En el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Valledupar continuará hoy la etapa probatoria del juicio en contra del teniente Carlos Andrés Lora Cabrales y los cabos terceros Luis Francisco Aragón Buelvas y Jairo Antonio Rodríguez Castro, militares del batallón La Popa, involucrados en un caso de falso positivo en el corregimiento de Media Luna, jurisdicción del municipio de San Diego.
Estos militares, que lideraban el denominado grupo ‘Trueno’ de la Décima Brigada del Ejército Nacional, son acusados de ordenar la muerte de la estudiante de mercadeo y ventas Tanía Solano Tristancho, de 24 años, y el comerciante Juan Carlos Gálvis Solano, de 28 años, quienes fueron presentados como guerrilleros muertos en combate.
Por este caso, la Fiscalía 66 de la Unidad de Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, también acusa por el delito de homicidio en persona protegida a los soldados  Nibaldo de Jesús Maestre Guerra, Gabriel Eduardo Ortiz Díaz, Andrés Manuel González Medina, Eliécer de Jesús López, Félix Martínez Correa, Luis Hernán Salgado Flórez y Ademar Tarazona Ríos.
Cabe anotar que el soldado Abel Domingo Salcedo Jiménez, se acogió a sentencia anticipada, tras confesar que asesinó a la joven de 24 años por orden de uno de sus superiores, crimen por el cual recibió una pena de 35 años de prisión.
En la diligencia que inició ayer, en el cuarto piso del Palacio de Justicia de Valledupar y que continuará hoy, brilla por su ausencia el teniente Carlos Andrés Lora Cabrales, quien permanece a disposición del Ejército en la base militar de Tolemaida.

Los hechos
El 17 de agosto de 2003,  en el sitio conocido como Sol Caliente, zona rural del corregimiento de Media Luna, jurisdicción del municipio de San Diego, fueron presentados como guerrilleros abatidos en combate a la estudiante de mercadeo y ventas Tanía Solano Tristancho, de 24 años y al comerciante Juan Carlos Gálvis Solano, de 28 años, quienes se movilizaban en una motocicleta por la vía que comunica a los corregimiento ‘Los Encantos’ con Media Luna.
La Fiscalía recogió testimonios de pobladores de la zona, quienes manifestaron que los dos jóvenes fueron detenidos en un retén del Ejército, por lo que se desvirtuó el enfrentamiento armado.
Además las pruebas técnicas realizadas a los cadáveres demostraron la inexistencia de residuos de disparos y también se desvirtuó el porte de armas de largo alcance, teniendo en cuenta que se movilizaban en una motocicleta por una carretera destapada.