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Columnista - 16 marzo, 2021

Arte… sano, y la calidad del artista

La definición de arte, en una forma sencilla, es la “actividad en la que el hombre recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, la  imagen o el sonido”; el artesano es, en esta misma línea: la persona que realiza un trabajo manual, […]

La definición de arte, en una forma sencilla, es la “actividad en la que el hombre recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, la  imagen o el sonido”; el artesano es, en esta misma línea: la persona que realiza un trabajo manual, en la que pone su ingenio y corazón, piezas exclusivas, personificando sus creaciones, a través de un don que Dios le dio. “Persona que ejercita un arte u oficio meramente mecánico”.

El arte es subjetivo. Para lo que uno es arte, para otros puede que no lo sea y aquí entra lo ambiguo  a hacer de las suyas, el arte pareciera ser exclusivo del hombre;  pero la naturaleza, dentro de la cual están los animales,  nos muestran verdaderas obras de arte. Y desde la percepción y concepción del ser humano, es lo definido, el arte  hecho por el hombre con sus propias manos compite con esos elementos hermosos que nos regala la naturaleza. 

Ahora,  es también subjetivo el valor del arte,  qué valor le podemos dar a los cuadros de Picasso, de Leonardo Da Vinci, de  Vicent Van Gogh, Miguel Ángel;  artistas reconocidos,  sus obras valen millones de dólares;  en el campo local, ¿cuánto puede costar una obra de Marrugo, de Kajuma, de ‘El Turry’, de Moya, Cujia, Joner Rojano?  Su calidad artística les hace importantes, pero la concepción económica de sus obras  muchas veces es subvalorada. Edith Mendoza, la ‘Mona’ de ‘Patacón Pisao’,  es millonaria con esa galería de arte que tiene montada en su hostal, pero el que va y mira,  no paga lo que vale una de esas obras. Sencillo: ella valora el arte y respeta al artista.

Los artistas compiten en calidad y en ocasiones bastante duros entre sí, me refiero al arte local; artista y artesano provienen de la misma raíz, pero lo verdaderamente importante es que  se trabaje en función de apoyar  al artista,  al artesano; debería existir  un programa especial que les permita continuar, no vivir de la indulgencia de quien mal compra  sus obras o les ayuda a sobrevivir con un poquito de comida y bebida.

El caso del escultor Pedro Ortega, el hombre del cristo en el árbol del parque las madres, puso el dedo en la llaga, y nos convoca a mirar esta población, y a todos los artistas en sus diferentes expresiones; que no se mueran de hambre, ni cobijados por la droga, ni el alcohol. Hay que valorar su trabajo, darles la mano con políticas y programas que exalten su labor, que le ayude a sobresalir y haya inclusión, tener dignidad. No migajas, ni limosnas; no fotos del alcalde en la escultura junto al artista. Eso no sirve para nada.

Ayudar es proyectarlos con educación, formación y apoyo económico para su bienestar.  Ayudar es invertir más en educación, en cultura,  en deportes y folclor… más que en políticas bélicas. 

Este 19 de marzo es el día del artesano, ¿qué hay para ellos, alcalde Mello Castro, y señor jefe de Cultura, Carlos Liñán? Amanecerá y veremos dijo el ciego.   Sólo Eso. 

Columnista
16 marzo, 2021

Arte… sano, y la calidad del artista

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

La definición de arte, en una forma sencilla, es la “actividad en la que el hombre recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, la  imagen o el sonido”; el artesano es, en esta misma línea: la persona que realiza un trabajo manual, […]


La definición de arte, en una forma sencilla, es la “actividad en la que el hombre recrea, con una finalidad estética, un aspecto de la realidad o un sentimiento en formas bellas valiéndose de la materia, la  imagen o el sonido”; el artesano es, en esta misma línea: la persona que realiza un trabajo manual, en la que pone su ingenio y corazón, piezas exclusivas, personificando sus creaciones, a través de un don que Dios le dio. “Persona que ejercita un arte u oficio meramente mecánico”.

El arte es subjetivo. Para lo que uno es arte, para otros puede que no lo sea y aquí entra lo ambiguo  a hacer de las suyas, el arte pareciera ser exclusivo del hombre;  pero la naturaleza, dentro de la cual están los animales,  nos muestran verdaderas obras de arte. Y desde la percepción y concepción del ser humano, es lo definido, el arte  hecho por el hombre con sus propias manos compite con esos elementos hermosos que nos regala la naturaleza. 

Ahora,  es también subjetivo el valor del arte,  qué valor le podemos dar a los cuadros de Picasso, de Leonardo Da Vinci, de  Vicent Van Gogh, Miguel Ángel;  artistas reconocidos,  sus obras valen millones de dólares;  en el campo local, ¿cuánto puede costar una obra de Marrugo, de Kajuma, de ‘El Turry’, de Moya, Cujia, Joner Rojano?  Su calidad artística les hace importantes, pero la concepción económica de sus obras  muchas veces es subvalorada. Edith Mendoza, la ‘Mona’ de ‘Patacón Pisao’,  es millonaria con esa galería de arte que tiene montada en su hostal, pero el que va y mira,  no paga lo que vale una de esas obras. Sencillo: ella valora el arte y respeta al artista.

Los artistas compiten en calidad y en ocasiones bastante duros entre sí, me refiero al arte local; artista y artesano provienen de la misma raíz, pero lo verdaderamente importante es que  se trabaje en función de apoyar  al artista,  al artesano; debería existir  un programa especial que les permita continuar, no vivir de la indulgencia de quien mal compra  sus obras o les ayuda a sobrevivir con un poquito de comida y bebida.

El caso del escultor Pedro Ortega, el hombre del cristo en el árbol del parque las madres, puso el dedo en la llaga, y nos convoca a mirar esta población, y a todos los artistas en sus diferentes expresiones; que no se mueran de hambre, ni cobijados por la droga, ni el alcohol. Hay que valorar su trabajo, darles la mano con políticas y programas que exalten su labor, que le ayude a sobresalir y haya inclusión, tener dignidad. No migajas, ni limosnas; no fotos del alcalde en la escultura junto al artista. Eso no sirve para nada.

Ayudar es proyectarlos con educación, formación y apoyo económico para su bienestar.  Ayudar es invertir más en educación, en cultura,  en deportes y folclor… más que en políticas bélicas. 

Este 19 de marzo es el día del artesano, ¿qué hay para ellos, alcalde Mello Castro, y señor jefe de Cultura, Carlos Liñán? Amanecerá y veremos dijo el ciego.   Sólo Eso.