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Columnista - 17 julio, 2012

Baja el ritmo

Amylkar D. Acosta M1 Las más recientes cifras del DANE atinentes al desempeño de la economía en el primer trimestre de 2012 no son alentadoras, sobre todo si las miramos en perspectiva: crecimiento del PIB 4.7%. Prima facie el crecimiento registrado del 4.7% era relativamente razonable, sobre todo en un contexto en el que las […]

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Amylkar D. Acosta M1

Las más recientes cifras del DANE atinentes al desempeño de la economía en el primer trimestre de 2012 no son alentadoras, sobre todo si las miramos en perspectiva: crecimiento del PIB 4.7%. Prima facie el crecimiento registrado del 4.7% era relativamente razonable, sobre todo en un contexto en el que las principales economías del mundo están atravesando por momentos difíciles, pero, como afirma ANIF, resulta “decepcionante frente al rango 5% – 5.5% que esperaba meses atrás el grueso de los analistas locales e internacionales”.
La economía colombiana después de una caída del crecimiento del PIB del 3.5% en 2008 al 1.7% en 2009 se venía recuperando rápidamente hasta alcanzar un crecimiento del PIB del 4% en 2010 y 5.9% en 2011. Pero, este último año, a pesar de que dicha tasa de crecimiento fue alta, terminó en baja marcando un cambio de tendencia. En efecto, mientras en el tercer trimestre de 2011 el crecimiento del PIB fue de 7.5% el último trimestre fue de 6.1% y comenzamos este año en las mismas. De modo que el primer trimestre de este año es el segundo trimestre en el que el ritmo de crecimiento de la economía decae; de ello es fácil colegir que estamos en presencia de una desaceleración de la economía.

Que no es tan “leve”, como lo estima la Junta directiva del Banco de la República, si tenemos en cuenta que si se compara el crecimiento del PIB en el primer trimestre de este año con el crecimiento del PIB del último trimestre del año anterior, es fácil concluir que el incremento fue de sólo 0.27% (¡!). Sólo Brasil creció menos que Colombia en la región, con el 0.2%. Entre tanto el crecimiento del PIB en el primer trimestre del año pasado, ese mismo incremento fue de 1.6%, es decir 6 veces mayor (¡!), luego, como lo advierte el analista Mauricio Cabrera “sí se puede afirmar que ha habido un abrupto cambio de tendencia…Se trata de un frenazo en seco que se acerca a los límites de la recesión”.
Sorprende sobremanera y resulta tan irónico como difícil de explicarse cómo es que siendo el atraso en infraestructura el mayor cuello de botella para la competitividad del país, según las cifras del DANE sobre crecimiento del PIB, es precisamente el rubro de las obras civiles el que acusa una caída estrepitosa del 8.1% en el primer trimestre de este año. Y de contera, el año anterior fue este mismo sector el que mostró un mayor rezago en la ejecución del presupuesto de inversión, con sólo el 60%.
Podemos decir que el débil crecimiento del sector industrial en este primer trimestre, de sólo 0.6% frente al 4.5% de igual período de 2011 y la recaída del agro (- 0.4%) y la construcción (- 0.6%) se constituyen en alertas tempranas ante la amenaza que se cierne por un entorno internacional adverso. Esta tendencia se confirma con el registro de la caída de la producción industrial en marzo de – 0.9% y en abril del – 1.6%, que contrasta con el crecimiento del 2% en abril de 2011. Ello es tanto más preocupante, habida cuenta que aún no se han sentido mayormente los coletazos de la onda recesiva que cobra fuerza en la economía global y el hecho de tener que enfrentar los desafíos de la entrada en vigencia de los TLCs -los cuales conllevan la desgravación arancelaria generalizada- en medio de una revaluación del peso que ya supera en lo corrido del año el 8%.
Hasta ahora las causas del desplome de la actividad económica responden más a causas endógenas que exógenas. La demanda interna, que venía siendo uno de los mayores impulsores del crecimiento, ha empezado a perder tracción; aunque todavía en este primer trimestre tuvo un buen comportamiento, con un aumento de 6.1%, estuvo por debajo del 8.8% del primer trimestre de 2011. Por su parte las exportaciones crecieron sólo el 3% contra el 47.2% de 2011, en tanto que las importaciones crecieron el 13%, mucho más que las exportaciones y la demanda interna. Lo que quiere decir que buena parte de las compras de los hogares son productos importados, poniéndole otro freno al crecimiento.
Y no nos hagamos ilusiones con que ahora que ha entrado en vigencia el TLC con EEUU la economía dizque va a crecer más; que más prueba en contrario que México, cuya economía creció a un ritmo promedio del 6.6% entre 1950 y 1980 y lo que hace que entró en vigor su TLC con EEUU (NAFTA) el 1º de enero de 1994 sólo crece al 2.6% (¡!). En la última década la economía colombiana ha crecido más sin TLC con EEUU que México con el NAFTA.

Julio de 2012
www.amylkaracosta.net

Columnista
17 julio, 2012

Baja el ritmo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Amylkar D. Acosta

Amylkar D. Acosta M1 Las más recientes cifras del DANE atinentes al desempeño de la economía en el primer trimestre de 2012 no son alentadoras, sobre todo si las miramos en perspectiva: crecimiento del PIB 4.7%. Prima facie el crecimiento registrado del 4.7% era relativamente razonable, sobre todo en un contexto en el que las […]


Amylkar D. Acosta M1

Las más recientes cifras del DANE atinentes al desempeño de la economía en el primer trimestre de 2012 no son alentadoras, sobre todo si las miramos en perspectiva: crecimiento del PIB 4.7%. Prima facie el crecimiento registrado del 4.7% era relativamente razonable, sobre todo en un contexto en el que las principales economías del mundo están atravesando por momentos difíciles, pero, como afirma ANIF, resulta “decepcionante frente al rango 5% – 5.5% que esperaba meses atrás el grueso de los analistas locales e internacionales”.
La economía colombiana después de una caída del crecimiento del PIB del 3.5% en 2008 al 1.7% en 2009 se venía recuperando rápidamente hasta alcanzar un crecimiento del PIB del 4% en 2010 y 5.9% en 2011. Pero, este último año, a pesar de que dicha tasa de crecimiento fue alta, terminó en baja marcando un cambio de tendencia. En efecto, mientras en el tercer trimestre de 2011 el crecimiento del PIB fue de 7.5% el último trimestre fue de 6.1% y comenzamos este año en las mismas. De modo que el primer trimestre de este año es el segundo trimestre en el que el ritmo de crecimiento de la economía decae; de ello es fácil colegir que estamos en presencia de una desaceleración de la economía.

Que no es tan “leve”, como lo estima la Junta directiva del Banco de la República, si tenemos en cuenta que si se compara el crecimiento del PIB en el primer trimestre de este año con el crecimiento del PIB del último trimestre del año anterior, es fácil concluir que el incremento fue de sólo 0.27% (¡!). Sólo Brasil creció menos que Colombia en la región, con el 0.2%. Entre tanto el crecimiento del PIB en el primer trimestre del año pasado, ese mismo incremento fue de 1.6%, es decir 6 veces mayor (¡!), luego, como lo advierte el analista Mauricio Cabrera “sí se puede afirmar que ha habido un abrupto cambio de tendencia…Se trata de un frenazo en seco que se acerca a los límites de la recesión”.
Sorprende sobremanera y resulta tan irónico como difícil de explicarse cómo es que siendo el atraso en infraestructura el mayor cuello de botella para la competitividad del país, según las cifras del DANE sobre crecimiento del PIB, es precisamente el rubro de las obras civiles el que acusa una caída estrepitosa del 8.1% en el primer trimestre de este año. Y de contera, el año anterior fue este mismo sector el que mostró un mayor rezago en la ejecución del presupuesto de inversión, con sólo el 60%.
Podemos decir que el débil crecimiento del sector industrial en este primer trimestre, de sólo 0.6% frente al 4.5% de igual período de 2011 y la recaída del agro (- 0.4%) y la construcción (- 0.6%) se constituyen en alertas tempranas ante la amenaza que se cierne por un entorno internacional adverso. Esta tendencia se confirma con el registro de la caída de la producción industrial en marzo de – 0.9% y en abril del – 1.6%, que contrasta con el crecimiento del 2% en abril de 2011. Ello es tanto más preocupante, habida cuenta que aún no se han sentido mayormente los coletazos de la onda recesiva que cobra fuerza en la economía global y el hecho de tener que enfrentar los desafíos de la entrada en vigencia de los TLCs -los cuales conllevan la desgravación arancelaria generalizada- en medio de una revaluación del peso que ya supera en lo corrido del año el 8%.
Hasta ahora las causas del desplome de la actividad económica responden más a causas endógenas que exógenas. La demanda interna, que venía siendo uno de los mayores impulsores del crecimiento, ha empezado a perder tracción; aunque todavía en este primer trimestre tuvo un buen comportamiento, con un aumento de 6.1%, estuvo por debajo del 8.8% del primer trimestre de 2011. Por su parte las exportaciones crecieron sólo el 3% contra el 47.2% de 2011, en tanto que las importaciones crecieron el 13%, mucho más que las exportaciones y la demanda interna. Lo que quiere decir que buena parte de las compras de los hogares son productos importados, poniéndole otro freno al crecimiento.
Y no nos hagamos ilusiones con que ahora que ha entrado en vigencia el TLC con EEUU la economía dizque va a crecer más; que más prueba en contrario que México, cuya economía creció a un ritmo promedio del 6.6% entre 1950 y 1980 y lo que hace que entró en vigor su TLC con EEUU (NAFTA) el 1º de enero de 1994 sólo crece al 2.6% (¡!). En la última década la economía colombiana ha crecido más sin TLC con EEUU que México con el NAFTA.

Julio de 2012
www.amylkaracosta.net