aunque disminuyeron frente al 2021, durante el 2022, el Hospital Rosario Pumarejo registró una pérdida acumulada de $26.087 millones. En comparación con la vigencia 2021, que ascendió a $81.136 millones, presentó una disminución equivalente a un 67,8 %.
Los resultados de la intervención, puestos en balance, son positivos.
Esperamos que el nivel de confianza aumente día a día y ese buen ejemplo sirva de incentivo para que la administración de nuestra empresa de servicios públicos, Emdupar, también siga un buen derrotero. Igual en manos de la Nación, ante el grado de politiquería y falta de administración que llevó nuestra clase política a esas entidades.
De Valledupar siempre se decía en toda la amplia provincia que tenía el mejor hospital, la buena empresa de agua, el mejor balneario: Hurtado, el mejor Festival, la más bella plaza y el santo más milagroso, Santo Eccehomo. Todos atributos hechos, manejados y admirados, durante décadas por los vallenatos, con especial reconocimiento.
Las dos primeras preseas del orgullo vallenato hoy están en periodo de prueba y recuperación por la intervención central, lo cual, aunque lamentable, se ha convertido en una oportunidad de supervivencia.