Leiner Fernando Paredes Sarabia y Deiver Leal Carvajalino fueron imputados por los delitos de secuestro extorsivo agravado, tortura y fabricación, tráfico o porte de arma de fuego.
El análisis de abonados telefónicos, los videos de cámaras de seguridad y algunas entrevistas fueron piezas fundamentales para enviar a prisión a Leiner Fernando Paredes Sarabia y Deiver Leal Carvajalino como las personas que, presuntamente, participaron en el secuestro del adolescente Nicolás Picón en Aguachica, sur del Cesar.
Así quedó revelado la noche del lunes en la finalización de las audiencias preliminares de legalización de captura, imputación de cargos e imposición de medida de aseguramiento.
En la diligencia, el juez valoró los elementos de prueba de la Fiscalía entre esos una entrevista del padre del menor que indicó que un conocido de ellos identificado como Deiver era uno de los sospechosos del plagio.
“Manifiesta que su hijo le había contado que en varias oportunidades uno de los imputados le había solicitado salir e igualmente había sido invitado para pescar y demás, pero que él mismo rechazó la invitación; sospechaba de él porque se le hacía extraña la situación y además de eso tuvo conocimiento que andaba en diligencias extrañas”, mencionó el juez de control de garantías de Aguachica.
Además, la Fiscalía ordenó el análisis y rastreo de los teléfonos celulares de los sospechosos Leiner Paredes y Deiver Leal, encontrando que el pasado 24 de agosto, día de los hechos, ellos mantuvieron comunicaciones.
Por ejemplo, la línea de Deiver Paredes reflejó que el 24 de agosto en horas de la madrugada siendo las 3:42 se encontraba en Ayacucho, Cesar, después siendo las 4:32 a.m., estaba en Los Besotes, asimismo a las 4:44 a.m., se registró en la antena de telefonía celular en Aguachica y para las 7:34 a.m., se encontraba en Guamalito, Norte de Santander, donde reportó señal hasta las 8:48 a.m.
Según la investigación, en el análisis encontraron que esa línea habría recibido una llamada de Leiner Paredes siendo las 5:46 de la mañana con una duración de 127 segundos desde la zona donde justamente se encuentra ubicada la casa de la víctima.
“Teniendo en cuenta el tránsito de las llamadas entrantes y salientes, se relacionan, los ubican de acuerdo a los informes en tiempo y espacio el día 24 de agosto, en el lugar donde se cometió la conducta que es materia de investigación”, expresó el juez.
El trabajo de campo lo reforzaron con la recolección de vídeos de cámaras de seguridad ubicadas en la casa del adolescente y varios establecimientos del municipio con el fin de analizar el itinerario de los delincuentes.
“Dijo la Fiscalía o se refirió a que probablemente esta persona fue entregada a otro grupo, pero recordemos que esa posibilidad… no es simplemente decir que hagan parte o pertenezcan a un grupo delincuencial organizado, sino que debe ser respaldado y en esos elementos no indicaron cuál es esa organización criminal a la que pertenecen y se debe acreditar”, explicó el juez.
Agregó que aún así los implicados representaban un peligro para la víctima, por tanto, debían enfrentar el proceso en un centro carcelario.
“En la declaración que dio el menor manifestó que fue amenazado de muerte y el despacho no puede pasar por alto esa situación, razón por la cual accede a la petición presentada por la Fiscalía”, puntualizó el juez.
Leiner Fernando Paredes Sarabia y Deiver Leal Carvajalino fueron imputados en calidad de coautores por los delitos de secuestro extorsivo agravado, tortura y fabricación, tráfico o porte de arma de fuego.
Los procesados son allegados a la familia Picón debido a que Leiner fue empleado del padre del adolescente y Deiver creció conociéndolos a ellos en la zona donde residía.
Leiner Fernando Paredes Sarabia y Deiver Leal Carvajalino fueron imputados por los delitos de secuestro extorsivo agravado, tortura y fabricación, tráfico o porte de arma de fuego.
El análisis de abonados telefónicos, los videos de cámaras de seguridad y algunas entrevistas fueron piezas fundamentales para enviar a prisión a Leiner Fernando Paredes Sarabia y Deiver Leal Carvajalino como las personas que, presuntamente, participaron en el secuestro del adolescente Nicolás Picón en Aguachica, sur del Cesar.
Así quedó revelado la noche del lunes en la finalización de las audiencias preliminares de legalización de captura, imputación de cargos e imposición de medida de aseguramiento.
En la diligencia, el juez valoró los elementos de prueba de la Fiscalía entre esos una entrevista del padre del menor que indicó que un conocido de ellos identificado como Deiver era uno de los sospechosos del plagio.
“Manifiesta que su hijo le había contado que en varias oportunidades uno de los imputados le había solicitado salir e igualmente había sido invitado para pescar y demás, pero que él mismo rechazó la invitación; sospechaba de él porque se le hacía extraña la situación y además de eso tuvo conocimiento que andaba en diligencias extrañas”, mencionó el juez de control de garantías de Aguachica.
Además, la Fiscalía ordenó el análisis y rastreo de los teléfonos celulares de los sospechosos Leiner Paredes y Deiver Leal, encontrando que el pasado 24 de agosto, día de los hechos, ellos mantuvieron comunicaciones.
Por ejemplo, la línea de Deiver Paredes reflejó que el 24 de agosto en horas de la madrugada siendo las 3:42 se encontraba en Ayacucho, Cesar, después siendo las 4:32 a.m., estaba en Los Besotes, asimismo a las 4:44 a.m., se registró en la antena de telefonía celular en Aguachica y para las 7:34 a.m., se encontraba en Guamalito, Norte de Santander, donde reportó señal hasta las 8:48 a.m.
Según la investigación, en el análisis encontraron que esa línea habría recibido una llamada de Leiner Paredes siendo las 5:46 de la mañana con una duración de 127 segundos desde la zona donde justamente se encuentra ubicada la casa de la víctima.
“Teniendo en cuenta el tránsito de las llamadas entrantes y salientes, se relacionan, los ubican de acuerdo a los informes en tiempo y espacio el día 24 de agosto, en el lugar donde se cometió la conducta que es materia de investigación”, expresó el juez.
El trabajo de campo lo reforzaron con la recolección de vídeos de cámaras de seguridad ubicadas en la casa del adolescente y varios establecimientos del municipio con el fin de analizar el itinerario de los delincuentes.
“Dijo la Fiscalía o se refirió a que probablemente esta persona fue entregada a otro grupo, pero recordemos que esa posibilidad… no es simplemente decir que hagan parte o pertenezcan a un grupo delincuencial organizado, sino que debe ser respaldado y en esos elementos no indicaron cuál es esa organización criminal a la que pertenecen y se debe acreditar”, explicó el juez.
Agregó que aún así los implicados representaban un peligro para la víctima, por tanto, debían enfrentar el proceso en un centro carcelario.
“En la declaración que dio el menor manifestó que fue amenazado de muerte y el despacho no puede pasar por alto esa situación, razón por la cual accede a la petición presentada por la Fiscalía”, puntualizó el juez.
Leiner Fernando Paredes Sarabia y Deiver Leal Carvajalino fueron imputados en calidad de coautores por los delitos de secuestro extorsivo agravado, tortura y fabricación, tráfico o porte de arma de fuego.
Los procesados son allegados a la familia Picón debido a que Leiner fue empleado del padre del adolescente y Deiver creció conociéndolos a ellos en la zona donde residía.