En el corregimiento de Badillo se apoderaron de todas las sabanas comunales y el Consejo Comunitario lucha por recuperarlas.
Badillo es un corregimiento ubicado en el norte de Valledupar, rodeado por hermosos paisajes que han inspirado a grandes compositores de la música vallenata. Sus terrenos están tupidos de matas de arroz, otros por palmas de aceite y el resto son utilizados para la ganadería.
Sin embargo, Miguel Vega, miembro del Consejo Comunitario de esa población, asegura que detrás del aparente progreso y desarrollo del campo de la zona, hay una historia oscura de despojo de terrenos comunales, que ahora están en manos de privados.
“Tengo 66 años, conocí lo que fueron las sábanas comunales desde Badillo hasta el cerro de Los Mamones, una extensión de más de mil hectáreas y hoy en día no tenemos nada. Todos los foráneos y la gente que tuvo dinero la cercaron”, contó en el Encuentro de Consejos Comunitarios del Caribe, realizado ayer en Valledupar.
El veterano trajo a colación el título entregado por la Corona Española a los primeros habitantes de este poblado, donde las nuevas generaciones de badilleros hoy reclaman al Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, la titulación colectiva de los más de 4.000 hectáreas que le han sido despojadas.
“Fue una despensa agrícola para el abastecimiento de las tropas en la época de la conquista. Cuando el Rey ordena fundar la ciudad de los Santos Reyes (Valledupar), Badillo queda solo cuando los españoles se van y quedan los afrodescendientes; ahí le otorgan un título colonial a la iglesia, es un título de más o menos dos kilómetros a la redonda de la ermita”, afirmó.
Por su parte, Franklin Daza, otro miembro del consejo comunitario de las comunidades afrodescendientes de Badillo, aseguró que las 300 viviendas que hay en el corregimiento no dan abasto para la creciente población de 1600 personas.
“Nosotros no vamos a invadir terrenos a nadie, nosotros estamos reclamando un derecho que se nos ha venido negando y lo estamos reclamando al Gobierno Nacional. No podemos aspirar a proyectos de viviendas porque no hay un centímetro donde construir porque todo está cercado, sabiendo que casi todo son terrenos baldíos de los que terratenientes se fueron apoderando, algunos vendieron y otros regalaron”, explicó Daza.
Exigen titulación colectiva
Badillo, Guacochito, Guaymaral, El Perro y Los Venados, son corregimientos de Valledupar a los cuales el Incoder ha concedido auto de aceptación de las solicitudes de titulación colectiva, y en los que debe hacer visita técnica para decidir si otorga o no la reclamación de los Consejos Comunitarios.
Así lo explicó Johana Herrera Arango, investigadora del Departamento de Desarrollo Rural y Regional del Observatorio de Territorios Étnicos y Campesinos de la Pontificia Universidad Javeriana, que viene trabajando en el tema de los baldíos reservados y comunidades afrodescendientes desde el 2009.
“Aquí todavía hay invasión de las sabanas comunales, la gente todos los días está enfrentando procesos de usurpación de territorio tradicional. Como no tienen ningún título sobre esas tierras, no tienen como reclamarlas, lo que hacen en estos casos es ayudarle a una labor del Estado que es la que administra esos bienes de uso público y denunciar esas invasiones que les están afectando a ellos directamente”, sostuvo la investigadora.
Para Herrera, el caso de Badillo es el más preocupante y urge la intervención del Incoder.
“Al Incoder le compete hacer un proceso de clarificación de la propiedad, incluso le compete hacer un proceso de deslinde de las sabanas comunales. Badillo creemos que es un caso en el que la institucionalidad todavía no tiene los instrumentos para enfrentar esto”, anotó.
Además sostuvo que una vez los títulos colectivos sean otorgados a los Consejos Comunitarios, estos tienen que administrarlos para el provecho de la comunidad.
“Vemos en las comunidades de Badillo que ni quisiera tienen acceso al río, porque las empresas de arroz han privatizado todo el uso de la sabana y playones; la gente para acceder a ciertos espacios del río tienen que pedir permiso, cuando se supone que es un bien de uso público”, denunció.
Entre tanto, el coordinador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en el Cesar, Gabriel Turriago, explicó el papel que cumple el PNUD en este proceso de reclamación de las comunidades afrodescendientes.
“Venimos trabajando con las comunidades más vulnerables, una de esas los consejos comunitarios de poblaciones afro y para eso lo que hemos hecho es fortalecer el proceso organizativo y de conocimiento de esas comunidades para que ellas mismas también conozcan cuales son los marcos normativos a los que tienen derecho y sobre los cuales pueden trabajar”, expresó el funcionario en el Encuentro de Consejos Comunitarios del Caribe, en el que participaron delegaciones de Zona Bananera en Magdalena y de Cartagena.
Otras denuncias
Erilso Rueda Valera, miembro del Consejo Comunitario de poblaciones afrodescendientes del corregimiento Los Venados, al sur de Valledupar, habló de las solicitudes que han hecho al Incoder para que en su tierra natal no se repita la historia de Badillo.
“Le pedimos a Incoder para mirar que la gente ubicada alrededor de la sabana están sacando mucho las cercas y nos han quitado mucho terreno que eran sabanas y hoy pertenecen a terceros que no son comunidades negras. Estamos buscando con Incoder que se nos dé una titulación colectiva para blindar ese terreno y que nadie se nos pueda meter allá sin pedir permiso a nosotros”, aseveró.
Mientras que Efraín Valera, del corregimiento Guaymaral, dijo que “la mayoría de los terrenos fueron cercados por terratenientes que llegaban de otras partes y preservamos alrededor de 1.700 hectáreas en la sabana y 400 en los playones, para lo cual hicimos la solicitud de titulación colectiva al Incoder y esperamos poder defender estos terrenos que son de toda la comunidad”.
–CIFRA–
Un total de 4.000 hectáreas de lotes baldíos fueron usurpados en Badillo, corregimiento de Valledupar.
Por Martín Elías Mendoza
[email protected]
En el corregimiento de Badillo se apoderaron de todas las sabanas comunales y el Consejo Comunitario lucha por recuperarlas.
Badillo es un corregimiento ubicado en el norte de Valledupar, rodeado por hermosos paisajes que han inspirado a grandes compositores de la música vallenata. Sus terrenos están tupidos de matas de arroz, otros por palmas de aceite y el resto son utilizados para la ganadería.
Sin embargo, Miguel Vega, miembro del Consejo Comunitario de esa población, asegura que detrás del aparente progreso y desarrollo del campo de la zona, hay una historia oscura de despojo de terrenos comunales, que ahora están en manos de privados.
“Tengo 66 años, conocí lo que fueron las sábanas comunales desde Badillo hasta el cerro de Los Mamones, una extensión de más de mil hectáreas y hoy en día no tenemos nada. Todos los foráneos y la gente que tuvo dinero la cercaron”, contó en el Encuentro de Consejos Comunitarios del Caribe, realizado ayer en Valledupar.
El veterano trajo a colación el título entregado por la Corona Española a los primeros habitantes de este poblado, donde las nuevas generaciones de badilleros hoy reclaman al Instituto Colombiano de Desarrollo Rural, Incoder, la titulación colectiva de los más de 4.000 hectáreas que le han sido despojadas.
“Fue una despensa agrícola para el abastecimiento de las tropas en la época de la conquista. Cuando el Rey ordena fundar la ciudad de los Santos Reyes (Valledupar), Badillo queda solo cuando los españoles se van y quedan los afrodescendientes; ahí le otorgan un título colonial a la iglesia, es un título de más o menos dos kilómetros a la redonda de la ermita”, afirmó.
Por su parte, Franklin Daza, otro miembro del consejo comunitario de las comunidades afrodescendientes de Badillo, aseguró que las 300 viviendas que hay en el corregimiento no dan abasto para la creciente población de 1600 personas.
“Nosotros no vamos a invadir terrenos a nadie, nosotros estamos reclamando un derecho que se nos ha venido negando y lo estamos reclamando al Gobierno Nacional. No podemos aspirar a proyectos de viviendas porque no hay un centímetro donde construir porque todo está cercado, sabiendo que casi todo son terrenos baldíos de los que terratenientes se fueron apoderando, algunos vendieron y otros regalaron”, explicó Daza.
Exigen titulación colectiva
Badillo, Guacochito, Guaymaral, El Perro y Los Venados, son corregimientos de Valledupar a los cuales el Incoder ha concedido auto de aceptación de las solicitudes de titulación colectiva, y en los que debe hacer visita técnica para decidir si otorga o no la reclamación de los Consejos Comunitarios.
Así lo explicó Johana Herrera Arango, investigadora del Departamento de Desarrollo Rural y Regional del Observatorio de Territorios Étnicos y Campesinos de la Pontificia Universidad Javeriana, que viene trabajando en el tema de los baldíos reservados y comunidades afrodescendientes desde el 2009.
“Aquí todavía hay invasión de las sabanas comunales, la gente todos los días está enfrentando procesos de usurpación de territorio tradicional. Como no tienen ningún título sobre esas tierras, no tienen como reclamarlas, lo que hacen en estos casos es ayudarle a una labor del Estado que es la que administra esos bienes de uso público y denunciar esas invasiones que les están afectando a ellos directamente”, sostuvo la investigadora.
Para Herrera, el caso de Badillo es el más preocupante y urge la intervención del Incoder.
“Al Incoder le compete hacer un proceso de clarificación de la propiedad, incluso le compete hacer un proceso de deslinde de las sabanas comunales. Badillo creemos que es un caso en el que la institucionalidad todavía no tiene los instrumentos para enfrentar esto”, anotó.
Además sostuvo que una vez los títulos colectivos sean otorgados a los Consejos Comunitarios, estos tienen que administrarlos para el provecho de la comunidad.
“Vemos en las comunidades de Badillo que ni quisiera tienen acceso al río, porque las empresas de arroz han privatizado todo el uso de la sabana y playones; la gente para acceder a ciertos espacios del río tienen que pedir permiso, cuando se supone que es un bien de uso público”, denunció.
Entre tanto, el coordinador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en el Cesar, Gabriel Turriago, explicó el papel que cumple el PNUD en este proceso de reclamación de las comunidades afrodescendientes.
“Venimos trabajando con las comunidades más vulnerables, una de esas los consejos comunitarios de poblaciones afro y para eso lo que hemos hecho es fortalecer el proceso organizativo y de conocimiento de esas comunidades para que ellas mismas también conozcan cuales son los marcos normativos a los que tienen derecho y sobre los cuales pueden trabajar”, expresó el funcionario en el Encuentro de Consejos Comunitarios del Caribe, en el que participaron delegaciones de Zona Bananera en Magdalena y de Cartagena.
Otras denuncias
Erilso Rueda Valera, miembro del Consejo Comunitario de poblaciones afrodescendientes del corregimiento Los Venados, al sur de Valledupar, habló de las solicitudes que han hecho al Incoder para que en su tierra natal no se repita la historia de Badillo.
“Le pedimos a Incoder para mirar que la gente ubicada alrededor de la sabana están sacando mucho las cercas y nos han quitado mucho terreno que eran sabanas y hoy pertenecen a terceros que no son comunidades negras. Estamos buscando con Incoder que se nos dé una titulación colectiva para blindar ese terreno y que nadie se nos pueda meter allá sin pedir permiso a nosotros”, aseveró.
Mientras que Efraín Valera, del corregimiento Guaymaral, dijo que “la mayoría de los terrenos fueron cercados por terratenientes que llegaban de otras partes y preservamos alrededor de 1.700 hectáreas en la sabana y 400 en los playones, para lo cual hicimos la solicitud de titulación colectiva al Incoder y esperamos poder defender estos terrenos que son de toda la comunidad”.
–CIFRA–
Un total de 4.000 hectáreas de lotes baldíos fueron usurpados en Badillo, corregimiento de Valledupar.
Por Martín Elías Mendoza
[email protected]