Pocas personas llegaron ayer a Hurtado, contrario a la cantidad que está acostumbrado a recibir este sitio recreacional y turístico de la capital cesarense. El panorama de este sitio de recreación demostró ayer que la venta de licor es lo que más motiva a las personas a visitar el lugar
La apariencia del balneario durante el primer domingo después de la medida de cierre temporal promovida por la Alcaldía Municipal para adelantar labores de mantenimiento y cuidado de la ribera del río, así como recuperar el espacio público y organizar a los vendedores estacionarios, no ha sido muy diferente al domingo que estuvo cerrado.
Aunque ayer ya hacían presencia nuevamente los comerciantes y algunas personas que se acercaron a pasar el día y tomar un reconfortante baño, el porcentaje no era medianamente comparable con lo que normalmente se acostumbra a ver en este lugar que es visitado especialmente durante los fines de semana como espacio de ocio y entretenimiento.
“Estamos acá, la gente viene y se van para otro lado porque qué van a hacer aquí. Por ejemplo, ayer llegaron dos buses con turistas que preguntaron por la venta de cervezas y como no encontraron, se fueron”, expresó Yuleima Murgas, vendedora que atribuye la baja presencia de visitantes a la medida restrictiva ordenada por la administración municipal.
Para los comerciantes ubicados en el balneario, nunca les dijeron que iban a prohibir la venta de licor; por el contrario, les explicaron que la medida buscaba mejorar las condiciones del sector, realizar una inversión de $ 50 millones, instalar baños portátiles, entre otros compromisos que, según los vendedores, aún no se han empezado a ver. De hecho, los comerciantes se vincularon con jornadas de limpieza en el balneario porque comprendieron la necesidad de organizar el espacio.
Por eso, el grupo de personas que generan sus ingresos de las ventas en el río, mantienen una protesta en el balneario y aunque se han acercado a las autoridades, aseguran que no han obtenido respuestas, mientras tratan de sobrevivir debido a la difícil situación que están atravesando desencadenada a partir la prohibición de la venta de licor.
“Yo vendo bebidas y comidas más que todos los viernes, sábados y domingos. La situación económica está crítica y hay veces que así como hago la comida, me la tengo que llevar para la casa, teniendo más pérdidas que ganancias, lo que realmente nos ayuda es la bebida, entonces si no hay bebida, la comida no da, no sirve para nada. Así tenemos 15 días sin trabajo, sin tener con qué comer, todos pagamos arriendo, vivimos de esto trabajando de día y de noche, entonces ahora no tenemos nada para sostenernos”, reiteró Murgas.
Mientras tanto, los 200 comerciantes que hay aproximadamente, dicen que seguirán luchando en tanto esperan soluciones que están dispuestos a acatar, como una reubicación que tenga en cuenta beneficios para ellos y para la sociedad.
Aunque este domingo no hubo una concurrida presencia de personas en el balneario, como es lo habitual, se encontraban grupos de bañistas disfrutando de este espacio, así como algunos turistas que llegaron a conocer este representativo lugar de la ciudad. Camilo Santofimio, oriundo de Ibagué y quien visita Valledupar por primera vez, dijo que la medida le parece “lo máximo, me parece que es la mejor manera de evitar cualquier contratiempo acá con la gente, uno como turista quiere un ambiente sano, entonces un balneario como este que es público que se vuelva de ese ambiente de borrachos, no me parece lo adecuado”.
Para Guillermo Contreras, residente de la ciudad, “es una novedad porque estamos acostumbrados a ver a los vendedores aquí y eso atrae a la gente, sin embargo, creo que es el algo positivo porque hay que organizar de alguna forma y por ahí se puede empezar. Aunque se deben tener en cuenta otros factores como la desviación del caudal del río que es perjudicial”.
Gabriel Acevedo, de Medellín
“Es mejor que cierren esto, no tiene gracia porque uno se entona con cerveza suave, sin necesidad de tomar demasiado que es lo que ocasiona accidentes, pero la cerveza lo refresca a uno”.
Mercedes Herrera, de Santa Marta
“Primera vez que vinimos, no sabíamos de la restricción hasta ahora que lo comentan, pero me parece muy buena, eso genera un ambiente más sano”.
José Alfredo Crespo, vendedor
“La gente viene a pasar su rato sabroso, a tomar su cerveza y se van porque no encuentran nada, varios ya han llegado y se han ido. La gente se está yendo a Badillo, La Vega, aquí el Balneario se perdió, parece un desierto como se ve hasta miedo me da que me vayan a atracar”.
Diva Ballesteros, vendedor
“Somos desplazados, no admitimos que el alcalde por su autoridad venga a quitarnos el bocado de la comida de nosotros y nuestros hijos, vino a quitar todo sin inspeccionar cómo trabajamos y todo lo que hemos construido en estos años, debería fijarse en el pueblo que lo eligió a él como alcalde, donde depositamos nuestro voto de alcalde”.
Por Daniela Rincones Julio
[email protected]
Pocas personas llegaron ayer a Hurtado, contrario a la cantidad que está acostumbrado a recibir este sitio recreacional y turístico de la capital cesarense. El panorama de este sitio de recreación demostró ayer que la venta de licor es lo que más motiva a las personas a visitar el lugar
La apariencia del balneario durante el primer domingo después de la medida de cierre temporal promovida por la Alcaldía Municipal para adelantar labores de mantenimiento y cuidado de la ribera del río, así como recuperar el espacio público y organizar a los vendedores estacionarios, no ha sido muy diferente al domingo que estuvo cerrado.
Aunque ayer ya hacían presencia nuevamente los comerciantes y algunas personas que se acercaron a pasar el día y tomar un reconfortante baño, el porcentaje no era medianamente comparable con lo que normalmente se acostumbra a ver en este lugar que es visitado especialmente durante los fines de semana como espacio de ocio y entretenimiento.
“Estamos acá, la gente viene y se van para otro lado porque qué van a hacer aquí. Por ejemplo, ayer llegaron dos buses con turistas que preguntaron por la venta de cervezas y como no encontraron, se fueron”, expresó Yuleima Murgas, vendedora que atribuye la baja presencia de visitantes a la medida restrictiva ordenada por la administración municipal.
Para los comerciantes ubicados en el balneario, nunca les dijeron que iban a prohibir la venta de licor; por el contrario, les explicaron que la medida buscaba mejorar las condiciones del sector, realizar una inversión de $ 50 millones, instalar baños portátiles, entre otros compromisos que, según los vendedores, aún no se han empezado a ver. De hecho, los comerciantes se vincularon con jornadas de limpieza en el balneario porque comprendieron la necesidad de organizar el espacio.
Por eso, el grupo de personas que generan sus ingresos de las ventas en el río, mantienen una protesta en el balneario y aunque se han acercado a las autoridades, aseguran que no han obtenido respuestas, mientras tratan de sobrevivir debido a la difícil situación que están atravesando desencadenada a partir la prohibición de la venta de licor.
“Yo vendo bebidas y comidas más que todos los viernes, sábados y domingos. La situación económica está crítica y hay veces que así como hago la comida, me la tengo que llevar para la casa, teniendo más pérdidas que ganancias, lo que realmente nos ayuda es la bebida, entonces si no hay bebida, la comida no da, no sirve para nada. Así tenemos 15 días sin trabajo, sin tener con qué comer, todos pagamos arriendo, vivimos de esto trabajando de día y de noche, entonces ahora no tenemos nada para sostenernos”, reiteró Murgas.
Mientras tanto, los 200 comerciantes que hay aproximadamente, dicen que seguirán luchando en tanto esperan soluciones que están dispuestos a acatar, como una reubicación que tenga en cuenta beneficios para ellos y para la sociedad.
Aunque este domingo no hubo una concurrida presencia de personas en el balneario, como es lo habitual, se encontraban grupos de bañistas disfrutando de este espacio, así como algunos turistas que llegaron a conocer este representativo lugar de la ciudad. Camilo Santofimio, oriundo de Ibagué y quien visita Valledupar por primera vez, dijo que la medida le parece “lo máximo, me parece que es la mejor manera de evitar cualquier contratiempo acá con la gente, uno como turista quiere un ambiente sano, entonces un balneario como este que es público que se vuelva de ese ambiente de borrachos, no me parece lo adecuado”.
Para Guillermo Contreras, residente de la ciudad, “es una novedad porque estamos acostumbrados a ver a los vendedores aquí y eso atrae a la gente, sin embargo, creo que es el algo positivo porque hay que organizar de alguna forma y por ahí se puede empezar. Aunque se deben tener en cuenta otros factores como la desviación del caudal del río que es perjudicial”.
Gabriel Acevedo, de Medellín
“Es mejor que cierren esto, no tiene gracia porque uno se entona con cerveza suave, sin necesidad de tomar demasiado que es lo que ocasiona accidentes, pero la cerveza lo refresca a uno”.
Mercedes Herrera, de Santa Marta
“Primera vez que vinimos, no sabíamos de la restricción hasta ahora que lo comentan, pero me parece muy buena, eso genera un ambiente más sano”.
José Alfredo Crespo, vendedor
“La gente viene a pasar su rato sabroso, a tomar su cerveza y se van porque no encuentran nada, varios ya han llegado y se han ido. La gente se está yendo a Badillo, La Vega, aquí el Balneario se perdió, parece un desierto como se ve hasta miedo me da que me vayan a atracar”.
Diva Ballesteros, vendedor
“Somos desplazados, no admitimos que el alcalde por su autoridad venga a quitarnos el bocado de la comida de nosotros y nuestros hijos, vino a quitar todo sin inspeccionar cómo trabajamos y todo lo que hemos construido en estos años, debería fijarse en el pueblo que lo eligió a él como alcalde, donde depositamos nuestro voto de alcalde”.
Por Daniela Rincones Julio
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