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Columnista - 26 febrero, 2011

Atentados contra el espacio público

Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA Abogada – Especialista en Derecho Urbano En la mente del colectivo está generalizado el concepto de que el espacio público es un determinado lugar en donde se puede disfrutar del paisaje ó que sirve para la recreación,  y aunque el espacio público, si tiene un elemento paisajístico y lúdico, en […]

Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA
Abogada – Especialista en Derecho Urbano

En la mente del colectivo está generalizado el concepto de que el espacio público es un determinado lugar en donde se puede disfrutar del paisaje ó que sirve para la recreación,  y aunque el espacio público, si tiene un elemento paisajístico y lúdico, en realidad es mucho más que eso.
Su definición taxativa la encontramos en el artículo 5º de la Ley 9ª de 1989.  Es decir, del espacio público hacen parte la señalización, el mobiliario urbano, áreas para circulación peatonal, áreas para el encuentro y la articulación urbana, las plazas, los parques, las áreas de conservación cultural y arquitectónica.
En fin, el espacio público es el que nos concierne a todos, pero en Valledupar, tal pareciera que no le concierne a nadie, sólo así se explica el grado de indiferencia de sus habitantes con el entorno que nos rodea, cada día es mayor el deterioro de la ciudad y la desidia tanto de las autoridades como de la comunidad, en preservar el espacio público, y es por ello que he querido traer a colación  los abusos más recurrentes contra el espacio público y que aquí encajan perfectamente:
1. La presencia masiva, indiscriminada y sin regulación alguna,  de vendedores informales, de toda clase de productos, en los andenes, calles, y parques.
2. La irresponsabilidad de algunos urbanizadores y constructores que incumplen sus obligaciones urbanísticas de entregar, dotar y escriturar adecuadamente las áreas de cesión  urbanísticas gratuitas a favor del Municipio.
3. El ejercicio de actividades comerciales formales  que “amplían” ilícitamente sus establecimientos de comercio utilizando el espacio público como vitrina o mostrador de sus mercancías, obstaculizando el paso de los peatones.
4. Arrojar basuras en vías públicas, cuerpos de agua y humedales.
5. El estacionamiento de vehículos sobre el espacio público, no adecuado para tal fin: calzadas, andenes y antejardines.
6. Los actos de vandalismo que se cometen contra el mobiliario urbano, las luminarias peatonales y vehiculares y los elementos de señalización vial, entre muchos otros, verbigracia lo que sucedió en el parque Garupal con motivos de la celebración de los carnavales.
7. La contaminación visual por la proliferación de publicidad exterior visual en el espacio público, sobre todo  en épocas de campañas políticas, cuando se empapela la ciudad  con propaganda de  los candidatos, pero que después  de la campaña muy pocos limpian y menos si los resultados le son adversos.
8. Quema de los lotes enmontados, porque siempre será más barato quemar que limpiar,  generando contaminación ambiental.
Todo esto ocurre, como mencioné anteriormente,  ante la mirada pasiva de la autoridad municipal  y ciudadanos, porque si bien es cierto, en la primera radica el “Deber del Estado de velar por la protección de la integridad del espacio público”, no es menos cierto que nosotros, como ciudadanos, también tenemos el deber de coadyuvar en este propósito.
Para frenar estos abusos,  que ya nos están costando caro y que en un futuro más cercano que lejano afectarán de manera irreversible nuestras vidas en relación con el ambiente, se requiere prevención,  mano firme, control, y sanciones ejemplares, no más normas ineficaces  que sólo se quedan  en buenas intenciones y en campañas pedagógicas que nadie respeta, necesitamos ACCIONES.
La última perla: Al lado precisamente de la calzada que no está pavimentada que conduce al Colegio Rodolfo Campo Soto de COMFACESAR, desde hace quince (15) días funciona una venta de comida, improvisada en un cambuche, en una zona de alto impacto vehicular sobre todo en horas de la mañana y el medio día, autoridades, puede ocasionarse allí un grave accidente, prevengamos para no lamentar después.

[email protected]

Columnista
26 febrero, 2011

Atentados contra el espacio público

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Claudia Nùñez Padilla

Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA Abogada – Especialista en Derecho Urbano En la mente del colectivo está generalizado el concepto de que el espacio público es un determinado lugar en donde se puede disfrutar del paisaje ó que sirve para la recreación,  y aunque el espacio público, si tiene un elemento paisajístico y lúdico, en […]


Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA
Abogada – Especialista en Derecho Urbano

En la mente del colectivo está generalizado el concepto de que el espacio público es un determinado lugar en donde se puede disfrutar del paisaje ó que sirve para la recreación,  y aunque el espacio público, si tiene un elemento paisajístico y lúdico, en realidad es mucho más que eso.
Su definición taxativa la encontramos en el artículo 5º de la Ley 9ª de 1989.  Es decir, del espacio público hacen parte la señalización, el mobiliario urbano, áreas para circulación peatonal, áreas para el encuentro y la articulación urbana, las plazas, los parques, las áreas de conservación cultural y arquitectónica.
En fin, el espacio público es el que nos concierne a todos, pero en Valledupar, tal pareciera que no le concierne a nadie, sólo así se explica el grado de indiferencia de sus habitantes con el entorno que nos rodea, cada día es mayor el deterioro de la ciudad y la desidia tanto de las autoridades como de la comunidad, en preservar el espacio público, y es por ello que he querido traer a colación  los abusos más recurrentes contra el espacio público y que aquí encajan perfectamente:
1. La presencia masiva, indiscriminada y sin regulación alguna,  de vendedores informales, de toda clase de productos, en los andenes, calles, y parques.
2. La irresponsabilidad de algunos urbanizadores y constructores que incumplen sus obligaciones urbanísticas de entregar, dotar y escriturar adecuadamente las áreas de cesión  urbanísticas gratuitas a favor del Municipio.
3. El ejercicio de actividades comerciales formales  que “amplían” ilícitamente sus establecimientos de comercio utilizando el espacio público como vitrina o mostrador de sus mercancías, obstaculizando el paso de los peatones.
4. Arrojar basuras en vías públicas, cuerpos de agua y humedales.
5. El estacionamiento de vehículos sobre el espacio público, no adecuado para tal fin: calzadas, andenes y antejardines.
6. Los actos de vandalismo que se cometen contra el mobiliario urbano, las luminarias peatonales y vehiculares y los elementos de señalización vial, entre muchos otros, verbigracia lo que sucedió en el parque Garupal con motivos de la celebración de los carnavales.
7. La contaminación visual por la proliferación de publicidad exterior visual en el espacio público, sobre todo  en épocas de campañas políticas, cuando se empapela la ciudad  con propaganda de  los candidatos, pero que después  de la campaña muy pocos limpian y menos si los resultados le son adversos.
8. Quema de los lotes enmontados, porque siempre será más barato quemar que limpiar,  generando contaminación ambiental.
Todo esto ocurre, como mencioné anteriormente,  ante la mirada pasiva de la autoridad municipal  y ciudadanos, porque si bien es cierto, en la primera radica el “Deber del Estado de velar por la protección de la integridad del espacio público”, no es menos cierto que nosotros, como ciudadanos, también tenemos el deber de coadyuvar en este propósito.
Para frenar estos abusos,  que ya nos están costando caro y que en un futuro más cercano que lejano afectarán de manera irreversible nuestras vidas en relación con el ambiente, se requiere prevención,  mano firme, control, y sanciones ejemplares, no más normas ineficaces  que sólo se quedan  en buenas intenciones y en campañas pedagógicas que nadie respeta, necesitamos ACCIONES.
La última perla: Al lado precisamente de la calzada que no está pavimentada que conduce al Colegio Rodolfo Campo Soto de COMFACESAR, desde hace quince (15) días funciona una venta de comida, improvisada en un cambuche, en una zona de alto impacto vehicular sobre todo en horas de la mañana y el medio día, autoridades, puede ocasionarse allí un grave accidente, prevengamos para no lamentar después.

[email protected]