Dos niñas que trataban de salir a jugar a la terraza de la vivienda, lograron salvarse al refugiarse en una de las alcobas.
Pérdidas materiales en paredes, vidrios de ventanales, fachadas de viviendas, vitrinas y otros elementos, al igual que pánico y zozobra, causó el estallido de un petardo de regular poder explosivo lanzado por cuatro hombres, que se movilizaban en dos motocicletas, contra la residencia de una pareja de esposos defensores de los Derechos Humanos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y Serranía de Perijá en el Cesar, quienes por fortuna resultaron ilesos junto a sus hijos y demás familiares.
El atentado terrorista se registró hacia las 8:45 de la noche del pasado sábado contra la vivienda demarcada con el número 31-98 de la calle 50 en la urbanización Don Carmelo, localizada en el sur de Valledupar, donde el artefacto de fabricación artesanal cargado con metralla causó un cráter de unos 15 centímetros de diámetro frente a la puerta de la entrada principal del inmueble y produjo perforaciones en la puerta metálica, averió vidrios, el cielo raso y el piso de la terraza. La onda explosiva, además, destruyó vidrios de ventanales y vitrinas en varias viviendas localizadas en los alrededores.
Dos menores hijas de los defensores de Derechos Humanos, estuvieron a punto de ser alcanzadas por el petardo, cuando intentaron salir a jugar a la terraza de la vivienda.
Reacción de los menores
“Todavía era temprano, dejamos de ver televisión y le dije a mi hermanita que saliéramos a jugar un rato a la puerta de la calle, pero ésta estaba cerrada. Yo alcancé a ver a un hombre que tenía algo en una de las manos y que pretendía meterla por la reja. Yo me llené de miedo, agarré de un brazo a mi hermanita menor y nos metimos a la primera habitación y a los pocos segundos sentí una explosión. La verdad, es que no sé cómo me llené de valor y observé la malicia de ese hombre y me puse a pensar que algo iba a pasar”, relató una menor de 9 años que estuvo a punto de haberse convertido, junto con su hermanita, en víctimas de la acción terrorista.
“Fue algo que nunca esperaba”
La incertidumbre, el desespero, el miedo y algo sin explicación, se apoderó de la pareja de esposos: Elvia Cuadro Pizarro, una psicóloga social comunitaria, quien además es la defensora comunitaria para los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y los Yukpas de la Serranía de Perijá, y de Pedro Manuel Loperena, comisionado de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas Wiwa.
“Nosotros no hemos tenido amenazas de muerte, ni hemos sido objeto de exigencias económicas por parte de los grupos armados al margen de la ley. La verdad, que no sabemos de dónde puede provenir esa acción terrorista. Fue algo que jamás esperamos, porque no tenemos ningún inconveniente para movilizarnos tranquilos por cualquier parte. Mi esposo, junto con mis hijos estaban en casa, yo en ese momento no estaba, pero de todas maneras el atentado fue contra mi casa y espero que las autoridades investiguen hasta esclarecer los hechos”, aseguró la defensora de los Derechos Humanos, quien está adscrita a la Defensoría del Pueblo del Cesar.
Dos niñas que trataban de salir a jugar a la terraza de la vivienda, lograron salvarse al refugiarse en una de las alcobas.
Pérdidas materiales en paredes, vidrios de ventanales, fachadas de viviendas, vitrinas y otros elementos, al igual que pánico y zozobra, causó el estallido de un petardo de regular poder explosivo lanzado por cuatro hombres, que se movilizaban en dos motocicletas, contra la residencia de una pareja de esposos defensores de los Derechos Humanos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y Serranía de Perijá en el Cesar, quienes por fortuna resultaron ilesos junto a sus hijos y demás familiares.
El atentado terrorista se registró hacia las 8:45 de la noche del pasado sábado contra la vivienda demarcada con el número 31-98 de la calle 50 en la urbanización Don Carmelo, localizada en el sur de Valledupar, donde el artefacto de fabricación artesanal cargado con metralla causó un cráter de unos 15 centímetros de diámetro frente a la puerta de la entrada principal del inmueble y produjo perforaciones en la puerta metálica, averió vidrios, el cielo raso y el piso de la terraza. La onda explosiva, además, destruyó vidrios de ventanales y vitrinas en varias viviendas localizadas en los alrededores.
Dos menores hijas de los defensores de Derechos Humanos, estuvieron a punto de ser alcanzadas por el petardo, cuando intentaron salir a jugar a la terraza de la vivienda.
Reacción de los menores
“Todavía era temprano, dejamos de ver televisión y le dije a mi hermanita que saliéramos a jugar un rato a la puerta de la calle, pero ésta estaba cerrada. Yo alcancé a ver a un hombre que tenía algo en una de las manos y que pretendía meterla por la reja. Yo me llené de miedo, agarré de un brazo a mi hermanita menor y nos metimos a la primera habitación y a los pocos segundos sentí una explosión. La verdad, es que no sé cómo me llené de valor y observé la malicia de ese hombre y me puse a pensar que algo iba a pasar”, relató una menor de 9 años que estuvo a punto de haberse convertido, junto con su hermanita, en víctimas de la acción terrorista.
“Fue algo que nunca esperaba”
La incertidumbre, el desespero, el miedo y algo sin explicación, se apoderó de la pareja de esposos: Elvia Cuadro Pizarro, una psicóloga social comunitaria, quien además es la defensora comunitaria para los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y los Yukpas de la Serranía de Perijá, y de Pedro Manuel Loperena, comisionado de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas Wiwa.
“Nosotros no hemos tenido amenazas de muerte, ni hemos sido objeto de exigencias económicas por parte de los grupos armados al margen de la ley. La verdad, que no sabemos de dónde puede provenir esa acción terrorista. Fue algo que jamás esperamos, porque no tenemos ningún inconveniente para movilizarnos tranquilos por cualquier parte. Mi esposo, junto con mis hijos estaban en casa, yo en ese momento no estaba, pero de todas maneras el atentado fue contra mi casa y espero que las autoridades investiguen hasta esclarecer los hechos”, aseguró la defensora de los Derechos Humanos, quien está adscrita a la Defensoría del Pueblo del Cesar.